Corría el año 1983 y apenas algunos días desde que el candidato de la Unión Cívica Radical (UCR), Raúl Alfonsín, había sido electo presidente de la República Argentina. El triunfo de Alfonsín fue, en realidad, el triunfo de un país entero que desde 1976 había padecido las atrocidades de la última dictadura cívico-militar. Y al calor de los primeros destellos de la democracia, el 5 de noviembre de ese mismo año, Charly García publicó Clics Modernos, el disco que hoy es considerado como un álbum bisagra en el rock argentino.
Con un sonido más eléctrico y una inclinación más hacia el pop, García estrenó su segundo álbum solista y dejó inaugurado un nuevo ciclo en el que ya no habría lugar para canciones de lamento y protesta El objetivo ahora era moverse y divertirse para salir del encierro manifestado en Yendo de la Cama al Living.
A pesar de que Clics Modernos fue un antes y un después para el rock local, la idea del nuevo proyecto en realidad surgió en Nueva York, durante un viaje que hizo para comprar instrumentos. La apertura artística y social que percibió en la Gran Manzana lo había inspirado para crear algo nuevo y desconectarse de Buenos Aires.
El disco, en tanto, se grabó en Electric Lady, el estudio creado por Jimi Hendrix y uno de los más famosos de la ciudad. Además, contó con la participación de Joe Blaney, un reconocido productor neoyorquino que también había colaborado con artistas como The Clash, Ramones y hasta Prince.
“No fue un corte tan grande, lo que pasa es que acá se estaban haciendo cosas tan aburridas en ese momento que mi disco sonó como un jolgorio”, declaró García en alguna oportunidad.
Las primeras impresiones
En diálogo con Nota al Pie, Mara Favoretto, investigadora y autora del libro Charly en el país de las alegorías, habló acerca de lo que representó Clics Modernos en una época en que la democracia aún era algo nuevo. Al respecto, se refirió a las primeras impresiones que el álbum cosechó y cómo fue la recepción por parte de una audiencia que todavía no estaba tan empapada de la mística ochentosa.
“Al principio no fue bien recibido porque parecía un disco más comercial con canciones menos rockeras. No era el típico Charly que conocíamos”, dijo la autora.
No obstante, a pesar del recelo de un público acostumbrado quizás a un García más del palo de bandas como Siu Generis o Serú Giran, Favoretto cree que Clics Modernos marcó “un cambio profundo” que no sólo fue musical, sino también letrístico.
“Era un Charly que tenía estrategias más irónicas y paródicas, o que hacía uso de un elemento constante de sorpresa”, comentó la investigadora. “Para el rock local, para los artistas que lo supieron entender, fue bisagra”, agregó.
En cuanto a la estética, la tapa del disco fue otro de los elementos que, según Favoretto, causó gran impacto al mostrar a Charly con un look “más moderno y menos hippie”. En ella también se veía una silueta negra que remitía al siluetazo que aquí en Argentina se realizaba para recordar a las personas desaparecidas. Además, esa silueta tenía dibujado dos ojos, una sonrisa y un corazón. “Era como un poema pintado”, recordó Favoretto.
La silueta, en tanto, fue lo que determinó al álbum que en un principio se llamaría Nuevos Trapos. No obstante, la inscripción “Modern Clix” que figuraba a su lado convenció al músico de que ese debería ser el nombre para el proyecto que, justamente, fue uno de los más modernos del rock argentino.
Las intenciones de Charly con “Clics Modernos”
Con respecto la impronta de Clics…, Mara Favoretto sostuvo que además de ser bisagra en lo musical, también fue un disco que sirvió como una invitación a cuestionar y criticar al nacionalismo impulsado por el gobierno de facto. Sobre todo, el que persistió durante el periodo de la Guerra de Malvinas.
Sin embargo, la autora de Charly en el país de las alegorías no adhiere a la idea de que este disco haya sido hecho con una “intención política”. Más bien, considera que está compuesto por mensajes y sugerencias que el músico brindó “para que el público pueda pensar”.
“En ese álbum en particular Charly corta con el encierro de Yendo de la Cama al Living y abre la puerta a un contexto mucho más amplio. Nos hace salir metafóricamente: salir de la ciudad, salir al mundo y explorar la música desde otro lado”, puntualizó Favoretto.
Y agregó: “Si hablamos de intención creo que esa podría haber sido su intención… el abrir y mirar que es lo que ocurre en el resto del mundo y no estar encerrados en nuestro pequeño aquí y ahora”.