Desde las 9 de la mañana de este martes 31 de octubre, diferentes colectivos feministas, agrupaciones sociales y políticas como autoconvocades acompañaron el pedido de justicia para Luna Corín. Se trata de la última audiencia del juicio a su abusador, que fue denunciado en 2015, cuando ella tenía 9 años.
La mamá de Luna, Yama Corín, es militante de Mundanas Agrupación Feminista y lleva años de lucha para lograr protegerla y que la Justicia argentina la escuche. Luna hoy tiene 21 años pero denunció a su progenitor por abuso sexual cuando era una niña y, desde allí, no ha parado de dar batalla.
El juicio lleva 12 años y se espera que luego de la jornada de hoy, durante el mes de noviembre, finalmente haya una condena ejemplar. De esta forma, gracias la lucha y la resistencia de les denunciantes, se pueda avanzar en la defensa de las infancias y dar un paso más para erradicar el abuso sexual infantil.
En esta última instancia del juicio se dio lugar a los alegatos del acusado. Al mismo tiempo, en las afueras del Tribunal Oral en lo Criminal y Correccional N°15 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (Lavalle al 1171) cerca de 300 personas se reunieron para hacer eco sobre una lucha que debe ser una urgencia para proteger a las infancias.
Yama tomó el micrófono cerca de las 12 del mediodía, bajo la lluvia que mojó por un rato las calles. Frente a las compañeras presentes, explicó que el abuso sexual en las infancias es “una tortura” y que debe ser entendida en el marco de la defensa de los derechos humanos.
A 40 años de democracia ininterrumpida, poder avanzar hacia políticas públicas que aborden el abuso sexual en la infancia es fundamental en clave de derechos. En su recorrido como feminista, y en paralelo soteniendo con entereza un juicio, entendió que las infancias y adolescencias también sufrían la violencia patriarcal y que había que cambiarlo.
Una Justicia lenta y machista
El tramo final del juicio fue extendido durante tres meses más de lo previsto, puesto que se estimaba que finalice en agosto de 2023. Yama y Luna vienen dando una batalla contra el aparato judicial que durante más de una década puso en duda el relato de la niña, buscó una revinculación y la revictimizó una y otra vez.
Segun la agrupación Mundanas, en el 95% de los casos de abuso sexual en la infancia los perpetradores son varones y, en su mayoría, familiares cercanos. Además, de cada mil casos que ocurren, apenas 100 son denunciados, y solo 1 resulta en una condena.
El abuso sexual infantil no es un hecho aislado; es una preocupación social arraigada en un sistema que a menudo ignora y desconfía de les denunciantes. Luna, finalmente, pudo contar su historia como adulta a los 18 años, sin tener acceso al derecho de hacerlo en una entrevista en Cámara Gesell.
Fue solo entonces que se dio inicio al proceso judicial en la Capital Federal. La resistencia de Luna y la incansable lucha junto a su madre impulsaron este histórico juicio oral. Este juicio es en honor a ella y a todas las víctimas.