En estos días, una comitiva del Ministerio de Economía (MECON) se encuentra en la capital estadounidense, donde se ubica la sede central del Fondo Monetario Internacional (FMI), para intentar cerrar un acuerdo que se está negociando desde fines de abril.
El resultado de las negociaciones tiene en vilo a la sociedad por el impacto político que podrían tener. El ministro de Economía, Sergio Massa, busca que el contexto económico no contribuya al daño de su imagen en plena campaña para ser el candidato a presidente del oficialismo. Por esta razón, volvió a rechazar la exigencia del FMI de devaluar el tipo de cambio oficial.
En medio del interminable ida y vuelta con el gobierno argentino, el FMI publicó el Reporte del Sector Externo. En el mismo, emitió críticas a la economía argentina y sostuvo que, de cara a 2024, el próximo gobierno debe ejecutar un proceso de ajuste fiscal, eliminación de la restricción cambiaria y devaluación.
Con las elecciones presidenciales a la vuelta de la esquina, el acuerdo probablemente contemple sólo lo que resta del año. Mientras, el FMI impone las condiciones para el futuro de la Argentina, ya pensando en negociar con quien llegue al gobierno hacia el 2024.
Las medidas y el curso de las negociaciones
Con parte de su equipo económico en Estados Unidos y atento a las negociaciones, Massa permanece en Buenos Aires para anunciar una paquete de medidas que buscan reforzar las reservas del Banco Central de la República Argentina (BCRA).
El gobierno extendería el impuesto PAIS, del 10% al 30%, a diversas operaciones de importaciones, con excepción de bienes de la Canasta Básica y producción de energía. Por otro lado, se aplicaría nuevamente un tipo de cambio diferencial para el sector agrícola y las economías regionales.
Según anticipan les funcionaries del MECON, el nuevo acuerdo con el equipo técnico del FMI podría cerrarse la semana próxima. No obstante, el Directorio del organismo entrará en un receso de dos semanas a partir del 31 de julio. Parece difícil para Massa obtener el visto bueno de las autoridades del Fondo antes del 13 de agosto, día de las elecciones nacionales primarias.
Todavía impactado por las consecuencias de la sequía, el BCRA pide ser auxiliado por los desembolsos del FMI, a medida que se agotan las reservas. Porque, además, debe enfrentar vencimientos por un total de 3.432 millones de dólares para el 1 de agosto.
El recetario del FMI
En este contexto turbulento, el FMI publicó el Reporte del Sector Externo, en el cual analiza las economías del mundo y ofrece su mirada sobre el equilibrio macroeconómico.
Allí, realizó fuertes críticas a la política económica de la Argentina y planteó una serie de medidas que deberían ser aplicadas según su criterio. Estas exigencias van más allá de las medidas que el organismo pone sobre la mesa en las negociaciones en curso, que son de corto plazo, y piensa en las condiciones que va a imponer al próximo gobierno.
A pesar de que anticipa una recesión para el 2024 por la caída de las exportaciones, el Fondo insiste en el ajuste fiscal, la eliminación de las restricciones cambiarias y la devaluación, ya que sostiene que el tipo de cambio oficial está atrasado de un 15% a un 20%.
“Una consolidación fiscal favorable al crecimiento, combinada con una política monetaria restrictiva y un régimen cambiario simplificado siguen siendo esenciales para recomponer las reservas internacionales, recuperar el acceso al mercado y asegurar la sustentabilidad fiscal y de la deuda externa”, argumentan en el informe.