Los primeros resultados de las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) mostraron el liderazgo del libertario Javier Milei, una tendencia que se mantuvo el resto de la velada. En el festejo por su victoria, el candidato a presidente de la Nación brindó un discurso sobre la propuesta de La Libertad Avanza (LLA) y la realidad económica.
Hace ya tiempo que la alianza de la extrema derecha menciona su deseo de dolarizar la economía, llevar a cabo un ajuste al gasto público y el cierre del Banco Central de la República Argentina (BCRA). ¿Cuál es la realidad subyacente?
Desentrañando el discurso de Milei
Alrededor de la medianoche, el líder de La Libertad Avanza llegó al búnker a festejar su victoria con el 31,30% de los votos, en un total de 76,15% de mesas escrutadas.
En su discurso manifestó que “Argentina en los últimos 122 años tuvo déficit durante 112”, al mismo tiempo que destacó que desde el siglo XX el país sufrió “22 crisis, donde 20 son de origen fiscal”.
“Hoy Argentina es el país con la presión fiscal en blanco más alta del mundo, haciendo que sea absolutamente inviable, donde tiene cerca de 170 impuestos y cerca de 70.000 regulaciones, que no favorece a nadie que quiera hacer un negocio”, sostuvo.
En materia fiscal, podemos decir que Argentina no se encuentra en el ranking de los países con más alta presión fiscal. Al 2022, la presión tributaria del país llegó al 29,1%, según la Subsecretaría de Ingresos Públicos.
En el 2021, se encontraba en el puesto 12, debajo de países como España, Alemania, Reino Unido, Japón y Estados Unidos. Esto demuestra que, a nivel mundial, Argentina no encabeza una lista copada por naciones del primer mundo en lo más alto del ranking.
Sin embargo, la carga tributaria del país sí puede considerarse alta a nivel Sudamericano, ya que Argentina se encuentra en segundo lugar solamente detrás de Brasil.
Ahora bien, el discurso libertario explica que, con una presión tributaria elevada, no es posible hacer negocios en el país. Concretamente, pese a la inflación del país, la rentabilidad de las empresas es muy significativa.
Por dar ejemplos, empresas como Ledesma, Molinos Río de la Plata o Aluar alcanzan una rentabilidad del 10,4% en promedio en dólares para el período que va desde el 2014 al 2021.
El modelo libertario y una realidad desvirtuada
Frente al discurso televisivo de Javier Milei, la creencia de que el Estado genera déficit fiscal y que el gasto público es elevado pone en discusión la realidad.
Para comprender de qué se trata el déficit fiscal, hay que entender que el mismo se produce cuando los gastos realizados por el Estado (en un período de tiempo) superan los ingresos fiscales.
Además, el gasto público engloba la suma de todos los desembolsos realizados por entidades gubernamentales, ya sea en la adquisición de bienes y servicios o en la entrega de subsidios y transferencias
Entonces, a la hora de enunciar que nuestro país presenta un mayor déficit fiscal, hay que ver el panorama mundial. Es que, según el Fondo Monetario Internacional (FMI), de 181 países, 140 han tenido déficit fiscal en el 2022.
Ahora bien, según los datos del Banco Mundial (BM), el gasto público de Argentina en el 2021 fue del 22,87%. Sin embargo, Alemania llegó al 33,5%, Australia al 32,7% y Bélgica al 41,7%.
Asimismo, tomando en cuenta el periodo del 2009 al 2021, el gasto público del Estado nacional alcanzó el 24,4% del Producto Bruto Interno (PBI), valores menores al 27,5% en el 2020 y el 24,3% del 2021. En un desglose por distritos, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y las provincias el gasto es del 15%, mientras que en los municipios del 2,4%.
Además, el gasto público se destina a los recursos estatales para diversos rubros, como educación, salud, infraestructura y servicios públicos. Esta carga deriva de presupuestos aprobados por el Congreso y ejecutados por el Gobierno. Sin embargo, factores como la inflación y las demandas sociales pueden provocar un aumento del gasto, lo que puede dificultar el equilibrio fiscal.
Por último, es importante destacar que el gasto público es uno de los instrumentos de política fiscal más importantes que tienen los Estados. Para perseguir objetivos como redistribución de ingresos, generación de empleos, protección social, infraestructura y proveer servicios públicos son algunos factores a tener en cuenta a la hora de manejar los discursos políticos.