El pasado martes se vivió una situación alarmante en el Estadio Maracaná de Río de Janeiro durante la previa del partido entre Brasil y Argentina por las Eliminatorias Sudamericanas. Minutos antes de iniciar el juego comenzó un alboroto entre las dos parcialidades, pero la policía interfirió y tomó acción contra les visitantes. Con palos y mucha saña, los uniformados locales agredieron a les simpatizantes argentines, lo que provocó un retraso del comienzo.
Con imágenes, repercusiones y preocupación, lo acontecido recorrió el mundo y la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) repudió estos actos de violencia. Además, señaló a la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA) por ser el principal organizador del certamen.
Cabe mencionar que esta no fue la primera vez que el cuerpo de seguridad policial de Brasil se ve envuelto en ciertos escándalos dentro de un evento deportivo.
La violencia en el fútbol es moneda corriente, aunque cuando se trata de ataques a equipos visitantes cobra mayor repercusión a nivel mundial. De hecho, el protagonismo argentino estuvo involucrado en más de una ocasión como víctima, ya sea en términos de selecciones nacionales o clubes.
El comunicado desde Sudamérica
Mediante un comunicado, la Confederación Sudamericana sostuvo: “La CONMEBOL condena toda forma de violencia y cooperará siempre con acciones que apunten a desterrar la violencia, el racismo, la xenofobia y la discriminación”.
Por otro lado, la entidad hizo hincapié en que no es la organizadora de las clasificaciones de la Copa del Mundo. A lo que añadió: “La elaboración de las normas que rigen la clasificatoria, así como la decisión de abrir una investigación y la aplicación de eventuales sanciones, son atribuciones exclusivas de FIFA”.
En referencia a estas situaciones, el organismo aseguró: “La Confederación Sudamericana viene trabajando sistemáticamente en la erradicación de este flagelo que afecta al fútbol sudamericano y mundial”.
Para finalizar, señaló que “se pone a disposición para continuar colaborando en toda iniciativa que busque erradicar la intolerancia y la violencia en el deporte”.
Cabe destacar que durante la misma doble jornada de Eliminatorias se registró otro caso de abuso policial. El mismo ocurrió tras el empate en uno entre Perú y Venezuela, donde los uniformados atacaron a los jugadores de la selección venezolana cuando intentaron saludar a su hinchada.
Por ello, más allá de que Brasil está en el ojo de la tormenta por sus reiterados episodios de violencia en el fútbol, este problema se extiende a otros países.
La respuesta desde Suiza
Aunque no se difundió un informe oficial sobre lo ocurrido en Brasil, el que sí se refirió al tema fue Gianni Infantino, presidente de la FIFA. “La violencia en el fútbol es totalmente inaceptable, tanto dentro como fuera del campo de juego”, publicó en su cuenta de Instagram.
“Este tipo de sucesos, como los ocurridos durante el partido de clasificación para la Copa Mundial de la FIFA, son inaceptables en nuestro deporte y nuestra sociedad”, afirmó.
Por otro lado, continuó con su postura al enfocar sus ideales en cómo hay que vivir el fútbol tras lo sucedido en el Maracaná. “Sin excepción, todos los jugadores, simpatizantes, personal y directivos tienen que sentirse seguros y protegidos para poder jugar y disfrutar del fútbol”, señaló. “Solicito a las correspondientes autoridades que garanticen que esto se respete en todos los ámbitos”, concluyó.
Antecedentes contra instituciones argentinas
Ir a jugar a territorio brasileño nunca fue fácil, y no solo por el importante poderío futbolístico de sus equipos, sino por la posible hostilidad de su gente. De hecho, algo que sorprendió en la noche del “Clásico de las Américas” fue que los propios jugadores argentinos se involucraron para frenar la feroz arremetida policial. Ante la imposibilidad de lograrlo y como muestra de protesta, el capitán Lionel Messi ordenó que todo el plantel vuelva al vestuario.
En este mes también tuvo lugar un caso similar, aún fresco, en el que la policía actuó de igual manera contra simpatizantes de Boca. Durante la final de la Copa Libertadores, celebrada el sábado 4 de noviembre, les hinchas argentines fueron emboscades y atacades en la playa de Copacabana durante la previa. Dos días antes del encuentro, la parcialidad del Fluminense, rival de turno y posterior campeón, atacó a sus pares boquenses. Minutos después apareció la policía carioca y tiró gases lacrimógenos para disipar la bataola. Además, reprimió a les visitantes con un saldo de dos detenidos.
Fue también en esta edición de la competencia internacional donde hinchas de Argentinos Juniors sufrieron agresiones policiales. En esta ocasión, el conflicto se produjo en la serie de octavos de final, donde el conjunto carioca se clasificó como local.
El clima se caldeó en las horas previas al cotejo, cuando les hinchas del “Bicho” fueron emboscados, robados y golpeados por barras del “Flu”. Los acontecimientos empezaron en las playas cercanas de Río de Janeiro y luego siguieron en el estadio con la represión policial a les hinchas argentines que haían viajado a apoyar a su equipo.
Otra institución que sufrió una hostilidad policial en Brasil fue Tigre en 2012, pero por la Copa Sudamericana. En aquella ocasión, el “Matador” llegó al Estadio Morumbí de Sao Paulo para definir el certamen internacional. Sin embargo, durante el entretiempo y con una desventaja de 0-2, los futbolistas argentinos fueron agredidos por la policía local.
En consecuencia, varios jugadores fueron heridos e incapacitados de seguir tras ser reprimidos, incluyendo armas de fuego. Ante esta situación, el DT Néstor Gorosito no quiso continuar con el cotejo, pero el juez Enrique Ossés decidió finalizar el encuentro tras 35 minutos de espera y coronar al dueño de casa.
Boca tiene mala experiencia en Brasil
El “Xeneize” estuvo sumergido en otro escándalo pero contra Atlético Mineiro en 2021 y en Belo Horizonte. En aquella ocasión, el conflicto fue contra los jugadores, cuerpo técnico y dirigentes de la institución argentina. Una polémica actuación arbitral enervó los ánimos en el equipo visitante a tal punto que, tras la finalización del encuentro, se armó una trifulca que involucró agentes policiales y a la directiva local.
En la edición de la Libertadores de 2021, ambos equipos se cruzaron en octavos y tras varias polémicas y una intervención del video arbitraje (VAR), todo se definió por penales. El equipo brasileño fue más certero y avanzó de ronda, pero en el trayecto a los vestuarios se desató una batalla campal entre jugadores argentinos, la dirigencia gala y la policía local. La situación derivó en golpes, gases lacrimógenos y durísimas sanciones.
No es la primera vez con la Selección Argentina
En 2021, y por las Eliminatorias rumbo al Mundial 2022, Brasil y Argentina fueron protagonistas de otro escándalo deportivo por parte de la policía brasileña. Con el Neo Química Arena de Sao Paulo como escenario y cinco minutos jugados, las autoridades locales y sanitarias irrumpieron en el campo de juego para suspender el encuentro. Según las mismas, cuatro futbolistas argentinos no cumplieron con la cuarentena requerida para entrar al país en época post pandemia.
Los involucrados fueron Emiliano Martínez, Emiliano Buendía, Giovani Lo Celso y Cristian Romero, quienes en ese momento jugaban en el fútbol inglés. Al parecer, habían brindado información falsa en un formulario oficial. En aquel momento, los futbolistas debían cumplir un aislamiento para ingresar a Brasil si habían estado en Reino Unido, India, Sudáfrica e Irlanda del Norte en los últimos 14 días.
Las maniobras locales para efectuar la prohibición de ingresar al campo de juego se iniciaron el día anterior, cuando la Policía Federal se acercó al hotel de la Selección Argentina.
Con órdenes de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (ANVISA) quisieron interceptar a los jugadores antes del viaje al estadio, pero recién pudieron hacerlo dentro del mismo. Por su parte, la CONMEBOL indicó que la burbuja sanitaria a la que se sometían todas las selecciones habilitaba a los implicados para jugar.
Durante la previa, desde la “Albiceleste” indicaron que “si no jugaban todos los futbolistas, no jugaba ninguno”. Incluso, afirmaron que nunca se les comunicó una prohibición para que el cuarteto juegue. De todos modos, la agencia ordenó la interrupción del encuentro. La “Scaloneta” decidió retirarse a los vestuarios y la CONMEBOL retiró a todo el cuerpo arbitral.
Dentro del verde césped se produjo una acalorada discusión entre Messi, ambos entrenadores y los jugadores brasileños. La consecuencia llegó minutos después con la decisión final del ente regulador del fútbol sudamericano, el cual informó que el juez suspendió el compromiso.
Aunque no hubo violencia, se percibió un mal manejo de las autoridades y la fuerza policial brasileña. Por último, con el partido iniciado, se orquestó todo para transformarlo en un escándalo más dentro Brasil y que hasta la fecha nunca se reanudó.