En los últimos años, aumentó la conciencia en la población acerca de la importancia de realizar actividad física para mejorar la salud y cuidar el sistema cardiovascular. Pero esto no se correlaciona con un mayor conocimiento sobre qué frecuencia, duración e intensidad se debe realizar. Con la cercanía al verano, y el deseo de “llegar en forma”, muchas personas comienzan a entrenar con ejercicios de alta intensidad, sin ningún tipo de chequeo médico previo.
Por eso, a la hora de practicar algún deporte o actividad física se tienen que realizar controles con un seguimiento adecuado. Especialistas en cardiología recomiendan que la intensidad en el ejercicio debe estar relacionada en forma directa con la condición física de cada persona. Además, tiene que estar orientada al cumplimiento de objetivos específicos. Pueden ser objetivos de salud, de estado físico, o de aumento del rendimiento en un deporte.
Para tomar conciencia del cuidado de la salud, Nota al Pie conversó con el dr. Jorge Franchella. Es médico deportólogo y cardiólogo y miembro de la Sociedad Argentina de Cardiología (SAC).
Controles médicos siempre antes de realizar actividad física
“Cuando una persona va a comenzar a realizar algún tipo de actividad física, es necesario que en primer lugar conozca su estado de salud y la capacidad para hacerla. Su médico de cabecera y cardiólogo van a poder hacer un examen de acuerdo a los antecedentes que tenga y a las alteraciones o no que puedan ir encontrando en los resultados”, comenzó explicando el dr. Franchella. En este sentido, son importantes los estudios previos en quienes tienen más de un factor de riesgo de enfermedad cardíaca, los hombres a partir de los 45 años y las mujeres mayores de 55.
También se debe hacer una determinación de la “aptitud”, que es la capacidad de realizar determinado nivel o intensidad de esfuerzo físico. En el caso de las personas sedentarias que retoman la actividad, “no sabemos cuál es su condición. Algunos son muy bajos en su rendimiento, y deberán comenzar a caminar de una forma muy leve. Luego podrán caminar de forma cada vez más activa”, aclaró. En cambio, otras personas también sedentarias pueden tener un pasado más activo, y por lo tanto poder hacer un esfuerzo un poco más intenso.
Actividades de acuerdo a la condición física
Ante la tendencia de realizar actividades grupales, hizo algunas aclaraciones. “Esto ayuda a la adherencia, es decir, que la persona tenga ganas de ir. Que haya alguien que la está esperando lleva a repetir esa actividad de manera más sistemática. Pero hay que tener en cuenta que si uno comienza solo, puede regular la intensidad de acuerdo a la indicación del médico o según cómo se perciba la forma en que se respira. Cuando se está en grupo, puede ser que eso se mimetice, tratando de llevar el ritmo de quien tiene una condición física mejor”.
La intensidad y el tiempo de ejercicio también depende de cada persona. “Una forma de actividad puede ser salir a caminar, pasear a un shopping o supermercado o dar la vuelta a la manzana. Esa es una forma de mantenerse activo de forma permanente. Otros caminarán más activos, andarán en bicicleta o nadarán”, señaló. A medida que aumenta la intensidad, se necesitarán mayores controles médicos.
“A partir de los 35-40 años recomendamos que se hagan pruebas de esfuerzo. La ergometría bajo los protocolos habituales nos da información de salud y también el MET, que son unidades de energía”, mencionó. “En la actividad de la vida diaria gastamos 4 MET, al salir a caminar o trotar 7 MET y un deportista usa más de 13. Todo eso lo medimos en cardiología y medicina del deporte y podemos conocer cuál es la aptitud de esa persona”, explicó.
Además, indicó que existen diferentes características biológicas entre los sexos. “Durante el período fecundo de su vida, la persona tiene que tener ciertos reparos en saber qué tipo y qué volumen de actividad realizar, para evitar alteraciones en el ciclo menstrual”, agregó.
Alimentación y actividad física
Existen diferentes “modas” a la hora de unir actividad física y dieta. Hay quienes combinan ejercicios de alta intensidad con una menor ingesta de alimentos, o quienes entrenan en las primeras horas de la mañana sin haber desayunado. Todo esto sin ningún tipo de asesoramiento médico.
“Como especialistas, cada uno puede tener su propia mirada científica en algunos aspectos. Lo importante es no guiarse por la moda o por lo que uno sabe de manera informal, porque se van poniendo de moda ciertas dietas y no siempre cada individuo está en condiciones de soportarlas”, explicó.
“Hay una dieta, como la Keto o la del ayuno, que dirigida por un profesional de la salud puede ser muy apropiada para bajar de peso. Pero esa no es la mejor dieta para hacer actividad física. No siempre las personas están en condiciones de soportar o tolerar”, alertó.
“Ahí se ven ciertas carencias, cuando hacemos ayuno bajamos de peso por un tiempo, pero se van perdiendo también otras capacidades para otro tipo de actividad”, describió. Por eso, destacó la importancia de consultar con un especialista en Nutrición.