En el marco del Día Internacional de la Mujer Indígena, celebrado cada 5 de septiembre, la organización Mujeres de la Matria Latinoamericana (MuMaLá) realizó un informe sobre los femicidios de mujeres de pueblos originarios desde 2015. Allí, la entidad señaló la necesidad de declarar la emergencia nacional por violencia de género.
Nota al Pie dialogó con Victoria Aguirre, vocera nacional de MuMaLá, quien detalló la situación y las políticas que se necesitan para frenar esta violencia.
La labor de MuMaLá
Acerca de la historia de MuMaLá, Victoria Aguirre comentó: “A partir del 2018 nos convertimos en un Observatorio Federal. Esto nos permite una mejor y mayor cobertura”. De aquel modo, se fortaleció el trabajo de la organización que continúa teniendo como fuente a los medios gráficos, medios digitales, junto a los espacios disidentes.
En el reclamo sobre las políticas efectivas que deberían haber y no hay actualmente, señaló que lo primordial sería “abrir la política pública para erradicar la violencia por motivos de género a los territorios, donde están las comunidades originarias y su entorno”. Es preciso, en este punto, tener en cuenta que hay lugares donde el Estado ha llegado de forma parcializada.
Desde la organización buscan que se concrete un programa común que respete y visibilice la culturalidad, pero que también se cree conciencia sobre una vinculación sin violencia hacia las mujeres. “La práctica del chineo, por ejemplo, se sigue defendiendo desde la culturalidad, cuando se habla de abusos en la infancia y adolescencia”, expresó la vocera nacional de MuMaLá.
En memoria de Bartolina Sisa
El 5 de septiembre de 1782 fue asesinada Bartolina Sisa, abanderada de la Independencia del Alto Perú. Para honrar su memoria, en esa fecha se conmemora el Día de la Mujer Indígena, a través del cual representan la lucha contra el maltrato que padecen, como una denuncia por la no acción de quienes deben resguardar su seguridad e integridad.
Por medio de un comunicado, la vocera nacional de MuMaLá se refirió al informe y destacó que la perspectiva interseccional les permite identificar los factores que profundizan y multiplican las discriminaciones, las violencias y las vulnerabilidades.
En este sentido, la preocupación cada vez es mayor, debido a la naturalización de prácticas de violencia y abuso sexual de las victimas por su pertenencia étnica. Por ello, desde la organización exigen políticas de género que sean efectivas.
Las cifras de los femicidios
Según explicó la organización, la información se recabó a partir del relevamiento de los medios de comunicación. En ellos, destacan que es escasa la mención a la pertenencia étnica de las víctimas de femicidio. Por este motivo, consideran que, así como se incorporó la perspectiva de género, gracias al primer “Ni Una Menos”, es necesario “avanzar con la inclusión de la interseccionalidad” en el relato informativo.
El informe revela que los femicidios de mujeres y desidencias de pueblos originarios desde 2015 representan el 1%, correspondiente a 7 provincias. Estas son: Salta (35%), Chaco (29%), Jujuy (18%), Formosa (6%), Misiones (6%) y Santa Fe (6%). En cuanto a las otras provincias, no figura un registro porque no hay reportes de los medios o no hay comunidades originarias.
El promedio de edad de las víctimas se modifica si se tiene en cuenta la variable interseccional. Mientras que en el registro general de los femicidios la edad promedio es de 37 años, en las víctimas que forman parte de comunidades originarias es de 21.
Por otra parte, el informe da cuenta de la modalidad en la que se llevan adelante los femicidios. Un 41% de mujeres originarias fueron asesinadas a golpes, lo cual representa la primera modalidad. Sin embargo, en el registro total de los femicidios este lugar es ocupado por las armas blancas y de fuego, mientras que los golpes se encuentran en tercer lugar.
A su vez, el estudio resalta que en el 53% de los femicidios a mujeres originarias hay violencia sexual, mientras que en el conjunto de femicidios es de 5%.
El informe también destaca que el 35% de las víctimas pertenecientes a pueblos originarios estuvieron desaparecidas. Sin embargo, en el registro general la desaparición se da en un 14% de los casos.
Respecto a los mecanismos que los femicidas emplean para desechar el cuerpo sin vida, se mencionan los descampados, basurales, campos o entierro con cemento. En el 41% de los casos de femicidios de mujeres de pueblos originarios, el femicida utilizó alguna de estas formas, mientras que en el relevamiento general se dio en un 12%.
Por último, el informe enfatiza en que los femicidas por lo general son procesados y sentenciados en un alto porcentaje. Pero esto no sucede en los casos de femicidios de mujeres pertenecientes a las comunidades Wichi, Quom, Guaraní, Chicha y OmaguaWarmikura. En estos últimos casos, los culpables solo fueron condenados en un 40%.