El próximo 1 de noviembre se estrenará “Mujeres Alfa”, una serie argentina fascinante que sumerge al espectador en un mundo de amistad y ocurrencia hilarantes. La misma se puede ver gratis en su página web o a través de su canal de YouTube.
Nota al Pie dialogó con su creadora, Sole Castro Virasoro, quien dio detalles sobre la primera temporada de la serie y qué busca mostrar con su nueva producción.
La obra, inspirada por una serie de charlas ficticias entre su creadora y sus tres inseparables amigas, se enfoca en la observación y la parodia de situaciones cotidianas, llevadas al absurdo a través de las extravagantes personalidades de las protagonistas.
Cabe destacar que el reparto se encuentra conformado por varios talentos, que incluyen a: Florencia Prada Duhagon, Adriana Cuerda, Déborah Santllans, Nicolás Biffi y su propia creadora, Sole Castro Virasoro.
También cuenta con la participación especial de figuras como Diego Topa, Sergio Maravilla Martínez, Guillermo Lobo, Robertito Funes, Rosa Montero y Sofía Squittieri, quienes añaden un toque de emoción a esta producción.
¿Quién no puede perderse la serie “Mujeres Alfa” y por qué?
Es una serie que va a divertir y sorprender a mujeres y hombres por igual. Y es que ser feminista debe ser una cualidad humana y no sólo de las mujeres. El humor es un vehículo genial para generar un extrañamiento de las ideas que parecen inamovibles y hacer otra lectura del mundo que nos rodea.
Es una serie que busca traer más preguntas que respuestas sobre el feminismo, pero que inequívocamente rechaza abrazar cualquier idea sin procesarla sólo porque la envuelven con un papel que dice “feminismo”.
¿Quiénes son los personajes de la serie? ¿Y cómo llegaste a las actrices que los encarnan?
La última en agregarse fue Adriana Cuerda. Una de las protagonistas tuvo un tema de salud y necesitaba un reemplazo enseguida. Cuando vi a Adriana en sus redes sociales supe enseguida que era la persona correcta, además aceptó y por eso es una anécdota con final feliz.
En tanto, a Déborah Santllans la encontré por Instagram. Lo gracioso es que necesitaba a una española y ella tiene una inmensa facilidad para los acentos. Lo malo es que, sin darse cuenta, a veces comienza a imitar el acento del interlocutor y en esa primera llamada por teléfono yo no le creía que fuera española. La hice leer algo hasta que confirmé que sí, que podía hacer el acento.
Por su parte, a Florencia Prada creo que me la encontré en un evento hace muchísimo tiempo. También tenemos participaciones de gente talentosa con quienes la vida laboral me fue cruzando. Me emocionó muchísimo que ni siquiera me pidieran el guion antes de aceptar. Son esos momentos en la vida en los que pensas que algo habrás hecho bien.
¿Con que se van a encontrar de nuevo las seguidoras del libro Mujeres Alfa y hombres 2.0?
El libro tiene lugar en mis 30 y pico y habla de qué tipo de pareja quería o me imaginaba y, aunque no me entusiasmaba la maternidad, todavía era una pregunta.
Ahora, transitando la década de los 40, ya no tengo ganas de aguantar a gente con la que no me siento cómoda y mucho menos hacerlo con una pareja. Si en el libro me preguntaba qué clase de mujer quería ser, ahora me pregunto qué clase de feminista quiero ser.
Hoy a varios años de la edición del mismo, ¿crees que la sociedad argentina evolucionó y el lugar que se la da a la mujer?
En principio creo que sí, por ejemplo, evolucionamos en cuanto a la visibilización de la violencia de género. Hoy las mujeres nos apoderamos del derecho a denunciar lo que nos pasa de forma jurídica o social, y eso es un avance enorme. Durante demasiado tiempo habíamos callado, porque hablar nos dejaba indefensas, sin trabajo y con una etiqueta de problemáticas y locas.
Sin embargo, los números no acompañan. Me parece que hay mucha gente que tiene un rédito personal utilizando la bandera feminista y que genera mucho odio, pero sobre todo que fomenta una idea errónea de lo que significa el feminismo.
Esos grupos políticos, agrupaciones y lo que yo llamo “feministas de profesión” están más concentrados en sus bolsillos que en el bienestar de las mujeres. Ellas discuten el uso del lenguaje incluso en un mundo en el cual aún tenemos menos oportunidades laborales, una brecha salarial vergonzante, somos violadas, nos matan y mil cuestiones más.
¿Qué tal es España? ¿La mujer europea se siente igual de representada?
Veo en España los mismos grupos políticos apoderándose del feminismo como una bandera vacía y sin sentido que sólo sirve a su propia maquinaria. Habrá mujeres que se sientan representadas con esos movimientos, pero a mí no me pasa.
Creo que generan odio y una resistencia mayor a la esperable, no sólo desde una mirada masculina, sino que también por parte de muchas mujeres. Que los hombres se resistan puede no gustarme, pero me parece lógico que no quieran ceder su lugar de privilegio, pero que mujeres jóvenes se autodenominen “no feministas” es un gran fracaso y una prueba irrefutable de que están haciendo todo mal.
La serie está a punto de salir al aire, ¿se acerca a aquella que habías imaginado?
La verdad es que no. Y eso no es necesariamente algo malo. Soy extremadamente organizada, perfeccionista y trabajadora. Sin embargo, la distancia y el bajo presupuesto me obligaron a aprender a ser flexible y buscar soluciones a las mil dificultades con las que nos enfrentamos. Hoy valoro muchísimo haberla terminado porque es un logro y un premio al esfuerzo, incluso si no salió todo lo perfecta como me hubiera gustado.
¿Cuál es hoy el lugar para una mujer alfa?
Una mujer alfa debe tener el lugar que le venga en gana. Porque esto de tener obligaciones “extra” por ser mujer, me revienta. Mucho se habla de las tareas domésticas, pero no se habla de tener que ser o dejar de ser de tal o cual manera por ser feminista.
Desde mi lugar de mujer alfa busco contrarrestar tanta información errónea que se difunde sobre el feminismo sin dar respuestas absolutas, pero sí teniendo un pensamiento crítico activo.
¿Cuáles son tus planes en el futuro?
El plan inmediato es ponerme al día con todo lo que dejé de lado por esta serie: dormir y ejercitarme. Es una pregunta que me hacen mucho y yo me siento como una mujer que acaba de parir a la que le preguntan por su segundo hijo. Todavía me duele todo el cuerpo y le tengo que dar la teta a esta serie por un buen tiempo porque podrá estar lista para el público, pero desde la producción todavía nos falta prensa, el manejo de redes sociales, evaluar si nos presentaremos en festivales (lo que implica subtitularla en inglés) y así continúa la lista hasta el infinito.
¿Para cuándo un segundo libro de Mujeres Alfa y hombres 2.0?
Hace muchos años surgió una oportunidad y no quise hacerlo, la idea era la mujer alfa divorciada y volviendo al ruedo de las aplicaciones para encontrar pareja, pero ahora con más edad e hijos a cuesta.
Hoy no me interesan para nada los hombres 2.0, así que, de hacer un nuevo libro de la temática, creo que se llamaría Mujeres Alfa, las malas feministas. Incluso, no niego que se me pasara por la cabeza hacer un libro non-fiction sobre todo lo que aprendí como emprendedora cultural independiente.
En cuanto al género de ficción, tengo ganas de escribir otras cosas y saldrá otro libro a fin de año (todavía no les puedo decir mucho más). De lo que pueden estar seguros es que no me quedaré quieta. Eso nunca. Sólo necesito un poco de descanso y en seguida estaré con algún nuevo y loco proyecto que me arrastrará por el agotamiento, las crisis existenciales y esas cosas que nos pasan a quienes nacimos con la pasión por hacer.
Sole Castro Virasoro, sus planes a futuro y un cambio de ideas
Sole Castro Virasoro, una talentosa argentina radicada en España hace un par de años, destaca como autora, columnista y creadora. Es autora del libro Mujeres Alfa y hombres 2.0, disponible en múltiples idiomas, y colabora en medios destacados como Clarín y Revista Zenda. También se ha adentrado en el mundo del cine y la televisión.
Su serie web, Mujeres Alfa, recibió el apoyo económico tramitado por el sector cultural del gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con un aporte inicial de 200.000 mil por parte del banco Comafi. Pero, con su versatilidad artística y las ganas de que la serie se concrete, buscó ayuda en cada une de les que participan en ella, creando un proyecto colaborativo. Además, otras pequeñas empresas colaboraron con el mobiliario, el posicionamiento web y las redes.