La Asociación por los Derechos Civiles (ADC) llevó a cabo el conversatorio “¿Cuál es el precio de ocupar puestos de decisión siendo mujer?”, en formato virtual. El encuentro recopiló las experiencias de Argentina, Chile y Bolivia, y buscó comprender las particularidades de la problemática en el contexto actual de digitalización.
A través del encuentro, se buscó generar un espacio de diálogo e intercambio de miradas sobre el fenómeno de la violencia de género contra mujeres en política. A su vez, indagaron sobre los puntos en común de cara al desarrollo de propuestas y estrategias para un abordaje latinoamericano.
Dentro de las oradoras, el seminario contó con la presencia de la activista chilena Karen Vergara, integrante de ONG Amaranta, y la activista y comunicadora política boliviana, Verónica Rocha. Del mismo modo, por parte de la ADC estuvieron presentes Manuela Gimenez Bautista, asistente de proyectos y estudiante avanzada de ciencia política, y Victoria Penas, también asistente de proyectos dentro de la ONG, abogada e investigadora.
Estereotipos de género en los espacios de poder
En relación al rol de las mujeres en el ámbito de la política y de su ocupación en los espacios de toma de decisiones, Giménez Bautista expresó que “persiste en el imaginario social una concepción arcaica que históricamente ha relegado a las mujeres al espacio privado”. Para la integrante de ADC, esto limita sus aspiraciones profesionales y reserva el ámbito público para sus pares hombres.
Para Vergara, por su parte, “cuando hablamos de mujeres en política hablamos de mujeres que han decidido ser visibles”. En este sentido, remarcó que “cuando hablamos de ese espacio hablamos de un ámbito difícil de conquistar, captado históricamente por varones”.
Al hablar de las trabas y violencias a las que se enfrentan las mujeres, las cuatro referentes también mencionaron la maternidad. Allí coincidieron en que a las mujeres se las cuestiona por dejar a sus hijos mientras trabajan y con frecuencia son consultadas por la maternidad y la conformación de su familia.
En este sentido, para Karen ante el avance de mujeres y diversidades viene un proceso en contra. “Luego de este proceso paritario, en la actualidad estamos con desesperanza al respecto” explicó y agregó que “la masculinidad tóxica siente que se le está arrebatando un espacio”.
Violencia política en ámbitos digitales
En cuanto a la violencia en espacios digitales, Giménez Bautista mencionó que “las redes sociales han inaugurado un nuevo espacio cívico virtual”. Para la activista esto “ha favorecido la difusión de violencias que afectan directamente la visibilidad y participación plena de las mujeres en la vida pública».
En relación a la violencia, Verónica Rocha explicó que “muchas mujeres en Bolivia no ingresan en política porque prefieren optar por dejar de lado esa aspiración ante la violencia que perciben en ese ámbito contra mujeres políticas”. En el mismo sentido, Karen Vergara aseguró que “cuando hablamos de violencia de mujeres en política también hablamos de un intento de disciplinamiento de sus cuerpos en este espacio”.
También diferenció la violencia que sufren las mujeres a la de los varones en política, en mujeres se trata de amenazas que afectan a su integridad sexual. “En Chile se amenaza a las mujeres en el espacio político, pero tomando elementos similares a los de la dictadura. Existe en nuestro país lo que se ha calificado como una violencia político-sexual”, expresó Vergara.
Por su parte, Manuela destacó que Argentina es un país pionero en políticas para la igualdad de las mujeres. Sin embargo, aseguró que “la política continúa siendo un ámbito donde persiste la discriminacion, el motivo no es ya el marco normativo sino que se corresponde con el imaginario social”.
Para la integrante de ACD, además, “la violencia no solo tiene efectos en las afectadas directas, sino también sobre la ciudadanía en sí misma, porque tiene vetada la posibilidad de acceder a las propuestas de una parte de la sociedad”.
Mujeres al poder en América Latina
A nivel regional, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), aseguró que el nivel de participación de las mujeres en los procesos de toma de decisiones en el ámbito público se sitúa en torno al 30% en promedio en la región. El dato se dio a conocer en marzo de 2023 en el marco del encuentro “Las políticas públicas y la cooperación para la igualdad de género”.
La desigualdad es una realidad dentro de la política, en la justicia y en las empresas privadas. Las mujeres están subrepresentadas en los espacios de poder y esta secuencia se profundiza a medida que aumenta la jerarquía del puesto a ocupar.
Según un estudio de la revista Mercado junto con la Consultora KPMG, dentro de las 1000 empresas que más venden en el país, el 84% (5248) son hombres. En la misma línea, apenas el 16 por ciento de los directorios de las empresas que más facturan en el país tienen una presidenta mujer.
El primer estudio de Mujeres en los Directorios se hizo en 2018 y mostró que la proporción de mujeres era de apenas 8,4%. El porcentaje de mujeres ha ido avanzando a paso lento: en 2020, las mujeres llegaron al 12,8%, mientras que en 2021 la participación fue de 13,7%.