Créditos: FIPAV.
Se trata de un hombre con miles de historias. No sólo un entrenador, un formador que aportó a lo largo de su carrera valores y enseñanzas a cada jugador y jugadora de vóley que dirigió y dirige. De gran éxito en diversos lugares del planeta, Julio Velasco siempre lleva consigo a su ciudad de La Plata natal. Este martes fue presentado como nuevo director técnico de la selección femenina de Italia.
El bonaerense vuelve a comandar el combinado nacional de un país que lo quiere y respeta. Es que allí, con el equipo masculino, fue dos veces campeón del mundo. Además, este nuevo ciclo, el segundo con la rama femenina, tiene un objetivo trascendental: los Juegos Olímpicos de París 2024. Nota al Pie te brinda todos los detalles del inicio de esta etapa y repasa la exitosa carrera del formado en la Universidad Nacional de La Plata (UNLP).
Con entusiasmo, Julio Velasco está listo para volver a la “Azzurra”
Se llevó a cabo en Milán la conferencia de prensa que inició de manera oficial esta etapa. En principio, el ex conductor de la selección argentina agradeció a la dirigencia y jugadoras de UYBA, club de la Liga A1 que dirigió hasta hace pocos días. También elogió a su antecesor en el cargo de la escuadra italiana, Davide Mazzanti.
Según lo indica la web oficial de la Federación de Vóley de ese país (FIPAV), el formador remarcó: “Para gestionar un combinado nacional, en el que hay diversos intereses, las ideas tienen que ser claras y resolutivas”. En ese sentido, manifestó: “Me siento honrado de esta gran oportunidad. La misma representa el objetivo más alto al que puede aspirar un jugador y un entrenador”.
Sobre los próximos objetivos resaltó que “la mente está claramente proyectada hacia París 2024. A medida que las atletas finalicen sus compromisos con sus clubes, y luego de algunos días de descanso, iniciaremos con los entrenamientos”.
Para cerrar, se refirió también a la Liga de Naciones e hizo una importante aclaración: “Pido a la prensa que no se creen expectativas excesivas, ya que no es fácil manejar la presión. Intentaré generar en cada deportista la mejor capacidad de adaptación a las dificultades”.
Los inicios de una carrera soñada y el mega éxito en Italia
Velasco nació en La Plata el 9 de febrero de 1952. En diversas entrevistas, siempre se sintió honrado de haberse formado en la educación pública argentina. Esto debido a que hizo la primaria en la Escuela Anexa y la secundaria en el Colegio Nacional, ambos pertenecientes a la UNLP.
Luego realizó gran parte de la carrera de filosofía. Por aquellos tiempos, poco antes del inicio de la dictadura de 1976, Julio militó en el centro de estudiantes de la facultad. Debido al aumento de la represión en la ciudad de las diagonales, decidió mudarse a Capital Federal. En ese lugar desarrolló su camino como entrenador de vóley. En 1979, arribó a Ferrocarril Oeste. Tras un paso trabajando en las infantiles del club, llegó a la Primera, en donde se consagró campeón.
Ya recibido de profesor de educación física, le brindaron la posibilidad de integrar el cuerpo técnico de la selección albiceleste. En esa época, el equipo estaba conducido por el surcoreano Young Wan Sonh. Con un histórico rendimiento en el Luna Park, Argentina obtuvo el tercer puesto en el Mundial 1982.
Al año siguiente, Velasco fue fichado por el voleibol italiano. Allí, a nivel clubes, desplegaría gran parte de su potencial, en especial en Módena. Los títulos logrados le abrieron la puerta para dirigir al selectivo masculino de aquella nación. El ciclo, de siete años, sería histórico e inolvidable: campeón del mundo en 1990 y en 1994, y subcampeón olímpico en Atlanta 1996.
Sus incursiones en diversos destinos y el regreso a Argentina
Los logros en suelo itálico lo convirtieron en una figura a nivel mundial, y su estilo pedagógico trascendió al vóley. Tal es así que generó la admiración de integrantes de otras disciplinas. Por ejemplo, del prestigioso entrenador de fútbol Pep Guardiola, quien siempre lo tuvo como referente.
La carrera del platense siguió con su primer paso por la selección femenina Azzurra, en donde estuvo en la temporada 1997-1998. Luego tuvo ciclos en los combinados nacionales masculinos de República Checa, España e Irán. En el país asiático marcó un antes y un después y puso al representativo en el primer plano internacional.
Tras ello, llegó el ansiado momento de volver a su lugar de origen en 2014. Al mando de la escuadra albiceleste, obtuvo una histórica medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015. Con esa base de jugadores, el equipo mostró un alto nivel en Río 2016, pero cayó de manera ajustada ante Brasil en cuartos de final. Tras el Mundial 2018, el surgido en el Club Universitario de La Plata, cerró su vínculo contractual con Argentina.
Ya de vuelta en Italia, anunció su retiro profesional en 2019. No obstante, cuatro años más tarde, volvió al ruedo con el mencionado UYBA. Y, en 2024, buscará otro podio olímpico.