Según la organización, el proyecto de la Canasta Saludable desarrollado con el equipo técnico del área de Salud Colectiva del ISEPCI “implica establecer la composición y costo de una alimentación saludable, conforme el aporte de nutrientes esenciales para el desarrollo integral lxs niñxs y adolescentes según su edad”.
El instituto considera, que en la actualidad “resulta más esencial que nunca este tipo de información para pensar, planificar y ejecutar políticas públicas concretas, así como fomentar una conciencia colectiva y abordar de manera directa la realidad que nos rodea”.
El encuentro tuvo lugar a partir de las 17 horas en las oficinas del instituto con sede en la Ciudad de Buenos Aires. Participaron de la presentación, el precandidato a Presidente de la Nación por parte de Libres del Sur, Jesús Escobar y Silvia Saravia, precandidata a Gobernadora de la Provincia de Buenos Aires de la misma agrupación.
El panel de exposición se completó con Laura Lonatti, Coordinadora del Área de Salud Colectiva de la organización, Daniela Gasparini, precandidata a diputada nacional por CABA y Secretaria General del partido; e Isaac Rudnik, director del instituto que elaboró el estudio.
Causas y consecuencias de la malnutrición infanto-juvenil
Acorde al diagnóstico del instituto, en los últimos tiempos, se produjo un deterioro en la alimentación y el modo de preparar las comidas. En este sentido, las investigaciones detectan una disminución en los alimentos naturales como las legumbres y las verduras.
Por otra parte, sumando a este factor, se registró un incremento en productos industrializados con excesos de nutrientes críticos: azúcar, grasas, sal (salchichas, sopas, postres lácteos, bebidas azucaradas, embutidos, etc).
“Una alimentación inadecuada y sus consecuencias en la salud no afectan por igual a toda la población. Su impacto es mayor en los sectores más empobrecidos ya que en Argentina el costo de una dieta saludable es muy cara y la inflación afecta seriamente el poder adquisitivo” sostienen desde el ISEPCI.
El pasado mes de abril, la entidad, presentó el Indicador Barrial de Situación Nutricional (IBSN). En esa ocasión, Isaac Rudnik había señalado que la principal causa objetiva de la malnutrición se expresa en los 17 millones de personas (7,7% de la población) que viven bajo la línea de pobreza y los 4 millones por debajo de la línea de indigencia (3,5%).
Datos del ISEPCI relevados en 23 distritos argentinos
La cifra de malnutrición en niñes y adolescentes desde los 2 a los 18 años de edad que asisten a comedores comunitarios alcanza un 40% sobre el total. Así lo publicó dicho instituto en abril de 2023. Este número corresponde a un relevamiento de nivel nacional.
Es decir, que “4 de cada 10 NNyA que asisten a comedores, presentan vulnerabilidad nutricional, según indicadores por exceso con alta preeminencia de sobrepeso (17,9%) y obesidad (19,9%). En detrimento del indicador por déficit, bajo peso (2,5%)”.
Por esta razón, desde el organismo, sostienen que “La tarjeta alimentar debe garantizar el acceso al costo monetario de una CANASTA SALUDABLE, que aporte nutrientes esenciales para el desarrollo integral de NNyA según su edad”.
Alimentación saludable: derecho humano esencial
Laura Lonatti, quién abrió la presentación, definió que “estas canastas saludables apuntan a interpelar y poner en discusión cómo se garantiza el derecho a la alimentación”. Además, expresó, que si bien la investigación es de perfil técnico no deja de tener un propósito político.
“En esta ocasión, las canastas saludables lo que intentan es, que a partir de considerar que, si la alimentación es un derecho humano básico y esencial, nosotros entendemos que el acceso a él debe estar garantizado por el estado nacional”, subrayó la coordinadora.
En este contexto, Lonatti, se preguntó acerca de la eficacia que deben tener las políticas públicas al respecto. En especial, remarcó, en un país con gran parte de su población que no tiene los recursos para acceder a una canasta básica alimentaria que incluya todos los ingredientes básicos y necesarios.
La referente del ISEPCI destacó que “los grupos etáreos en los que hay una mayor situación de privación es en aquellos grupos escolarizados”. Esto muestra, según la panelista, que existe un deterioro manifiesto entre las políticas alimentarias y los comedores escolares o comunitarios.
La responsabilidad del estado y el cambio social
A su turno, Silvia Saravia, expresó que los datos obtenidos por el equipo del instituto “nos muestran lo lejos que están los diseños de políticas públicas de nuestras realidades cotidianas”.
La precandidata a la gobernación bonaerense vinculó esta idea con la insuficiente cantidad y calidad del suministro de alimentos por parte del Gobierno Nacional para los distintos comedores populares. “Esto pone en debate como desde el ministerio (desarrollo social) o desde el gobierno se piensa la asistencia alimentaria”, subrayó.
Más tarde, Jesús Escobar, señaló que para “hacer una argentina sin pobreza, con trabajo e inclusión” es necesario recurrir “al uso de los votos”. “Para darle a esos niños la posibilidad de realizarse como persona. Lo que hay que hacer es modificar el modelo de acumulación de riqueza que nos ha llevado al 50% de pobreza”, enfatizó.
Además, de su propuesta de congelar los precios de la canasta básica de alimentos, el precandidato a la presidencia del país, destacó la importancia de incorporar el criterio de “estas canastas saludables en especial para las niñeces”.