El martes pasado, la Cancillería Argentina emitió un informe sobre la situación económica internacional del país durante julio. El informe incluye cómo fue el impacto de la sequía para las transacciones, las cuales tuvieron una disminución. Las exportaciones bajaron un 22,4% mientras que las importaciones lo hicieron en un 19,1%.
Sobre finales del año pasado y este 2023, el país sufrió una de las peores sequías en los últimos 60 años. Esto derivó en mayores complicaciones para la turbulenta economía argentina que transita por una creciente inflación y la devaluación, que a su vez se enmarca en una fuerte deuda al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El panorama adverso como consecuencia de la sequía no solo se dió en Argentina sino también en Uruguay y Chile. En el caso uruguayo impactó en el acceso al agua potable para el uso de la población y el sector agropecuario. En cuanto a Chile, las autoridades decretaron que varias regiones se encuentran en emergencia hídrica y agrícola.
Según el análisis realizado por la Atribución Meteorológica Mundial, es natural una reducción en las precipitaciones en la región. Sin embargo, el aumento de calor extremo producto del calentamiento global genera sequías cada vez más graves.
Reporte del comercio exterior y el impacto de la sequía en el caso argentino
La Cancillería Argentina anunció en un informe que las exportaciones en el mes de julio fueron de USD 6.060 millones. En comparación con el mismo mes del 2022 las exportaciones fueron 22,4% inferiores lo que implica una pérdida de USD 1.745 millones como consecuencia de una caída tanto en las cantidades exportables como en los precios.
La situación económica responde como parte de los efectos que tuvo la sequía, además de los precios bajos internacionales de las commodities. Según el informe, esto se ve reflejado en una reducción pronunciada de las exportaciones de Productos Primarios y de Manufacturas de Origen Agropecuario. Esto implicó que haya una menor venta de maíz, trigo y productos derivados de la soja como la harina, pellets, porotos y aceite.
Por su parte, las importaciones de bienes durante el mes de julio totalizaron USD 6.709 millones. Hubo una disminución del 19,1% comparado al 2022. Según el informe, esto se debió a una “contracción tanto en los precios como en las cantidades importadas”.
Hubo menores importaciones de gasóleo y gas natural, ya sea gaseoso como licuado. Asimismo, hubo menor importación de bienes de consumo y bienes intermedios.
A su vez, el documento divulgado por la Cancillería sostiene que hubo un crecimiento en la cantidad de importaciones de bienes de capital, y piezas y accesorios de bienes de capital.
Los efectos de la sequía impactaron en las importaciones a través de las compras que se realizaron. En julio el principal producto importado y el de mayor crecimiento fue porotos de soja, con el objetivo de ser industrializado para la producción de harina, aceite y biodiesel, con un total importado de USD 567 millones, 148,7% superior al de julio de 2022.
La sequía a nivel meteorológico
Según el último informe del Servicio Meteorológico Nacional, en el mes de junio la superficie en sequía a nivel nacional se redujo en cerca de 8.5 millones de hectáreas.
El documento sostiene que durante junio todo el este del país tuvo escasas precipitaciones. Esto generó desvíos negativos en casi toda la región del Litoral, Buenos Aires y este de Patagonia.
Asimismo, el informe explica que los índices de vegetación se mantienen en valores bajos y muy bajos en el norte del país, incluyendo norte de Santa Fe, sur de Corrientes y norte de Entre Ríos, sudoeste de Chaco, este de Santiago del Estero y norte de Córdoba.
A su vez, hay valores bajos en el oeste y noroeste de Buenos Aires, norte de La Pampa, sur de Córdoba y extremo sur de Santa Fe. En Cuyo y oeste de La Pampa, las anomalías también son negativas.
Por otra parte, en cuanto a los valores de la altura de los ríos la situación también es crítica. La cantidad de agua que hay en los ríos en la mitad norte de la Cuenca del Plata es muy baja. En el tramo argentino del Río Paraná también pasa lo mismo en todos sus puntos de medición.
El impacto de esta situación es notable en la escasez de forraje que se arrastra desde meses anteriores. La situación se da tanto en el oeste y norte de Buenos Aires como en el norte de Santa Fe, Santiago del Estero y el este de La Rioja. A la crítica situación se le agrega la necesidad la adquisición de suplementos y pérdida de peso de los animales ganaderos.
El informe del Servicio Meteorológico plantea que en el oeste de la Pampa, al igual que el sur de Santa Cruz presenta situaciones severas por condiciones de sequía.