El bajista del grupo de rock Árbol, Sebastián Bianchini, lanza su primer álbum como solista denominado Fonotropo. El cantante se animó a ir por más y a jugar con la creatividad al incorporar instrumentos reciclados.
“Busco reutilizar elementos cotidianos, dispositivos domésticos que fueron abandonados por la obsolescencia programada, generando un nuevo sentido desde la poética de la reutilización de esos objetos”, destacó el artista en diálogo con Nota al Pie.
Con su propuesta única y vanguardista, Bianchini rompe con todos los esquemas en la escena del rock nacional. El artista demuestra en su punto más álgido que su creación musical va más allá de los límites establecidos por la cultura del consumo, al dar una nueva vida a aquellos productos considerados obsoletos.
En su adelanto del disco, el multifacético músico y compositor sorprendió con su innovadora propuesta artística. Entre los instrumentos característicos que están latentes en su álbum, se encuentran algunos poco convencionales como el Stick, bases electrónicas y otros elementos creativos como un piano de juguete.
Sebastián Bianchini conformó varios grupos de rock, destacándose principalmente en Árbol desde 1998 a la actualidad. Además, compuso la música de las películas Aire Libre (2014) y Por Tu Culpa (2010), de Anahí Berneri.
Las canciones del álbum completo se podrán escuchar a fines de agosto, con letras y melodías que prometen llevar a quien las escuche a un viaje sonoro poco convencional. Entre las canciones de Fonotropo se podrán escuchar “Salta”, “La suerte es loca”, “Decida”, “Colibrí”, “Caracol” (ft. Nico Martín), “Cigarrillos” (ft. Leo Masliah), “Fotos fuera de foco” (ft. Mariana Bianchini), “Placard”, “Crítico” (ft. Mariana Bianchini) y “Abrazo” (ft. Nahuel Briones).
Sobre “Fonotropo”
¿Cómo describirías tu nuevo proyecto?
Tiene que ver con querer mostrar otra parte mía, más allá de lo que es Árbol, mi grupo de rock. Tiene una estética que es bastante particular, bastante propia. Una parte con bastante énfasis en la nostalgia, en el adulto desde la mirada de un niño en ese mundo onírico de fantasía. Y básicamente son canciones con ese formato de producción.
Además, me resulta muy atractivo el Stick que es un instrumento muy particular de diez cuerdas que se toca pisando las cuerdas contra el diapasón. El registro que tiene es muy rítmico y muy cercano también al bajo, que es mi instrumento principal.
Es un proyecto de canciones que están construidas desde el stick y la voz y todos los elementos de un universo que tiene que ver con el pianito de juguete que tenía de chico, unos muñecos que construí con un arduino, con un sistema de un microcontrolador, en el cual estos muñequitos golpean unas campanas que están afinadas en las notas y son como una orquesta de acompañamiento de juguete que tocan conmigo.
¿Cómo se te ocurrió involucrar la obsolescencia programada como herramienta de instrumentos reutilizables en este álbum?
Me interesa crear un poquito de concientización sobre el tema de no generar tanta basura electrónica, el consumo tan desmedido de cosas que podemos rescatar un montón. Y me gusta la reutilización de las cosas, de lo musical.
Hoy estaba arreglando un lugar donde me voy a mudar y decía: “Uh… estos sensores de la alarma que no funcionan más, los puedo reconvertir en un instrumento musical”.
Además, estás estudiando…
Sí, estoy estudiando una diplomatura expandida de música experimental en la Universidad de San Martín, y también eso me tiene alerta. Ese lado medio ciruja de querer rescatar las cosas, arreglar lo que ya no funciona más y que quedó ahí abandonado y olvidado.
Todo eso me parece muy atractivo y me interesa generar una concientización sobre eso. Entonces en las canciones me parece consciente o inconscientemente está muy presente eso.
¿Qué diferencias encontrás entre trabajar en un proyecto solista y en una banda ya consagrada como Árbol?
Las diferencias son bastantes al estar en grupo, más allá de la cuestión de tener un reconocimiento en Árbol, y una responsabilidad entre todos que hace más fácil.
A mí por lo menos me pasa que el trabajo al hacerlo solista me siento mucho más desnudo, mucho más vulnerable desde ese lugar porque me resulta más difícil meterme en un personaje que no sea yo. En cambio, con un grupo es una responsabilidad compartida con todos.
¿Cómo te estás involucrando en esta nueva faceta?
Estuvo acompañándome en toda la grabación Juanito, el cantor que fue productor artístico y técnico de grabación. Siempre hay amigos a los cuales les voy consultando cosas y les voy mostrando, también hay invitados que grabaron.
¿Cómo fue el proceso creativo de “Fonotropo”?
El proceso creativo del disco fue bastante largo porque arrancó con hacer la música de una película de Anahí Berneri, donde yo decidí hacer toda la música con objetos y con juguetes, con cosas desechadas, con mangueras de obra en construcción, con objetos de juguetes de cotillón tirados. Estuve bastante tiempo construyendo toda la música de la película con eso y casi nada de todo lo que hice quedó en la película.
Fue todo un proceso de aprendizaje grande, de construir desde un lugar de arte sonoro. También entendía que en muchas escenas funcionaba mejor la atención del ruido del balastro de un tubo de luz que de las líneas melódicas que había construido. Además, cómo no darles un sentido literal a algunas cosas al poner un texto en una canción.
Adelantaste tres canciones, ¿cómo fue el desarrollo de la composición de los temas?
De las tres canciones hay una que se llama “Dios”, que no forma parte del disco, que era de un disco anterior que yo hice con un amigo en un dúo que se llamaba Amarillo y que fue lo primero que subí. Después están otras dos canciones, “Cigarrillos” y “Fotos fuera de foco”, que son de este disco, y la que va a aparecer el próximo viernes 4 de agosto se llama “Abrazo”.
¿Qué impronta tienen las canciones de “Fonotropo”?
En algunas canciones hay un lado más irónico para encarar desde un humor un poco más sutil y algunas cuestiones que pueden ser un poco más heavys. Está también toda esta cosa de rescatar esas pequeñas cosas de la vida, de no estar corriendo todo el tiempo, de frenar un toque y analizar un poco qué es lo que me pasa.
Las letras salieron bastante fluidas y estoy contento con las letras del disco, tratando de tener una mirada crítica pero constructiva.
La canción “Dios” tiene una nueva versión entre amigos, familia y músicos. ¿Para vos quién es Dios?
Bueno, yo creo que va cambiando con cada momento, ¿no? Y está buenísimo que haya tantas variantes de lo que representa para cada uno Dios, pero al final de la canción también está esta cosa que dice: “¿Cómo voy a saber quién es él si no sé quién soy yo?”.
La Inteligencia Artificial está generando un fuerte impacto en la escena musical, pero vos sos la contracara de eso, no sólo porque sos humano, sino porque rescatás objetos como instrumentos. ¿Qué opinión tenés de la IA en la música?
La inteligencia artificial me parece súper interesante. Los simuladores de amplificadores de alguna manera usan inteligencia artificial, el sonido del ambiente, el sonido del espacio, donde está sonando ese amplificador, ese parlante, la necesidad de tener que mover todo ese aparato.
Pero también por otro lado me parece que es súper importante que no se pierda la inteligencia emocional ya que las decisiones las vamos a seguir tomando nosotros y todo lo artístico es fundamental. Si no hay una emoción, no hay nada.
¿Cuáles son los próximos pasos que dará el álbum?
Poder mostrarlo, compartirlo y hacerlo llegar a otras personas que no sea sólo algo para mí y mis amigos. Después me gustaría desarrollar una serie de presentaciones con unos dispositivos que estoy armando de luces, poder armar una instalación sonora con las distintas partes del disco que no tiene que ver con un concierto, sino con otra manera de plantearnos la escucha que me parece interesante. Estoy armando ahora el video de la próxima canción que viene.
¿Cuándo se podrán escuchar las próximas canciones?
La próxima canción que va a estar el viernes 4 de agosto va a ser una que se llama “Abrazo” donde participó Nahuel Briones y también en el tema participan Juanito el cantor que fue el productor del disco y Sebastián Schachtel, tecladista y acordeonista de La Portuaria y Las Pelotas.