El conflicto en Ucrania, que acaba de cumplir 16 meses desde que inició la Operación Militar Especial de Rusia, podría haber terminado en marzo del 2022. Lo aseguraron desde el Kremlin, al afirmar que las potencias de Occidente “perturbaron” un principio de acuerdo entre los bandos en conflicto.
De esta manera, cobra sentido la abrupta ruptura de las negociaciones iniciadas el 28 de febrero del año pasado para llegar a un acuerdo que pusiera fin a las hostilidades. La última ronda de aquellas consultas sucedió el 29 de marzo de aquel año, en Estambul, pero desde entonces no se ha vuelto a retomar el contacto para terminar con la guerra.
Una paz truncada
El 17 de junio, en la ciudad de San Petersburgo, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con una delegación de siete países africanos que busca posicionarse como mediadora para poner fin al conflicto. Frente a la comisión, el mandatario mostró el borrador del acuerdo alcanzado en Estambul y afirmó que “Rusia nunca se ha negado a negociar”.
En ese sentido, Putin aclaró que si bien no acordaron con Ucrania que el pacto fuera confidencial, nunca fue comentado. Sin embargo, el Jefe de Estado ruso indicó que “el borrador de este acuerdo fue rubricado por el jefe del equipo negociador de Kiev, quien puso su firma”.
“Se llama Tratado de Neutralidad Permanente y Garantías de Seguridad para Ucrania”, sostuvo Putin al mostrar el borrador a la delegación africana. El mandatario, asimismo, recalcó que el acuerdo contenía 18 artículos con garantías a Kiev e incluso precisaba cuestiones relacionadas a las fuerzas armadas.
No obstante, el líder ruso manifestó: “Después de que hubiéramos retirado nuestras tropas de Kiev como prometimos, las autoridades de Ucrania, como suelen hacer sus amos, tiraron todo a la papelera de la historia”.
Del mismo modo, frente a la misión de paz africana, Putin dijo que no es Moscú quien se ha negado a negociar sino que ha sido la parte ucraniana. “Es más, el presidente de Ucrania firmó un decreto prohibiendo las negociaciones”, remarcó la máxima autoridad rusa.
Un acuerdo que no convenía a Occidente
El miércoles pasado, uno de los principales asesores de Putin, Vladimir Medinski, ofreció más detalles del frustrado acuerdo de marzo de 2022. El funcionario ruso, quien además se desempeñó como negociador en las rondas de conversaciones celebradas apenas iniciado el conflicto, aseguró que las potencias occidentales obstaculizaron el principio de acuerdo al que habían llegado ambos bandos.
“Rusia, no con palabras, sino con hechos, estaba lista para una solución pacífica; además, Kiev estaba, por lo general, cerca de tal solución”, afirmó Medinski. Sin embargo, el asesor presidencial manifestó que “aquel acuerdo no convenía en absoluto a los socios de Ucrania en Occidente, que perturbaron el proceso de negociación”.
En aquel momento, Rusia prometió reducir de manera significativa la actividad militar tanto en Kiev como en las regiones del norte ucraniano, ofreciendo además garantías de seguridad para Ucrania, aunque estas no se aplicarían ni en la región del Donbass ni en Crimea. De esa manera, a su vez, el país europeo tenía que renunciar a su pretensión de entrar a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como a los territorios perdidos en 2014.
De acuerdo con lo expresado con Medinski, además, el principio de acuerdo contaba con Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia y Bielorrusia como posibles garantes de la seguridad de Ucrania. Sin embargo, cuando todo parecía encaminarse a lograr un alto el fuego, desde Kiev decidieron no seguir con las negociaciones.