Cada vez más barrios de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) se organizan contra el negocio inmobiliario que afecta la urbanística de las zonas. Frente a ello, el pasado domingo, el colectivo vecinal Palermo Resiste realizó un réquiem para despedir a las casas que fueron demolidas. Además presentó la agenda de junio para visibilizar su reclamo contra la destrucción de patrimonio histórico y que se regule la ocupación del espacio público.
A partir de la introducción del Nuevo Código Urbanístico, los cambios en los barrios porteños derivaron en la organización de les vecinos afectades. Tal es así, que presentaron proyectos para preservar el patrimonio histórico y contra la edificación.
De esta forma, entre 2022 y 2023 a Palermo se sumaron Villa Devoto, Villa del Parque, Villa Ortúzar, y Chacarita. También se incorporarán con inminencia Almagro, Coghlan y Constitución.
La agenda cultural y ambiental de Palermo Resiste
La serie de acciones ambientales y culturales para continuar con el reclamo se inauguró este mes con “Requiem para una casa”. En esta ocasión, músicos vecines llevaron sus instrumentos a la intersección El Salvador y Uriarte, como así también en Malabia al 1500.
Cabe mencionar que durante este mes, habrá otras actividades libres y gratuitas. El próximo sábado 10 de junio, Palermo Resiste se unirá con Basta de Mutilar Árboles para dar una charla sobre el cuidado de los espacios verdes. El encuentro será en plaza Armenia a las 15.
En tanto, para el sábado 17 invitan a la comunidad a acercarse al Centro Cultural Nueva Uriarte, Uriarte 1289, para presenciar “Desmonte”. Se trata de una muestra con proyecciones del fotógrafo Martín Katz y canciones de Pepa Vivanco.
El proyecto de ley
Desde Palermo Resiste recolectaron datos que demuestran que los cambios en los barrios tuvieron un impacto negativo. En este sentido, les vecines no solo hablan del daño ambiental, sino también cultural y social.
Tan solo en el barrio de Palermo identificaron 180 nuevas edificaciones, más de 80 viviendas demolidas y 150 casas en venta. Según el colectivo vecinal, este avance modifica la fisonomía de sus calles, pero también afecta la calidad de vida de les habitantes.
Frente a este escenario, el 25 de abril presentaron un proyecto de ley en la Legislatura porteña. Se trata de un documento basado en los antecedentes de barrios linderos que lograron frenar las pretensiones del negocio inmobiliario.
Durante 2022 y 2023, vecines de CABA lograron la aprobación de tres leyes en defensa de los barrios. Gracias a la organización colectiva, Bajo Belgrano, Lomas de Núñez y Barrio Parque Gral. Belgrano (River) protegieron sus ambientes.
Los objetivos del proyecto, Expediente 1242-P-20239, incluyen frenar la construcción indiscriminada, la destrucción de casas patrimoniales, la desaparición de espacios verdes y la ocupación desmedida de la vía pública. Sin embargo, el fin principal es evitar la pérdida de la identidad cultural de Palermo.
La resistencia de una ciudad que no quiere desaparecer
El nuevo diseño urbanístico quiere borrar ese Buenos Aires pintoresco que deja postales “instagrameables” en cada esquina. Además, la planificación de edificios altos dejó fuera de su visión algo imprescindible: las personas.
Quienes habitan las zonas afectadas, tienen el deseo de no dejar ir las casas ya que son el recuerdo vivo de la historia. En este sentido, la actividad realizada el pasado domingo, les permitió a les vecines decirle adiós a muchas casas históricas.
En esa línea, a través de su Instagram, desde el colectivo expresaron: “Lo más importante es que nos permitió reunirnos como vecinos no sólo de Palermo, sino de Chacarita, Ortuzar, Villa Crespo, Colegiales, Nuñez, entre otros”.
De esta forma, esperan que todas las acciones colectivas fuercen el destino de demolición que les dieron a tantas casas. Pero también que cada reclamo sea escuchado para mantener el espíritu de cada calle, intersección y plaza de los barrios porteños.