A través del Decreto 571/2023, el Gobierno nacional nombró como Monumento Histórico Nacional al edificio donde se encontraba el antiguo local bailable República Cromañón ubicado en el barrio de Balvanera, Ciudad de Buenos Aires. También entran dentro de esta declaración el hotel lindante, la parcela a cielo abierto que está sobre la calle Jean Jaures, el Paseo de los Pibes de Cromañón, el Santuario de Cromañón y la Colección Cromañón .
El decreto fue publicado en el Boletín Oficial este 31 de octubre y firmado por el presidente Alberto Fernández, el jefe de Gabinete, Agustín Rossi, y el ministro de Cultura, Tristán Bauer. Proviene de un proyecto que viene impulsando desde hace más de tres años la Comisión Nacional de Monumentos junto a varias organizaciones de sobrevivientes y familiares de las víctimas de la masacre donde fallecieron 194 personas.
“Los bienes que conforman este Conjunto de Memoria Colectiva del Trauma Histórico constituyen el crudo testimonio, material e inmaterial, de uno de los capítulos más dolorosos en la historia del país”, señalan dentro de esta Declaratoria en una muestra de porqué es necesaria la misma.
En un comunicado que publicó en sus redes sociales Memoria x Cromañon destacaron la importancia del significado simbólico y concreto de este pronunciamiento desde el plano institucional porque creen que enriquece el mensaje de Nunca Más Cromañón para las víctimas y la sociedad en su conjunto.
Cromañón como Monumento Histórico ¿Qué dice el decreto?
Esta norma es inédita, al tener en cuenta que es el primer crimen de la democracia que se patrimonializa. No solo por eso, sino también porque se tuvo en cuenta los murales alusivos en el Paseo de los Pibes de Cromañón y el Santuario de Cromañón, que son espacios con mucha más carga simbólica.
Con esas cuestiones en mente, el decreto explica que “es un deber del Estado Nacional generar conciencia y compromiso en la comunidad mediante la constitución de ámbitos para el ejercicio de la Memoria Colectiva, que es garantía de que su reiteración en el futuro sea menos probable”.
La única crítica que tuvieron las nueve organizaciones de sobrevivientes y familiares de víctimas sobre esta declaratoria es el cambio de la palabra “masacre” por “tragedia”. Según detallan en su comunicado, esta es una modificación determinada por la Presidencia de la Nación. “Cromañón fue una masacre producto de la connivencia empresarial y estatal, no una fatalidad o accidente”, establecieron en su declaración.
El decreto reconoce que “la trágica jornada del 30 de diciembre de 2004 fue producto del accionar de sujetos públicos y privados, quienes, siendo responsables de la seguridad e integridad de terceros que se encontraban ocasionalmente a su cuidado, decidieron omitir las claras señales y reiteradas alertas en lo relativo a las condiciones del local”.
Una de las cuestiones importantes que menciona esta Declaratoria es que el uso de este conjunto de bienes que están relacionados con Cromañón se va a establecer mediante procesos participativos entre las agrupaciones de familiares de víctimas fatales, de víctimas sobrevivientes y el Estado Nacional.
Esta es una bandera que plantaron estas agrupaciones, como explicó Nicolás de El Camino es Cultural, cuando habló con Nota al Pie: “La única forma reparadora y sanadora en la que el Estado pueda ingresar a Cromañón, es si las víctimas tienen la potestad de abrirle las puertas, siendo parte y condición necesaria en la construcción de una política pública de memoria al momento de hablar sobre Cromañón”.
Este 27 de octubre se cumplió un año de la sanción de la ley 27.695 que establece la expropiación del lugar donde antes estaba República Cromañón. Pero todavía no termina la lucha de estas agrupaciones y este decreto les puede servir para proteger el lugar mientras continúan esperando que se reglamente la expropiación, “con el derecho a la plena participación de las víctimas en la constitución del Espacio para la Memoria”.