Les candidates de La Libertad Avanza continúan su suma de dichos nefastos. Al último lo protagonizó Victoria Villarruel, la contendiente del espacio a ocupar la vicepresidencia del país. En el marco del (también nefasto) acto en homenaje a las “víctimas del terrorismo”, apuntó contra Estela Barnes de Carlotto, presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo.
Fue al finalizar la actividad que realizó en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires el pasado lunes 4 de septiembre. Allí, la actual diputada nacional por el espacio que encabeza Javier Milei, brindó una entrevista al canal La Nación +.
«Carlotto ha sido un personaje bastante siniestro para nuestro país», comenzó. «Con ese cariz de abuelita buena, la realidad es que ha justificado al terrorismo», prosiguió Villarruel con su descarada afirmación.
«Ha hecho política desde siempre, tiene a toda su familia colocada en el Estado. Puede sentir dolor por la muerte de su hija, pero tiene que contar que su hija era combatiente de Montoneros«, denunció, en un peligroso ataque a la democracia actual.
A partir de estos dichos, desde Nota al Pie consideramos necesario recordarle a Villarruel quiénes son las Abuelas de Plaza de Mayo. ¿Por qué es importante tener siempre presente su lucha?
Una breve historia de Abuelas
«En Argentina, las locas de Plaza de Mayo serán un ejemplo de salud mental, porque ellas se negaron a olvidar en los tiempos de la amnesia obligatoria», pintó como utopía el escritor Eduardo Galeano.
Se refería a las mujeres que, en 1977, comenzaron a habitar ese espacio, en la lucha por recuperar a sus hijes y nietes desaparecides. Eran las Madres de Plaza de Mayo, que con pañales blancos en la cabeza (que luego se convertirían en pañuelos), buscaban por cuenta propia la justicia que nadie les daba.
De ellas, se desprendieron las Abuelas Argentinas con Nietitos desaparecidos (el primer nombre de las Abuelas de Plaza de Mayo). Las 12 fundadoras fueron Mirta Acuña de Baraválle, Beatriz Aicardi de Neuhaus, María Eugenia Casinelli de García Irureta Goyena, Eva Márquez de Castillo Barrios, Chicha Mariani, Delia Giovanola de Califano, Clara Jurado, Leontina Puebla de Pérez, Raquel Radio de Marizcurrena, Vilma Delinda Sesarego de Gutiérrez, Haydeé Vallino de Lemos y Alicia Licha Zubasnabar de De la Cuadra.
A ellas las unía una búsqueda en especial: la de sus nietes. Eran madres o suegras de mujeres que habían sido secuestradas por las fuerzas de la dictadura estando embarazadas, cuyes hijes nacieron en cautiverio. En otros casos, les niñes eran bebés que fueron capturados junto a sus padres, y nunca más los volvieron a ver.
No alcanzan estos renglones para describir todos los logros de las Abuelas de Plaza de Mayo. Vale decir, por lo menos, que en marzo de 1980 recuperaron a las primeras dos nietas: Tatiana Ruarte Britos y su hermana Laura Jotar Britos. La última restitución de identidad fue en el pasado mes de julio, con el encuentro del nieto 133. Se trata del hijo de Cristina Navajas y Julio Santucho, nieto de la Abuela Nélida Navajas.
El índice de abuelidad
Las Abuelas de Plaza de Mayo lograron descubrimientos científicos en el mundo. En un principio, recorrían los hospitales para infancias, para descubrir rasgos físicos similares entre los bebés y sus hijos. Pero, ¿cómo comprobar el parentesco?
Necesitaban descubrir si, al igual que un examen de sangre para determinar paternidad, la suya podrá utilizarse para reconocer a les nietes robades. Para eso, viajaron por diferentes lugares del mundo, hasta que en Estados Unidos dieron con un grupo de médicos investigadores que las ayudó.
Así se llegó al “índice de abuelidad”, que garantizaba un 99,99% de eficacia en la determinación de parentesco. La Justicia debió incorporarlo como prueba. Se utilizó por primera vez en 1984, cuando recuperó su identidad Paula Logares. Ella había sido secuestrada junto a sus padres en Uruguay, a quienes trasladaron al Pozo de Banfield.
A mediados de los años 80, las Abuelas impulsaron la creación de un banco para almacenar sus perfiles genéticos y garantizar la identificación de sus nietes. Por eso, en 1987, nació el Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG).
Hasta hoy, en él se almacenan todas las muestras de les familiares que buscan a los niñes desaparecidos por el terrorismo de Estado, y de todas las personas que sospechan ser hijas de desaparecides.
Para siempre, Abuelas
Tras los dichos de Victoria Villarruel, Estela de Carlotto respondió en una entrevista a Nacional Rock. “Estoy enojada con esta persona, pero es un enojo de justicia, lo que ha dicho no se lo podemos permitir, ya está dando señales de que, si vienen ellos, esto de ahora es nada, ¿qué vendrá después?”, se preguntó.
Además, la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo desde 1989 advirtió. «Que a mí me diga que soy lo que quiera pero con mis hijos no, y menos con Laura«. Y cuestionó: «Habló de una joven asesinada, violada y a la que le robaron un bebé. ¿Quién es ella, quién es esta persona?».
Eso lo estamos descubriendo ahora, a un mes de las Elecciones Generales en Argentina. En ellas, se definirá quién ocupará la próxima presidencia del país. Tras las PASO, el espacio que recibió más votos es el que lleva a Villarruel como vicepresidenta.
«Lo que hacen Villarruel y su espacio político es una provocación para ganar notoriedad sobre temas superados por la sociedad argentina y convalidados por la justicia nacional e internacional. Su discurso nos retrotrae a lo peor de nuestra historia, intenta sembrar confusión y promover el odio entre los argentinos», puntualizaron las Abuelas en un comunicado.
«A los agravios siempre responderemos con verdad, organización, amor y lucha. Nunca más», concluyeron.