El fútbol argentino es considerado por expertos, uno de los más competitivos y fructíferos del mundo, destacándose como un importante semillero de futbolistas, muchos de ellos grandes figuras y en otros casos, leyendas que sorprendieron a propios y extraños.
Una de esas estrellas, considerada para muchos una Leyenda, es Mario Alberto Kempes, “El Matador”, quien hace 50 años tuvo su ansiado debut en la Primera División del fútbol nacional con la camiseta de Instituto de Córdoba.
El cordobés impresionó a todos desde las juveniles de “La Gloria” y con el paso del tiempo se elevó a nivel mundial. Un 6 de octubre de 1973, el delantero argentino salió a la cancha por primera vez dentro de la máxima categoría del fútbol doméstico.
El inicio de su magnífica trayectoria fue ante Newell ‘s por el Torneo Nacional y tuvo la peculiaridad de ser un cotejo televisado a nivel nacional. Dos goles en un partido de prueba en marzo del año anterior le bastaron a Kempes para ser adquirido por el conjunto de Alta Córdoba.
“Mario jugará en Instituto, pero se quedará a vivir en Bell Ville. Tiene que estudiar y viajará el día de los partidos”, indicó su padre como única condición en aquel entonces.
No obstante, tras recibirse en el Colegio San José de su ciudad e ingresar a la universidad, al poco tiempo dejó los estudios para dedicarse al deporte. Con la llegada de Kempes y sus goles, Instituto logró consagrarse en la Liga Cordobesa tras seis años y así clasificar al Torneo Nacional de 1973.
Una corta estadía en Argentina
Con muchas expectativas, Kempes mostró su olfato goleador desde temprano con 78 goles en 81 cotejos disputados en la liga de Córdoba. Asimismo, con Instituto solo jugó una temporada y marcó 11 goles en 13 encuentros.
En 1974 Rosario Central compró al delantero por 130 millones de pesos y una recomendación de Luis Indaco, ex jugador “Canalla” y veedor en aquel tiempo. Con Carlos Griguol como entrenador, Kempes desplegó todo su arsenal y enamoró a la totalidad de los hinchas.
En tres campañas con el club rosarino logró marcar 97 tantos en 123 partidos a nivel local e internacional. En su estadía con el Canalla se transformó en uno de los mejores jugadores argentinos con futuro y en uno de los grandes ídolos de la institución.
De hecho, en 1995, y con 41 años, tuvo su partido homenaje en un duelo contra Newell ‘s. A pesar de que el espectáculo no finalizó por un incidente de proyectil contra un jugador, Kempes marcó de cabeza el gol del triunfo.
En la temporada 1981-1982, y tras estar asentado en el fútbol europeo, tuvo un paso por River Plate, donde obtuvo el Campeonato Nacional, su único título en el deporte local.
Con el “Millonario” cosechó 16 tantos en 33 partidos, aunque fue fundamental en la conquista de 1981 con un gol en la final ante Ferro. Frente a la incapacidad del club de Núñez de cumplir con los pagos del pase de Kempes, el cordobés retornó al Viejo Continente, donde estuvo hasta 1992.
Europa, una etapa que fue de mayor a menor
Antes de llegar a River, Kempes se fue de Rosario Central al Valencia de España por 300.000 dólares y con la ilusión de dejar su huella en el fútbol europeo. Con dos ciclos, estuvo siete temporadas en el equipo “Chés”, entre 1976 y 1981, y dos años más tras su paso por River.
En el conjunto español consiguió en dos ocasiones el Trofeo Pichichi como máximo goleador de la liga local, en 1976-1977 con 24 goles y en 1977-1978 con 28.
Por otro lado, en el fútbol español logró sus primeros títulos al consagrarse en la Copa del Rey de 1978-1979, la Supercopa de Europa de 1980 y la extinta Recopa de Europa de 1979-1980.
En la consagración local marcó los dos goles con los que su equipo venció en la final al Real Madrid. En tanto, en la inexistente copa europea derrotó por penales al Arsenal inglés y el cordobés falló su disparo. Sin embargo, fue la gran figura y goleador de la competición con 9 goles.
Su única espina en el fútbol ibérico es no haber conseguido la liga local con la gran plantilla que ostentaba en aquel tiempo el Valencia. Además, en el título restante superó al Nottingham Forest inglés, el mejor equipo europeo del momento tras ganar la Copa de Europa, actual Champions League, dos años consecutivos.
Con el Valencia jugó 246 partidos y marcó 149 goles en total, estadísticas que lo amparan como el máximo ídolo en la historia del club, según los mismos aficionados.Luego de sus gloriosos años en la institución blanquinegra, donde tuvo su último partido y gol ante el Real Murcia, pasó al Autocares Luz de Valencia de la liga de Fútbol Sala.
Sin embargo, ese sorpresivo destino en su carrera duró solo unos meses antes de llegar a otro club de la élite del fútbol español, el Hércules. Con los “Blanquiazules” llegó a las 11 anotaciones en 42 partidos, números que sirvieron para que el equipo conservara la categoría en la Primera División.
Sus últimos años como profesional
Tras dos años con su segundo club español, Kempes inició un recorrido por equipos de menor nivel en Austria, Chile e Indonesia con resultados dispares.
En el primer país jugó en el First Vienna en 1986-1987 y marcó 7 goles en 20 cotejos, luego pasó tres años en el Sankt Pölten, donde anotó 24 tantos en 64 partidos. Por último, estuvo dos temporadas en el Kremser y convirtió 7 anotaciones en 39 encuentros.
Por otro lado, en el fútbol trasandino fue jugador de Arturo Fernández Vial para disputar la segunda división chilena en 1995 y anotar 5 goles en 11 partidos. Para ponerle fin a su carrera pasó al Pelita Jaya, de Indonesia, hoy conocido como Madura United desde 2016.
Disputó la campaña de 1996 y alcanzó las 10 anotaciones en 15 duelos. Más allá de que su trayectoria finalizó fuera de las grandes luces del fútbol mundial, nunca dejó de hacer lo que más sabía, marcar goles.
Un fuerte vínculo con la Albiceleste
En cuanto a su relación con la Selección Argentina, Kempes fue jugador internacional entre 1973 y 1982, tiempo en el que participó en 43 encuentros y anotó 20 goles.
Su experiencia inicial a nivel internacional fue con la selección juvenil en el Torneo Juvenil de Cannes de 1973. Asimismo, su inesperado debut con la mayor fue el mismo año ante Bolivia como visitante por las Eliminatorias Sudamericanas para el Mundial 1974 con la famosa “Selección Fantasma”.
Su gran explosión se dio en la Copa del Mundo de 1978, edición en la que fue el único futbolista del plantel que jugaba en el exterior. A nivel individual se convirtió en el máximo goleador del torneo con 6 tantos, de los cuales dos fueron en la final que Argentina le ganó 3-1 a Países Bajos.
Junto a Guillermo Stábile son los únicos argentinos en conseguir ese logro. Kempes fue la gran figura del campeonato mundial para permitirle a la “Albiceleste” alzarse con su primer título.
Por otro lado, fue partícipe de la Copa América 1975, donde marcó 3 goles en 4 partidos y se despidió en la primera ronda. Además, jugó las ediciones de los Mundiales de 1974 y 1982, pero en ninguno logró marcar tantos y en ambos Argentina fue eliminada en la segunda fase.
Por último, Kempes participó en diversos partidos preparatorios de los tres torneos mundiales para marcar su primer tanto ante Rumania en 1974. Tras la frustrante participación de 1982, el Matador dejó la Selección y le cedió el “N°10” a Diego Maradona, la nueva joya nacional en ascenso.
En ese sentido, “Pelusa” indicó en su autobiografía que Kempes era “el gran impulsor del fútbol argentino”. A lo largo de su vínculo con la Selección Argentina, el cordobés fue recordado por mucho más que sus goles. Cautivó a muchos con su gran técnica y juego limpio, nunca recibió una tarjeta roja con la Albiceleste.
Una vida ligada al deporte
Hoy por hoy el Matador es comentarista de fútbol para la cadena estadounidense de ESPN en su versión para Latinoamérica. Sin embargo, tras colgar los botines probó suerte como entrenador aunque con cortos períodos y sin buenos resultados.
Durante su estadía en Indonesia fue técnico del Pelita Jaya de manera unísona con su desempeño como futbolista. En 1997 tuvo un breve paso por el KS Lushnja de Albania hasta que el país sufrió una quiebra financiera.
Un año más tarde se hizo cargo de Mineros de Guayana, de Venezuela, y en 1999 se consagró campeón con The Strongest en Bolivia. Para el 2000 estuvo al frente de AD Santa Bárbara de Costa Rica y el Blooming boliviano.
Su última gran experiencia en la Primera División fue en 2001 con Independiente Petrolero en el altiplano. Para concluir su trayectoria como DT estuvo el mismo año en el Casarano, del ascenso italiano, y en 2002 en el San Fernando de la segunda de España.
Por otro lado, tuvo las oportunidades de hacerse cargo de la Selecciones de Paraná y El Salvador. En la primera ocasión prefirió seguir como comentarista, mientras que la segunda no prosperó por razones desconocidas.
Su huella en la historia del fútbol argentino se refleja con el gran homenaje que recibió de cara a la Copa América 2011. El Estadio Olímpico de Córdoba, inaugurado en 1978, lleva el nombre del cordobés desde su reinauguración para el campeonato sudamericano.