El próximo 5 de octubre, la cantante y compositora Vero Marjbein presentará su nuevo disco “Buscando el sol”. Bajo la frase “aún en plena oscuridad alumbras”, el mismo será exhibido desde las 21 en el Centro Cultural Morán, ubicado en Pedro Morán 2147, Buenos Aires.
Para conocer más acerca de su trabajo, Nota al Pie dialogó con la cantante, quien contó lo que representa para ella su nuevo álbum, el motivo de su nombre y por qué decidió incluir la canción de Fito Páez en el mismo.
Siendo que el álbum surgió después de la pandemia, ¿qué representa para vos el mismo por qué su nombre “Buscando el sol”?
Sin dudas este álbum es post pandémico y tiene ese carácter: es tocar fondo y buscar la luz. Es semilla que late y brota hacia el sol, es contener la luz y la oscuridad, es resurrección.
“Buscando el sol” representa para mí, en mi proceso artístico personal, un cambio completo de perspectiva. Este es mi segundo álbum solista, en el primero, que fue “Lo que estalla”, estaba casi enceguecida con esa luz y ese estallido. Siento que (el mismo) está en la oscuridad que dejó tanta luz, también lo oscuro de la pandemia, pero latiendo siempre y buscando el sol.
Si bien ese es el sentido más íntimo para mí, es alucinante en el arte la libre interpretación y cómo se van dando nuevos sentidos. Así es que, preguntando en redes sobre lo que interpretan por “Buscando el sol”, la gente le encontró un sentido optimista, vital y luminoso. Celebro esa capacidad recíproca de transformación.
¿Por qué decidió incluir en su disco la canción de Fito Páez?
Si bien hace casi 20 años que transito los caminos del folklore, mi música de adolescencia y de cuna es nuestro rock nacional. En el primer álbum incluí una canción de Charly y (otra) de Fabiana Cantilo.
En cambio, en este decidí sumar una canción increíble de Fito Páez que me acompaña desde casi toda la vida. Y que, a su vez, se fue resignificando en los últimos años, con los cambios de la madurez y también de la pandemia, de añorar las calles y sus recuerdos.
Hace tiempo que es parte de mi repertorio, pero la versión es muy diferente y disruptiva; metida en un aire de chacarera o marinera. También un poco electrónica y con un tinte sinfónico. Ojalá la disfruten.
¿Cómo fueron sus comienzos en este ambiente musical?, ¿viene acompañado de su labor como docente?
Siempre estuve en la música desde niña, de adolescente era la de la guitarra, en cada plaza y fogón ahí estaba cantando y tocando con amigos y amigas. El violín vino un poco después, hacia mis 20 años.
Ya a los 25 estaba con mi grupo “Correntada”, con quienes seguimos compartiendo hasta el día de hoy en festivales, sacando discos y tocando en conciertos del país. Desde ahí (pasaron) muchísimas e incontables experiencias en distintos géneros musicales y escenarios.
Fue recién hace 6 años que decidí hacer música como solista, haciéndome cargo de mi nombre y lo que quiero decir. En tanto, la docencia siempre me acompañó y también me apasiona. Soy maestra y profesora de violín, pero sin dudas, al ser música, es complementario y tiene que ver también cómo se puede ejercer la música en nuestro país, que es prácticamente imposible subsistir de tocar exclusivamente.
En su cercana presentación, ¿Cómo lo siente usted el hecho de exhibir su reciente material ante el público?, ¿Tiene pensado nuevo material?
Estoy feliz de este reencuentro, gran parte de esta música nunca fue tocada, al menos con estos arreglos en vivo. Entonces, feliz, ensayando con una banda inmensa y alucinante.
Estas grandes presentaciones dan la posibilidad de expandir el decir artístico y me acompaña también un ballet de amigas con quienes vengo trabajando desde hace mucho. Así que con mucha ilusión de generar un gran hecho artístico y que la gente quiera venir a disfrutar y acompañar.
Siempre hay temas y nuevos arreglos esperando. Ahora este álbum es una cosecha para seguir sembrando, y ojalá que siempre sea así en el ciclo artístico.