El pasado jueves, Daniel Noboa asumió la presidencia de Ecuador en medio de un clima social espeso. El dirigente ganó la segunda vuelta de las elecciones anticipadas y deberá terminar el mandato de 18 meses que dejó el saliente Guillermo Lasso.
Noboa se quedó con las elecciones tras derrotar a la correísta Luisa González. Es heredero de una de las familias más ricas del país y se convirtió en el presidente más joven de la historia ecuatoriana, después de Juan José Flores, a sus 35 años.
No obstante, la diferencia fue chica: 52% de los votos contra 48%, según el escrutinio oficial electoral que contabilizó casi el total de los sufragios. El ahora presidente, se erige como otro outsider de centro derecha que aparece en el mapa de la región.
Cabe resaltar que asume la presidencia en un contexto difícil, ya que Ecuador sufrió un golpe económico importante por la pandemia del Coronavirus, y muchas personas batallaron para ganar suficiente dinero para proveer a sus familias. De acuerdo a datos oficiales, sólo el 34% de les ecuatorianes tiene un empleo adecuado.
A pesar de ser un país pacífico en comparación con sus vecinos, en las últimas décadas sufrió una escalada de violencia por parte de grupos armados guerrilleros, unidades paramilitares y cárteles de droga.
Como consecuencia, Ecuador comenzó a estar dominado por la red cada vez más poderosa del narcotráfico, que incluye a cárteles mexicanos y pandillas albanesas. A través de los puertos de la costa del Pacífico, se convirtió en un importante punto de transbordo de la cocaína que se contrabandea a Europa.
La dolarización y problemas económicos
La dolarización desembarcó en Ecuador hace 23 años. Corrían los primeros días de enero de 2000 cuando el entonces presidente de Ecuador, Jamil Mahuad, decidió dolarizar la economía. El abandono del Sucre como moneda de curso legal se dio luego de la peor crisis financiera que haya experimentado el país sudamericano.
Esto facilitó los movimientos a todos los grupos armados. “La dolarización significó un enorme sacrificio, sobre todo para el pueblo trabajador. Los depósitos se pulverizaron y tranquilamente eso podría suceder en Argentina”, sostuvo en un reportaje el exministro de Economía ecuatoriano Diego Borja.
Noboa enfrentará problemas económicos graves. A fin de este año habrá un desajuste fiscal de 5.000 millones de dólares y los expertos se preguntan incluso cómo será para los sueldos estatales.
El Gobierno, además, no contaba con el fenómeno climático “El Niño” ni con la paralización de la explotación petrolera en el Parque Nacional Yasuní (PNY), problemas que se superponen entre sí.
Por otro lado, Ecuador tiene una crisis energética. De hecho, se esperan escenarios de apagones en el último trimestre de 2023. Debido al Fenómeno de El Niño, el país afronta un estiaje, sobre todo en los ríos de la región oriental, en donde están situadas el 90% de las plantas hidroeléctricas que suministran energía al país.
Declaraciones de Noboa
Tras asumir, Noboa brindó su primer discurso como mandatario en la sede de la Asamblea Nacional de Ecuador. “La tarea es dura y difícil, y los días son pocos, manos a la obra y a trabajar. ¡Viva el Ecuador!”, expresó.
A su vez, el flamante jefe de Estado manifestó que le ha “puesto el corazón a esta campaña y a todo lo que he hecho en mi vida, lo mismo haré siendo su presidente”.
“Muchos creen que la juventud es sinónimo de ingenuidad, para mí, es sinónimo de fuerza”, aseguró en referencia a su edad. En esa línea, agregó: “Fuerza para vencer los retos que se nos imponen, porque eso es lo que el Ecuador necesita”.
Con un discurso parecido al de Javier Milei, enfatizó: “Simplemente, la realidad de estos resultados se impone”. “No podemos seguir repitiendo las mismas políticas del pasado esperando tener un resultado distinto; por eso, los ciudadanos votaron por un nuevo Ecuador”, aseguró.
Por otra parte, y en consonancia con la mirada del Libertario, expresó “Soy un hombre libre y pragmático que busca con empatía mejorar la vida de los ecuatorianos, como son todos aquellos jóvenes que depositaron su esperanza en mí”.
“Creo que en la fuerza de la juventud, y a muchos les costará encasillarme en viejos paradigmas políticos o ideológicos”, dejó en manifiesto Noboa, misma visión que ha expresado Milei en su campaña.
Según Perfiles de Opinión, una encuestadora reconocida en Ecuador, el 74% de la población en las ciudades de Quito y Guayaquil califican positivamente la imagen del mandatario. Además, su credibilidad llega casi al 60%.
El primer gran desafío de Noboa es bajar las tasas de violencia: hoy por hoy la proyección asegura que el país latinoamericano finalizará el año con una tasa de 35 homicidios cada 100.000 habitantes.
Al respecto, durante su discurso en el Parlamento, afirmó que cree en un Estado que tiene como primer objetivo “reducir la violencia” y “volver del progreso una costumbre”.