La Argentina atraviesa un escenario de crisis inflacionaria que tiene en vilo a la gran mayoría de la población. La falta de estabilidad económica, reflejada en el aumento constante de precios y la erosión de los salarios, contribuye a un estado general de incertidumbre respecto al futuro del país.
No obstante, en los últimos años se han llevado a cabo proyectos que prometen contribuir al desarrollo económico de la Argentina. Este es el caso de un importante rubro estratégico como la energía, el cual le otorga al país un gran potencial como exportador.
Además, la recientemente anunciada incorporación a los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) ofrece a nuestro país nuevas perspectivas de integración al mercado mundial, al formar parte de una alternativa al unipolarismo occidental que busca defender los intereses nacionales.
Sin embargo, el potencial de la Argentina llamó la atención de las potencias mundiales, especialmente de los Estados Unidos. El interés del país norteamericano se vio reflejado en las recientes visitas del titular de la NASA, Bill Nelson; Christopher Hanson, titular de la Comisión Reguladora Nuclear, y Laura Richardson, jefa del Comando Sur del Ejército.
En el foro energético de la AmCham, el embajador estadounidense Marc Stanley ratificó que su país sigue de cerca el desarrollo productivo argentino, “clave para el futuro económico” por su rol para “darle energía al mundo”.
El gas de Vaca Muerta, un punto clave
La construcción del gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK), que transporta hidrocarburos desde el yacimiento Vaca Muerta, permitirá a la Argentina abastecer el mercado interno de gas natural, por lo que se dejará de importar gas a partir del 2024.
Esto significa un significativo ahorro anual en divisas extranjeras, necesarias para la estabilidad de la macroeconomía. Por otro lado, la crisis de la producción de gas natural en Bolivia ofrece a la Argentina una oportunidad para ser proveedor de este hidrocarburo a las ciudades industriales de Brasil y de otros mercados de la región.
La integración Argentina en los BRICS
Durante la XV Cumbre realizada en Sudáfrica, la alianza internacional de países emergentes anunció la incorporación de seis nuevos miembros: Argentina, Egipto, Etiopía, Arabia Saudita, Irán y Emiratos Árabes Unidos. Estos representan el 46% de la población mundial y el 37% del producto bruto mundial (PBM).
Según explicó el presidente Alberto Fernández, formar parte de los BRICS otorga la posibilidad de “abrir nuevos mercados, de consolidar los existentes, de favorecer los flujos de inversión creando empleo, de aumentar las exportaciones y de desarrollar la aplicación de nuevas y mejores tecnologías”.
El mandatario expresó que la Argentina puede tener un rol de articulación de consensos, en medio de las tensiones geopolíticas mundiales. Además, es destacable el acceso al Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), un organismo de crédito que busca reemplazar a los organismos financieros especulativos por la inversión en modelos productivos.
La producción de litio, con un valor agregado
Para fines de este año está estipulada la puesta en marcha de la Planta Nacional de Desarrollo Tecnológico de Celdas y Baterías de Litio (UniLiB), desarrollada en conjunto por la Universidad Nacional de La Plata y la empresa Y-TEC.
En la actualidad, los proyectos de extracción y exportación de litio están en manos de empresas multinacionales que dejan mínimas ganancias a las provincias propietarias del recurso natural. El objetivo de producir baterías de litio nacionales es otorgar valor agregado al demandado recurso a partir de la industrialización.
GNL e hidrógeno verde
La demanda de recursos para la transición energética está en aumento a nivel mundial. En este sentido, la Argentina tiene la posibilidad de convertirse a mediano plazo en un proveedor de gas natural licuado e hidrógeno de bajas emisiones de carbono.
El Poder Ejecutivo envió un proyecto de ley al Congreso que declara de “interés nacional” a toda actividad relacionada con la producción de gas natural licuado. En primer lugar, se busca dar un marco regulatorio a las inversiones extranjeras en el rubro.
Por otro lado, el proyecto contempla la construcción en dos etapas de la infraestructura necesaria. La primera consiste en la creación de dos barcos licuefactores que pueden producir 5 millones de toneladas al año. La segunda, en la construcción de una planta de licuefacción con una capacidad de producción de 25 millones de toneladas al año.
En el caso del hidrógeno verde, la provincia de Río Negro trabaja en un plan estratégico desde la óptica del desarrollo local. También está en marcha un proyecto de ley nacional de promoción de esta fuente de energía, que dará al país la posibilidad de ser proveedor en la región Latinoamericana.
Argentina como potencia pesquera
Otra de las potencialidades que Argentina puede explotar es la actividad de la pesca. Un estudio de la Fundación Latinoamericana de Sostenibilidad Pesquera (FULASP) reveló que el país se podría convertir en una potencia mundial en el rubro hacia 2030.
Actualmente, la pesca es el octavo sector con más exportaciones, con clientes en más de 100 países. Debido a la calidad geográfica del territorio, ideal para el desarrollo de la actividad acuícola, la Argentina tiene grandes posibilidades de responder a la creciente demanda mundial de pescado.