En los últimos días, más de 5.000 animales aparecieron muertos en las playas de Uruguay, desde Montevideo a Rocha. En su mayoría, se trata de pingüinos de Magallanes, pero también se encontraron tortugas marinas, lobos marinos y aves como albatros, gaviotas, gaviotines y petreles. Tras el descarte de gripe aviar, las autoridades del Ministerio de Ambiente uruguayo continúan con las investigaciones pertinentes. Este acontecimiento es un llamado urgente a proteger los océanos y su biodiversidad.
Entre las posibles causas se encuentran los efectos del cambio climático, la influencia de El Niño y las alteraciones en el ecosistema marino por sobrepesca. Año tras año, los pingüinos de Magallanes migran desde la Patagonia argentina hasta el sur de Brasil, buscando alimentación en aguas más cálidas.
Nota al Pie dialogó con el reconocido biólogo Lic. Javier Corcuera, quien dirigió organizaciones ambientales de la sociedad civil y presidió la Agencia de Protección Ambiental de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
El especialista indicó que esta mortandad masiva de los pingüinos de Magallanes puede explicarse de tres formas. Por un lado, podría deberse al cambio climático o al cambio en el ecosistema como consecuencia de la sobrepesca de algunos recursos marinos. También puede ser una consecuencia del efecto del fenómeno de El Niño que está actuando en la actualidad.
Alerta por mortandad de pingüinos
“En primer lugar, encontrar animales muertos en las costas se da con bastante frecuencia pero no en estos números, sino en proporciones mucho menores”, sostuvo Corcuera. Esto se debe a que siempre hay algunos pocos animales perdidos durante sus migraciones.
Lo llamativo es la aparición de miles de pingüinos juveniles muertos. “Más del 90% son ejemplares jóvenes, no adultos maduros, que además llegan sin reservas de grasas y con los estómagos vacíos”, indicó. “Esto puede significar que ha habido cambios en el ecosistema, especialmente en las corrientes que ellos aprovechan, como la Corrientes de Malvinas o la de Brasil”, agregó.
“Tengamos en cuenta que son juveniles, que no han terminado de aprender a alimentarse de otras cosas que no sean a las que estaban acostumbrados al principio”, sostuvo Corcuera, y consideró este factor como otro de los problemas.
Con los cambios que se dan en el ecosistema, puede ser que los animales no estén lo suficientemente adaptados para cambiar rápidamente de tipo de alimentación. Pero por otro lado, al haber otras especies afectadas, como aves marinas, podría indicar que “tal vez hay un tema en el ecosistema o es un tema de la temperatura del agua”, aclara el biólogo.
El licenciado también mencionó que, ya sea “por efecto de El Niño o del cambio climático, puede suceder que no esté ocurriendo lo que normalmente esas especies buscan en esa zona”.
Los efectos de la sobrepesca
Con los años, el impacto de la sobrepesca altera todo el ecosistema marino. “Cuando hay sobrepesca de la especie x, muchas veces esa especie deja espacio para que aparezca otra. Entonces los que se alimentaban de la especie x puede que no lo hagan con la nueva y empiecen a tener hambre”, comentó. En el caso de la sobrepesca puede ser un asunto tanto de Argentina como de Uruguay incluso.
“Sabemos que ha habido cambios en el ecosistema del Mar Argentino, ya desde hace tiempo. En la década del 90 ́ el gran recurso alimenticio y pesquero comercial era la merluza”, señaló. En ese entonces, el gobierno le otorgó un permiso especial a una flota muy grande de barcos de Rusia que llegaron a capturar hasta unas 600.000 toneladas de merluza por año. “Si esa cantidad se hubiera mantenido en el tiempo, se podría decir que están capturando algo que se va renovando y que por eso no cambian las capturas año a año”, explicó.
Pero el problema es que las capturas cayeron inmediatamente a la mitad después de esas primeras oleadas de barcos. “Desde entonces no se ha podido levantar más allá de la mitad de ese nivel. Cuando se hace un impacto de ese tamaño sobre un ecosistema, hay reemplazos” explicó. En esa línea, ejemplificó: “Hoy en día hay muchos más langostinos que en el pasado, y esto es porque quienes se comían a los langostinos ya no están”.
La falta de alimentación, una coincidencia en los pingüinos
“Los pingüinos de Magallanes son una especie que se adapta muy bien a una temperatura más cálida. Esta migración hacia el sur de Brasil es normal, cada año ocurre y eso no se debe a ningún efecto raro”, mencionó Corcuera.
A través de su página de Instagram, la organización SOS Fauna Marina explicó que los pingüinos están adaptados al frío y al calor. “Poseen gruesas capas de grasa que repelen el agua y los aíslan del frío. Además, mantienen el calor gracias a una espesa capa de plumas, que conserva el aire caliente, calentado por el propio cuerpo”, informaron.
El problema ocurre si una de estas dos adaptaciones falla, donde “el animal pierde la capacidad de regular su temperatura. Ahí sobreviene la hipotermia y si no recibe asistencia en forma inmediata, muere”, según detalló la organización.
SOS Fauna Marina también anunció que las necropsias realizadas en los pingüinos revelaron que los animales tenían su tracto digestivo vacío. Esto “indica que no habrían ingerido alimento en varios días. Y no tenían prácticamente capa de grasa. A simple vista también percibimos que estaban tremendamente delgados”.
En este sentido, “la escasez de alimento como consecuencia de la sobreexplotación pesquera del Atlántico Sur y el impacto del cambio climático sobre las corrientes marinas podrían ser las causas de este triste evento”.
Por último, otra hipótesis es que este evento pudiese estar relacionado a una tormenta. Pero en realidad la falta de alimentación es el elemento desencadenante de que por su debilidad no pudiesen haber sobrellevado la misma.