La producción de cannabis en Argentina no deja de crecer y gracias a la iniciativa de estudios científicos e investigaciones se dio un paso más en su uso. Es así que, a través de la resolución conjunta del Ministerio de Salud y de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca, incorporaron las semillas de Cáñamo al Código Alimentario Argentino (CAA).
De esta manera, forman parte de la categoría “semillas comestibles” y se autorizó el uso alimentario de subproductos cómo harinas y aceites que contienen Cannabis Sativa L. Esta iniciativa del gobierno nacional es un gran apoyo al desarrollo de la producción del cáñamo industrial.
Según informó la cartera agropecuaria, esta normativa fue posible gracias a la investigación y trabajo de la Comisión Nacional de Alimentos (CONAL), que avanza en el estudio y desarrollo del marco regulatorio de alimentos, para incorporar al Cannabis sativa L, y sus productos derivados en el CCA.
La industria del cannabis en pleno desarrollo
El secretario de agricultura, Juan José Bahillo, expresó: «En este contexto histórico se nos presenta una oportunidad única de numerosas ramificaciones a través de un desarrollo inteligente y exitoso de la industria del cáñamo industrial-hortícola (Cannabis sativa L)».
Al mismo tiempo señaló: “El actual contexto global brinda importantes espacios para competir con calidad y excelencia mediante la producción de diversos productos derivados de este cultivo milenario».
La resolución 31/2023 establece una modificación en el Artículo 917 en la que autoriza para el uso alimentario y describe la especificidad de las semillas de cáñamo cómo semillas sanas, limpias y bien conservadas de las distintas variedades de la especie vegetal Cannabis sativa L y que no expresan más de 1% de delta-9 tetrahidrocannabinol (THC).
Además, se dictaminó que las semillas de cáñamo no deberán contener restos de otras partes de la planta (hojas, tallo) ni más del 0,5% de semillas dañadas, al tiempo que deberán estar libres de insectos vivos.
Por otra parte, se fija en 0,25% la presencia de material mineral y en no más de 0,10% de insectos muertos, fragmentos o resto de insectos.
En la misma resolución, se incorpora al CAA la «harina de semilla de cáñamo», proveniente de la molienda de la torta de semillas de cáñamo autorizadas y que serán clasificadas cómo desgrasada o parcialmente desgrasada.
Finalmente se incorporó el aceite de semillas de cáñamo que se obtiene de las distintas variedades de semilla de Cannabis Sativa L, y que deben ser previamente autorizadas por el CAA.
En el ámbito del uso industrial-hortícola, el cáñamo, una economía regional en crecimiento y con potencial, se cultiva en numerosos países por la diversidad de productos que se obtienen, bajo impacto ambiental, amplia adaptación a los suelos, bajo costo de siembra, resistencia a la sequía, posibilidad de intercalar con otros cultivos y que brinda doble cosecha por temporada, concluyó Agricultura.
Acerca del Cáñamo
En el último tiempo, las semillas de cáñamo fueron señaladas como un superalimento. Puesto que, son un cereal muy energético con alto contenido en hierro. Esta especie de las plantas de Cannabis son las que tienen bajo contenido de THC, el componente psicoactivo .
Entre sus beneficios se encuentran que son una fuente de proteína vegetal, que ayuda al desarrollo de los músculos y la regeneración de tejidos. Pero además aportan ácidos grasos esenciales, como el omega 3, que ayuda a combatir problemas como el colesterol.
Si bien muchas personas del colectivo cannábico en el país, que se dedica al estudio de las plantas ya proponían el consumo de sus semillas, su autorización es un paso más hacia una sociedad sin prejuicios sobre el Cannabis y una oportunidad para el desarrollo de la actividad económica.