“Cuando las mujeres comen” es la segunda obra de la escritora Noelia Previtera, la cual aborda parte de su historia en relación con la comida. Un libro que, a partir de 250 páginas, despierta en cada mujer una alternativa para querer y respetar sus cuerpos de una manera mejor.
Nota al Pie dialogó con la escritora, quien además es licenciada en kinesiología, fisioterapia y especialista en rehabilitación deportiva. La misma relató cómo fue su experiencia en la lucha contra la mala alimentación, su obsesión con la comida y el proceso de sanación y amor que desarrolló tiempo después.
¿Por qué decide escribir este libro?
Cuando uno está en medio de años y años de comportamientos trastornados con la comida, cree que es la única que sufre y pasa por eso. Sin embargo, cuando comencé a compartir lo que viví, descubrí que había millones de mujeres que pasaban por exactamente lo mismo.
Cualquier literatura que hable sobre nutrición y alimentación, habla sobre una limpieza, disciplina y pulcritud a la que debemos llegar con la comida para ser “sanas”, así como también cuidar de nuestros cuerpos, tanto (en) apariencia como peso y salud.
Ninguna de estas bibliografías habla de los desafíos reales en cómo las mujeres nos relacionamos con la comida. Muy pocas veces vas a encontrar a alguien que te explique que comía a escondidas, que se odiaba a ella misma cuando comía cosas que engordaban o que se sentía adicta a la comida, aún cuando no lo era. Casi ninguna mujer cuenta sobre esto porque es vergonzoso dejar al descubierto nuestra peor debilidad: la comida.
¿Qué enseñanza le dejaron esos años de dolor y que le diría a una mujer que se encuentra viviendo lo mismo?
Aprendí que desde muy pequeñas a las mujeres se nos enseña a tenerle miedo a nuestros cuerpos, a nuestro peso corporal y a la comida. Ese pavor nos lleva a querer controlar la comida exhaustivamente para después terminar teniendo atracones y que, por años, a través de la modificación de nuestro cuerpo, seguimos intentando darnos valor y sentirnos a gusto en nuestra piel.
En efecto, llega un punto que estás tan sumergida en el descontrol con la comida y en las subidas y bajadas de peso, que perdés total sentido del motivo de estar viva, de la felicidad y de vos misma.
En relación a qué le diría a una mujer que está pasando por esto, es que justamente es un conflicto interno. Que sí ha venido intentando resolverlo bajando de peso, sea cual sea el peso que tenga ahora, va a tener que dejar de lado la obsesión con el adelgazamiento -aunque sea por un tiempo- para poder resolver esas cuestiones internas.
¿Por qué el nombre “Cuando las mujeres comen”?
Porque hemos intentado siempre saber mucho de nutrición, de comida, de macronutrientes, de ayunos, de dieta cetogénica y de miles de recetas para controlar nuestros cuerpos y tener el cuerpo de “sueños”, y en eso que hemos intentando comer perfecto, nos olvidamos lo básico del orden de comer.
Ya no sabemos cuándo tenemos hambre y cuándo es ansiedad, confundimos necesidades emocionales con pulsión de hambre. De esta manera, comenzamos a utilizar la comida y las dietas como forma de control y evasión, ya no comemos, sino que hacemos de todo a través de la comida o la dieta y nos mantenemos entretenidas en ese espejismo por años.
A veces uno cree que la solución a querernos es simplemente hacer dieta, pero: ¿Realmente es ese el secreto o es algo que se encuentra en cada mujer?
Hay momentos donde en mí consultorio recibo mujeres que me dicen que su primera dieta la comenzaron en la niñez o adolescencia y que, desde ese entonces, nunca dejaron de hacer un intento por bajar de peso. Se sometían a probar distintas dietas o métodos existentes, pero, aún así, hoy en día se encuentran ante una relación más que conflictiva con la comida y el cuerpo.
Sin embargo, por más diferentes nombres que se le pongan, la solución no está en otra dieta o en bajar de peso, ya que es algo que, probablemente, la persona viene intentando hace años y nunca lo logró alcanzar o hizo momentáneamente.