En su segunda temporada, volvió a escena “Una muerte compartida”, una conmovedora obra del autor y director Paolo Giuliano, la cual está condimentada con múltiples emociones y en la que se desencadenan una tormenta de enfrentamientos.
La trama expone las vivencias de muchos jóvenes en el interior del país, donde la aceptación de las diversidades se convierte en un problema. La misma se presenta cada lunes desde las 20:30 en la sala del Tinglado Teatro, ubicada en Mario Bravo 948, Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
Sobre “Una muerte compartida”
En esta ocasión, la historia se desarrolla en un pueblo tranquilo del interior, uno de esos lugares donde las personas trans, gays, lesbianas o cualquier otra identidad enfrentan serios peligros.
Por ello, si bien las mismas no pueden expresar libremente su amor en público, aun así se arriesgan a vivir esa pasión, enfrentando señalamientos, traiciones e incluso maltrato físico.
La trama de la obra se desarrolla en el hogar de los Benavidez, una familia con una madre de carácter fuerte, una hija extremadamente dulce y tierna, y un hijo rebelde al que consideran un revolucionario.
La identidad de género se convierte en el tema central de esta historia, donde dicha familia se encontrará rodeada por dos vecinos molestos y un par de hermanos que invaden constantemente su privacidad.
Este par de personajes inquietos resultan una molestia diaria y son los que revelan sus secretos más oscuros, desencadenando una serie de problemas sociales profundos, como el acoso, el hostigamiento y el miedo. Todo girando en torno a la cuestión de la identidad de género.
Así, les integrantes de este pequeño clan familiar se enfrentarán a una constante lucha por vivir auténticamente en un entorno que les es hostil y poco comprensivo. No obstante, a pesar de las dificultades que afrontan, nunca se rinden y persisten en la búsqueda de su derecho a la felicidad.
Sensibles interpretaciones
Paolo Giuliano es un talentoso escritor y director, y siempre que arma una obra tiene un propósito. En esta ocasión, apuesta por una obra en la que le espectadore sentirá que está espiando a una familia.
En efecto, con cierto enfoque de estilo cinematográfico, en ella se destacan actuaciones naturales y realistas por parte del elenco, el cual está compuesto por: Laura Correa, Luciano Diani, Sergio Janusas, Patricia Guillermina Rozas y Facundo Salomon.
“Una muerte compartida” se encuentra ambientada en un pueblo pequeño y rural en el que cada personaje tiene ciertos elementos que se conectan con el mundo personal.
A su vez, lo que expresan entre elles representa la propia perspectiva de la realidad del autor, en un texto condimentado por los miedos, los prejuicios, el amor, el peso del qué dirán, pero también espacio para el deseo y la frustración.
Por su parte, la escenografía es simple y realista, y cuenta con la mano de obra de Gabriela Delmastro, quien también se encarga del vestuario de los personajes.
En tanto, la iluminación de José Binetti es tenue, sólo para enmarcar ciertos momentos, mientras que la música original de la obra, creada por Fernanda Martínez Mina, se caracteriza por ser minimalista y evocadora, al tiempo que acentúa los momentos claves en la trama.
En resumen, la emocionante historia representa de manera cruda una realidad presente tanto en pequeños pueblos como en grandes ciudades, la cual está relacionada con la discriminación, que se asocia con aspectos sociales y también con el temor hacia lo desconocido o aquello que no se desea conocer.
Por último, las tensiones en la trama aumentan a través de este enfoque, no sólo a partir del poderoso texto, sino también gracias a una destacada interpretación que da vida de manera impresionante a cada une de les protagonistas.