El pasado jueves, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) reveló la cifra del Índice de Precios al Consumidor (IPC) correspondiente a junio y confirmó una tendencia a la desaceleración de los precios. La inflación del mes pasado fue del 6%, por debajo del 7,8% de mayo y el pico de 8,4% registrado en abril.
Paralelamente, tuvo lugar la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil, con la presencia de la ministra de Trabajo Raquel “Kelly” Olmos, las cámaras patronales, la Confederación General del Trabajo (CGT), y las centrales de trabajadores CTA y CTA-Autónoma.
Allí, se acordó por mayoría un aumento del salario mínimo del 34% en tres tramos: 20% en julio, 8% en agosto y 6% en septiembre. Teniendo en cuenta que el valor vigente del salario se ubica en $87.987, con el aumento llegará a los $105.000 en julio, en el mes siguiente será de $112.500 y de esta forma, el monto constará de $118.000 en septiembre.
Tras la reunión, la ministra Olmos sostuvo que “el acuerdo implicó un reconocimiento que impacta sobre los ingresos complementarios de los sectores informales para que no pierdan frente al proceso inflacionario”. “Se recuperó el desfase y, en septiembre, habrá revisión y nueva discusión”, afirmó.
Pese a que el gobierno, les empresaries y la CGT se mostraron satisfechos con el acuerdo, tanto la CTA como su par autónoma manifestaron su inconformidad con el aumento. En esa línea, denunciaron que el mismo es insuficiente para recuperar el poder adquisitivo del salario, en un contexto de inflación constante.
La discusión sobre el salario
La CGT, dirigida por Héctor Daer, Pablo Moyano y Carlos Acuña, plantearon en su momento que la suba debía rondar el 35%. Las cámaras empresariales, por su parte, propusieron que ese porcentaje se aplique a partir del monto percibido en marzo, lo que hubiese resultado en un salario mínimo de $111.600.
Por otro lado, desde la CTAA se manifestaron en reclamo de un aumento que supere a la inflación. Durante la reunión, los dirigentes Hugo “Cachorro” Godoy y Ricardo Peidro exigieron un incremento del 55% en una cuota para el trimestre mencionado. Sin embargo, sostuvieron que “el mínimo debería ubicarse hoy en 233 mil pesos, lo que implicaría una mejora del 170%”.
Por último, la votación resultó en 30 votos a favor, uno en contra por parte de la CTAA y una abstención de la CTA. La central autónoma calificó el aumento como “totalmente insuficiente” y planteó la necesidad de “establecer una canasta básica de referencia, como plantea la ley, y de construir instrumentos que incorporen a los trabajadores que no acceden al mínimo, como estatales municipales, rurales y de casas particulares”.
Los argumentos de la abstención de la CTA
La central se considera allegada al Gobierno debido a que su dirigente Hugo Yasky es diputado nacional del Frente de Todos. Luego del encuentro del Consejo, la organización emitió un comunicado en el que detallaron los argumentos para abstenerse de la votación.
El texto señaló que “durante el gobierno de Mauricio Macri, cuyas consecuencias económicas y sociales fueron devastadoras para la clase trabajadora, el salario Mínimo, Vital y Móvil perdió una cuarta parte de su capacidad de compra”. “A partir del año 2020, el salario mínimo cayó otros diez puntos adicionales, en el marco de la grave crisis económica causada por la situación de pandemia”, agregaron.
En la actualidad, el valor del salario equivale sólo al 38% de la Canasta Básica Total que mide la línea de la pobreza, y al 84% de la Canasta Básica Alimentaria, que determina la línea de indigencia para una familia promedio.
Por esta razón, la CTA sostuvo que “para recuperar al menos lo perdido durante la pandemia era necesario para el mes de julio de 2023 obtener un aumento del 24%, ubicándolo en $109.000 y para el trimestre no menos del 40%”.