El cambio climático es una problemática que preocupa en todos los rincones del mundo, y Argentina no es ajena a ella. En febrero de este año, la ola de calor y las altas temperaturas azotaron a buena parte del país, incluso por las madrugadas. Por su parte, el ansiado invierno no fue la excepción ya que en lo que va de la temporada se se registraron temperaturas primaverales.
Para entrar en contexto, Nota al Pie dialogó con el especialista climático y referente del Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático, Jorge Giometti.
“Estos aumentos de temperatura, sin olvidarnos que prácticamente todos los años tenemos el llamado ‘Veranito de San Juan’, es un ingreso de aire cálido que llega más al sur de lo esperado. Normalmente se da para esta época del año. Lo que tenemos ahora es un tercer año consecutivo de La Niña que está en su fase técnica de neutro por la temperatura que tiene el Pacífico Ecuatorial”, expresó Giometti.
En relación a lo mencionado, el representante del Sistema de Alerta Temprana (SAT) aseveró: “Nosotros todavía estamos con esta Niña en retirada que hace que tengamos temperaturas más altas de la media esperada en la región y precipitaciones por debajo de la media esperada en la región. No quiere decir que no precipite porque hay lugares donde ha precipitado en demasía y en otros lugares muy poco”.
Esta tercera línea consecutiva, la primera en lo que va del milenio, ha dejado grandes consecuencias sobre las que Jorge Giometti explicó: “Si bien tenemos hemiciclos fríos y cálidos, secos y húmedos en el planeta y son cíclicos, hemos tenido una Niña bastante intensa de tres años consecutivos y eso ha generado también que se haya sumado a la tala indiscriminada y la quema de bosques nativos, tanto sea en Brasil como Bolivia, como también en todo el Noroeste argentino”.
“Todo eso va sumando condiciones para que esos extremos vayan cada vez siendo más extremos. También hemos visto la gran cantidad de incendios que, más allá de que hayan sido iniciados por la mano del hombre o naturalmente, la situación de falta de precipitación en la región ha hecho que los ríos bajasen por debajo e incluso hemos tenido en algunos lugares mediciones por debajo del metro del cero del nivel del agua”, detalló el especialista en meteorología y clima.
En este sentido, explicó que “eso ha generado que (en) todo el Delta haya faltado cortafuegos naturales y los incendios se hayan propagado”.
Este fenómeno climático en Argentina se debe a una dispersión de los precipitados y de la cantidad de días que llueve en el mes. Esto es considerado parte de una anomalía que se está despidiendo de nuestra región. Sin embargo, aún genera consecuencias en el territorio argentino y en países vecinos, como por ejemplo Uruguay.
Los animales fueron testigos de este gran acontecimiento ya que ha generado migración de especies de aves y mamíferos, además de la no proliferación de peces al no tener lugares donde desovar.
Las principales regiones afectadas del país con temperaturas récords en verano fueron sobre todo las provincias de Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba, y el Norte argentino. Según el informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM), en enero y febrero Argentina aumentó más del 250% en el número de puntos críticos detectados en comparación con el promedio de 2001-2021.
¿Qué pasa con las temperaturas elevadas en pleno invierno en Argentina?
“El cambio climático genera nuevos desafíos. La Tierra de por sí también va a ir siempre cambiando porque así ha evolucionado también el planeta. Tenemos hemiciclos fríos y cálidos, húmedos y secos”, explicó Giometti.
Sin embargo, detalló: “Al malgastar los recursos estamos acortando esos plazos de acomodamiento del ser humano en el planeta. Entonces estamos teniendo extremos en menor cantidad de tiempo, lo que hace que sea muy difícil adaptarnos tanto hacia nosotros como al medio ambiente”.
Según las investigaciones, el SAT informó que se observa que la temperatura en julio tendría valores por encima de la media histórica, pero esto no quiere decir que no ocurran ciclos de bajas temperaturas debido a irrupciones polares clásicas del invierno.
Por su parte, en agosto se espera cierta normalidad con respecto a las temperaturas, razón por la cual se recuperarían lentamente las precipitaciones. A su vez, Giometti aclaró que a partir de este mes entrará en funcionamiento la mecánica de El Niño.
“Vamos a tener precipitaciones en el sector del NEA (Noreste Argentino) que van a ser muy importantes y vamos a empezar de un río que va a ir bajando en estos próximos meses a recuperar el nivel. Incluso va a estar bastante alto”, especificó el experto.
¿Qué sucederá en los próximos meses de 2023?
“En noviembre y diciembre El Niño no solamente se va a acrecentar por esa anomalía en el Pacífico, sino que va a empezar a afectar a esa zona haciéndose más grande y afectar la zona núcleo. Por consiguiente, vamos a tener precipitaciones y temperaturas por encima de lo esperado”, vaticinó Giometti.
Con respecto al fenómeno de El Niño, el referente del SAT comentó: “Los análisis que hacemos de las temperaturas del Pacífico Ecuatorial, luego del enfriamiento del Pacífico Ecuatorial y la desactivación del alta semipermanente que está en el Atlántico que se suele formar frente a las costas de Brasil y de Uruguay que le aportan aire húmedo a la región. Por ese enfriamiento hemos perdido durante estos tres años, prácticamente, el ingreso de humedad, por lo consiguiente hemos tenido todos estos problemas”.
“Ahora, en el Pacífico Ecuatorial se está calentando la corriente de Humboldt, que es la que sube por la costa de Chile y se enfrenta con la corriente del Niño. Sin embargo, se va retrasando esa corriente de aguas cálidas que están por encima de 3,5 de anomalía”, explicó.
Para los próximos meses se espera que haya mayor evapotranspiración y mayor ingreso de aire cálido y húmedo aportado por los vientos alisios, los cuales generan desequilibrios.
Además, las grandes sequías o inundaciones favorecen que haya un gran ingreso de humedad en la región. Por lo tanto, Giometti indicó que se va a pasar prácticamente de una Niña a un neutro muy corto casi inexistente y por consiguiente, directamente a un Niño que afectará fuertemente en la zona núcleo, principalmente para noviembre y diciembre.
“La solución está en los gobiernos, pero principalmente también en la acción particular de cada uno. Una acción muy importante es reciclar y tratar de consumir lo menos posible. Volver a reforestar ¿De qué manera? Terrazas verdes, paredes verdes, que dan muy buen resultado porque hacen bajar muchísimo la temperatura”, manifestó.
Finalmente, el referente del Centro de Monitoreo Meteorológico y Climático concluyó: “En los estudios que hemos hecho sobre medir temperatura en el asfalto y en la sombra de un árbol, la diferencia ha sido sustancial, prácticamente un 50% en acumulación de temperatura. Así que eso -plantar árboles- también es algo que favorecería, por lo menos en los grandes núcleos urbanos. Cuidar el agua, tratar de consumirlo estrictamente necesario y lo que se pueda reciclar”.