El pasado miércoles, en Níger, un grupo de militares de la Guardia Presidencial derrocó al presidente Mohamed Bazoum e impuso un toque de queda en todo el país de África Occidental. Dos días más tarde, Omar Tchiani, jefe de la unidad militar, fue proclamado presidente del Consejo Transitorio.
Mientras gran parte de Occidente rechazó el golpe a Bazoum, a quien consideraban un aliado clave en la región, el tándem Rusia–China llamó a resolver de manera pacífica las diferencias entre los bandos enfrentados.
Levantamiento militar y golpe de Estado
El pasado miércoles, en Níger, un grupo de soldados de la Guardia Presidencial que actúan en nombre del Consejo Nacional de Salvaguarda de la Patria (CLSP) detuvo al presidente Bazoum y realizó un golpe de Estado. Los militares rebeldes, dirigidos por el General Tchiani, anunciaron la destitución del mandatario, la derogación del orden constitucional, la suspensión de los partidos políticos, el toque de queda y el cierre de fronteras.
El Jefe del Estado Mayor y portavoz de los militares sublevados, Amadou Abdramane, afirmó que la decisión del levantamiento fue “la deteriorada situación de seguridad y la mala gobernanza”.
En ese marco, los altos mandos de las Fuerzas Armadas de Níger suscribieron la declaración de los militares rebeldes con el fin de preservar la integridad física de Bazoum y evitar un derramamiento de sangre entre las fuerzas.
En las calles de Niamey, capital del país africano, centenares de manifestantes se congregaron en apoyo al nuevo gobierno militar. Muchas personas se posaron con banderas rusas y cantaron contra Francia, de acuerdo a lo informado por la agencia AFP.
A su vez, otra de las principales exigencias de les manifestantes fue exigir la salida del país de las tropas francesas, cuyo país europeo mantiene más de 1500 soldados desplegados allí.
Mientras las condenas y advertencias de la comunidad internacional fueron llegando, el líder del levantamiento militar, el General Tchiani, fue proclamado presidente del Consejo Transitorio. “El enfoque actual en materia de seguridad no ha permitido asegurar el país, a pesar de los grandes sacrificios del pueblo nigerino y del apoyo apreciable y apreciado de nuestros socios exteriores”, indicó Tchiani.
Las repercusiones internacionales
Estados Unidos, a través del portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, condenó el alzamiento contra Bazoum y anunció que su país podría dejar de cooperar con Níger. La Francia de Macron, aliada del gobierno derrocado y con importantes vínculos económicos, exigió “el retorno sin demora del orden constitucional en Níger bajo el mando del presidente Bazoum”, al tiempo que suspendió los fondos financieros que le otorgaba.
La Unión Europea (UE) sostuvo, por medio de su representante para asuntos de política exterior, Josep Borrell, que “no reconoce ni reconocerá a las autoridades resultantes del golpe de Estado en Níger”. En la misma clave, el bloque regional amenazó con terminar el apoyo presupuestario y la cooperación en seguridad.
En tanto, el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) repudió “los esfuerzos para cambiar constitucionalmente el gobierno legítimo” e instó a la liberación inmediata de Bazoum. Del mismo modo, la Unión Africana (UA) solicitó a los militares rebeldes que vuelvan a sus carteles y pidió restaurar el orden constitucional.
Asimismo, tanto Rusia como la República Popular China llamaron a resolver el conflicto entre ambos bandos a través del diálogo y sin el uso de la fuerza. La portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, María Zajarova, afirmó que su país espera “una resolución rápida de esta crisis política interna, en interés de la restauración de la paz civil y en beneficio del amigo pueblo nigerino”.
Por su parte, la diplomática china, Mao Ning, llamó al diálogo y a los actores en conflicto a que “actúen a partir de los intereses fundamentales del país y de la población”.