En 2022, una mujer trans fue detenida e ingresada en una celda de hombres donde sufrió un abuso sexual. Ahora, la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional confirmó el procesamiento del comisario de la Policía de la Ciudad acusado de haberla puesto en “desamparo” y “peligro” en una comisaría ubicada en Balvanera, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA).
La situación no es exclusiva de la zona porteña, sino que abarca a todo el país. En este sentido, según el “Informe de Traslado, Violencia de Género y Poder Carcelario” del ex defensor del pueblo de la provincia de Buenos Aires, Carlos Bonicatto, “los agentes del Sistema Penitenciario no respetan la identidad de género asumida y autopercibida”.
El trabajo revela que son muchas las mujeres trans alojadas en unidades penitenciarias de varones, trasladadas junto a otros hombres o custodiadas por personal masculino.
El documento asegura, además, que estas situaciones “exponen a las personas trans a distintos niveles de violencia”. A su vez, esto deriva en estadísticas que no reflejan la cantidad real de población disidente dentro de las cárceles.
En cuanto al caso ocurrido en CABA, el comisario que espera el juicio argumentó que la mujer trans, que ya recuperó su libertad, firmó su conformidad para ser alojada en esa celda en la que había hombres. Cabe mencionar que el hecho de que a las personas presas no se les consulte sobre el lugar a donde les gustaría ser trasladadas, forma parte del incumplimiento de la Ley de Identidad de Género.
¿Qué sucedió ese día?
El hecho ocurrió el 23 de marzo de 2022, cuando la mujer trans fue detenida en la calle Moreno, entre Catamarca y Deán Funes, acusada de vender estupefacientes. Tras el arresto, fue alojada en una celda de la Comisaría Vecinal 3A.
Horas más tarde se produjo un motín, y dos hombres abusaron sexualmente de ella, hecho que quedó acreditado mediante estudios de ADN. La causa por abuso sexual se encuentra en curso en la Fiscalía Nacional en lo Criminal y Correccional 17, a cargo de Cinthia Oberlander.
En paralelo, los camaristas Pablo Lucero y Mariano Scotto de la Sala I de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional consideraron que el comisario J.L.B. “colocó a K.O.M. en una situación de riesgo concreto”.
“Quien tenía la posición de garante y debía velar por los derechos de K.O.M. y su integridad, como máxima autoridad del lugar de alojamiento, era el jefe de la comisaría”, argumentaron. A la vez, agregaron que “tenía pleno conocimiento de la improcedencia de alojar mujeres con varones en la misma celda”.
Del mismo modo, en el fallo refutaron a la defensa del comisario que indicó que él no estaba presente en la comisaría al momento del hecho, y respondieron al argumento de la “superpoblación” con el cual el comisario quiso justificarse. Además, consideraron que se incumplió con la Ley de Identidad de Género.
Personas trans privadas de su libertad
Hasta el 2015, el Ministerio de Justicia de la Nación no contabilizaba a las personas trans y travestis en sus estadísticas sobre la población carcelaria. Esto comenzó a regir a partir de ese año, tres años después de la sanción de la Ley de Identidad de Género.
En esa línea, según el último informe del Sistema Nacional de Estadísticas sobre Ejecución de la Pena (SNEEP), de 2021, la población penitenciaria de ese año estaba compuesta por 97.095 varones, 3.998 mujeres, 151 mujeres trans y 23 varones trans.
Por su parte, un informe de Otrans Argentina, que data de 2019, reveló que dos tercios de las trans en situación de encierro tienen de 25 a 40 años y la mayoría son migrantes. Según el documento, aunque hubo avances, “el sistema penitenciario ha quedado en un desfase teórico que se traduce en el ejercicio de prácticas institucionales que no logran dar una respuesta adecuada”.
Del mismo modo, según el archivo “Personas trans prisionizadas”, este número tan bajo se corresponde con “las dificultades para obtener el número real de personas trans privadas de la libertad, producto no sólo de la fragmentación de los sistemas de información penal, sino también de la no conformación de los registros en función de la identidad de género del colectivo trans”.
La situación de las personas trans
La presencia de las mujeres trans en las cárceles no es casual sino que debe relacionarse con su exclusión de la sociedad. Si bien en los últimos años se ha avanzado mucho, según el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, “en Argentina, casi todas las personas trans viven en la pobreza y la indigencia”.
En este sentido, agregan que “la población trans es estructuralmente pobre porque se encuentra sistemáticamente excluida de los sistemas formales de educación, lo que la excluye de los mercados formales e informales de trabajo”. Como consecuencia directa de este hecho, el 90% de las mujeres trans subsiste por medio del ejercicio del trabajo sexual, lo que las expone a distintos tipos de violencias y las acerca al mundo de las drogas.
En el marco del aniversario de la Ley de Identidad de Género, la referente de Libres y Diverses, Alejandra Mansilla, se refirió a la “sobrevivencia trans”. En relación a ello, contó cómo las personas travestis y trans en situación carcelaria durante la pandemia podían gozar de prisión domiciliaria, pero no podían acceder a ese beneficio porque no tenían vivienda, por lo tanto tampoco dirección.
Este contexto de vulnerabilidad fue tenido en cuenta, por primera vez, el año pasado por la jueza Sabrina Namer, quien decidió absolver a 18 mujeres trans acusadas de comercializar drogas. “No resulta casual que la venta de estupefacientes haya formado parte de su subsistencia, puesto que el contacto con esas sustancias y su consumo está ligado a la forma en que ejercen la prostitución”, afirma la sentencia.