En las últimas semanas, y gracias a los mensajes que dieron varies atletas en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la salud mental empezó a tener el reconocimiento y la importancia que se merece dentro del mundo del deporte. Les deportistas conviven con situaciones de estrés y tensión en cada juego. Sin embargo, muches consideran que hablar de eso es un tema que demuestra vulnerabilidad.
Juan Manuel Brindisi, psicólogo de la AFA (Asociación del Fútbol Argentino), contó que en el último tiempo estas ideas se fueron flexibilizando bastante: “Hoy se puede hablar de que un deportista puede necesitar un psicólogo o una psicóloga. […] Empiezan a haber casos paradigmáticos, estilo (Michael) Phelps, Simone Biles, Naomi Osaka en ultra máxima competencia, pero también en casos más cercanos donde se trabaja con psicólogo o psicóloga en ámbito deportivo y personal”.
Naomi, quien fue la encargada de encender el pebetero olímpico en Tokio 2020, se convirtió, sin buscarlo, en uno de los símbolos en la batalla de la salud mental. En el mes de julio el medio periodístico Time compartió una nota de ella titulada: “Está bien no estar bien”. Hay que dejar de pensar que les atletas son robots, porque no lo son. Son humanos, tienen fallas, tienen días buenos, días malos y al igual que todes tienen un límite.
La psicología en las instituciones deportivas
En Argentina, la Liga Profesional de Fútbol (máxima categoría del país) está compuesta por 26 equipos. No obstante, son pocos los equipos que tienen un especialista en psicología en el plantel.
“Dentro de los cuerpos médicos ya es necesario que en alta competencia existan psicólogos o psicólogas, que no solo estén abocados a la parte deportiva y del rendimiento, sino que también se puedan trabajar cuestiones personales, que pueda hablar con el psicólogo o la psicóloga de aquello que no puede hablar con nadie”. Apunta Brindisi y comenta que también es importante trabajar atención, concentración y visualización.
Si bien es importante que se trabaje todo lo relacionado a la toma de decisiones, la persona tiene que estar bien. Por eso, agregó: “De nada sirve si una persona está arrastrando angustia, atravesando un dolor, una situación de duelo o no sabe qué es lo que le pasa, pero se siente mal y se le empuja a que rinda. Ahí también es necesario que el psicólogo o la psicóloga tenga una formación clínica para saber abordar mejor la situación que se le presenta”.
La pandemia y la salud mental
La cuarentena impactó a todes de alguna u otra manera. De un día para el otro los hábitos y las rutinas se vieron modificadas. La virtualidad y el aislamiento se convirtieron en una moneda corriente de diferentes trabajos y el deporte no fue la excepción.
Brindisi cuenta que lo más estresante fue encontrar una respuesta a ¿Cuándo se termina todo esto? “Esa incertidumbre te pone en suspenso la respuesta que vos te das para la vida. Todos cuando nos levantamos a la mañana tenemos una respuesta para enfrentar el día y para enfrentar la vida. Cuando lo que vos sos, desde tu profesión, está en suspenso y no sabes cuándo puedes volver, eso causa mucha angustia”.
Para une psicólogue deportive es fundamental el acompañamiento porque no todes les atletas necesitan lo mismo. Es por eso, que antes se tiene que conocer, escuchar y a partir de ahí ver qué necesita. Muchas veces se comete el error de no hacer ese trabajo e ir con una idea preestablecida.
Cuando se empezó a flexibilizar la situación, apareció otro factor: recuperar el cuerpo, no desde una mirada biológica sino desde el punto psíquico. “No es lo mismo el cuerpo que estaba antes de la pandemia que el que estuvo durante. Son dos cuerpos diferentes que hay que volver a apropiarselo” compartió Brindisi.
El estrés y las herramientas para combatirlo
Hay muchas situaciones que pueden generar estrés a une deportista y es un error encasillar el conflicto en algo deportivo solamente. Desde un conflicto familiar a tener metas irreales. Es por eso que Brindisi dice “Hay que ver cual es el estresor para ver la solución: escucha, palabra, respiración y visualización”.
Agregó que otras opciones pueden ser la respiración o la visualización, algo que ayuda a muchos atletas. En estos casos se plantea una solución imaginaria ante un acción de juego que no está saliendo como une quería.
“No es lo mismo una depresión de alguien que acaba de pasar una situación de decepción durante una competencia, que eso puede llegar a ser algo pasajero y que sale a lo que es otro tipo de depresión que es un poco más profunda, donde vos ya ves que no hay deseo que motorice esa carrera o su vida. Esto es, principalmente, la situación que más hay que fijarse”.
Brindisi contó que en casos así es fundamental trabajar con un psicólogo clínico y que en algunos casos es necesario recurrir a una medicación. No obstante, recalcó “lo que sana es lo que puede llegar a ser la solución a través de la palabra”.
Romper con el tabú
Brindisi considera que en los últimos años hubo un gran avance en dejar de ver a la psicología como algo tabú en el deporte. La cuarentena tuvo un poco de responsabilidad en este tema, ya que se empezó a darle la importancia que no se le daba antes.
Asimismo, si bien se avanzó bastante es fundamental recordar que les deportistas no son máquinas y lo mejor es dejar de pretender que funcionan como una.
Por último, Juan Manuel Brindisi recordó: “Hay otra cara dentro del alto rendimiento, que no se lo tiene que tomar como que quien consulta no está adaptado a la norma, sino que el propio deporte muchas veces lleva a cuestiones de soledad, de dureza, que muchas veces un psicólogo o una psicóloga ayuda a sobrellevar o a resolver esas cuestiones”.