El pueblo caribeño de San Vicente y las Granadinas fue la sede donde se realizó este jueves la reunión entre el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, y el primer ministro de Guyana, Irfaan Ali. Tras semanas en la que escaló la tensión entre ambos países producto de la disputa por la región del Esequibo, altos funcionarios calificaron a la instancia de diálogo como fructífera de acuerdo al principio de paz. Nota al Pie analiza el encuentro a la luz de los procesos políticos en marcha a nivel regional.
Diálogo en lugar de la fuerza
Si bien no se tomaron definiciones que perfilen la resolución del conflicto entre ambas partes, la reunión representó un compromiso por el diálogo y la continuidad de conversaciones diplomáticas a instancias de observadores regionales e internacionales. “¡Lo logramos!, tuiteó el mandatario bolivariano desde su cuenta de X. El encuentro se desarrolló a once días del Referéndum Consultivo que impulsó el gobierno venezolano con apoyo de sectores de la oposición. El 3 de diciembre, bajo un procedimiento de cinco preguntas en relación al Esequibo, la abrumadora mayoría del pueblo bolivariano ratificó su posicionamiento soberano.
El debate fue facilitado por numerosos referentes políticos de países caribeños. Ralph E. Gonsalves, Primer Ministro de San Vicente y las Granadinas y Presidente Pro Témpore de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac); Roosevelt Skerrit, Primer Ministro de la Commonwealth de Dominica y Presidente de la Comunidad del Caribe (Caricom); Philip Davis, Primer Ministro de Bahamas; Mia Amor Mottley, Primer Ministro de Barbados; Dickon Mitchel, Primer Ministro de Granada; Philip J Pierre; Primer Ministro de Santa Lucía; Keith Rowley, Primer Ministro de la República de Trinidad y Tobago. Además, en esa misma categoría formó parte Celso Amorim, Enviado Personal del presidente de Brasil, Lula Da Silva.
Asimismo, como observadores integraron la instancia Antonio Guterres, Secretario General de la Organización de Naciones Unidas (ONU) y Álvaro Leyva Durán, Ministro de Relaciones Exteriores de Colombia. La presencia de Guterres expresa el compromiso de la ONU por promover la resolución pacífica de conflictos territoriales pero también la intervención en situaciones coloniales. Por otro lado, la participación del canciller colombiano pone de relieve la confianza del gobierno que conduce Gustavo Petro luego de la reanudación de los vínculos diplomáticos. En tanto, la asistencia de los máximos funcionarios de la Celac y el Caricom fortaleció el carácter institucional y regional del proceso.
10 puntos
La Declaración Conjunta presenta diez puntos. En líneas generales destacan el acuerdo por la no utilización de la fuerza directa ni indirecta para resolver la controversia territorial, en conformidad con lo dispuesto por el Acuerdo de Ginebra por sobre la jurisprudencia de la Corte Internacional de Justicia. En ese sentido, el compromiso por una convivencia pacífica y el fortalecimiento de la unidad continental manifiesta un sendero político para encarar desafíos de esta gravedad y magnitud.
Por otro lado, ambas partes acordaron la continuidad del diálogo y, en caso de eventuales controversias, la intermediación de la Celac y Caricom para evitar cualquier incidente derivado. La interlocución entre estos dos espacios, Venezuela, Guyana, la ONU y Brasil se sostendrá en el tiempo. Asimismo, definieron la creación de una comisión conjunta de Ministros de Relaciones Exteriores de ambos países. Por último, se determinó una próxima reunión en la nación que gobierna Lula.
¿Factor de unidad hispanoamericana?
El conflicto territorial por Esequibo se ha planteado como un factor de integración hispanoamericana. En efecto, países gobernados por fuerzas políticas con visiones antagónicas han cerrado filas para defender la posición venezolana. Analistas internacionales como el ruso Alexander Dugin consideran que la disputa se encuadra en la confrontación entre las fuerzas multipolares y las unipolares. Según su punto de vista, hoy hay cinco frentes que representan este enfrentamiento: Ucrania en Europa del Este, Palestina en Oriente Medio, el Sahel en África, Taiwán en el Asia-Pacífico; y Malvinas en el Atlántico Sur.
A propósito, la situación por la región del Esequibo sienta precedentes para Cuba por Guantánamo, España por Gibraltar, y Argentina por Malvinas. La manera en que se desarrollen estos procesos puede que generen una ventana de oportunidad para el resto de los países hispanoamericanos que sufren ocupaciones coloniales en sus territorios.
Además, la propia reunión fue aprovechada para motorizar instancias de integración regional. Tras cinco años de parálisis, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) anunció el regreso oficial a sus funciones institucionales con la realización de la primera reunión del Consejo de Delegadas y Delegados. Del encuentro participaron representantes de Brasil, Bolivia, Venezuela, Surinam y Guyana, y la organización informó que Colombia será miembro activo.