Este jueves 1 de junio llega la última producción del director argentino Marco Berger. Los Agitadores es un drama juvenil que juega con lo erótico y la perversidad. El film combina la buena fotografía y ciertas naturales interpretaciones para mostrar lo difícil que es “salir del closet” dentro de un grupo de amigos heterosexuales. Se plantea de manera certera esos momentos cuando las bromas entre amigos se transforman en una demostración pura de masculinidad tóxica.
Con un inicio lento y desconcertante, el espectador primero vivirá cierta incomodidad suavizada con cuotas de humor. Poco a poco, se va dando lugar a la homofobia y un final sorprendente de inesperada violencia.
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En este film, como en otros anteriores del director, la atención está puesta en la dinámica sexual de un grupo muy heterogéneo, de chicos de unos veinte años. Allí, se enfatiza la sensualidad y los secretos de sus protagonistas, y se avivan tensiones al empujar los límites personales del otro.
La trama esta vez presenta a un grupo de amigos que deciden pasar la navidad y año nuevo juntos. A manera de viaje de egresados, toman sol, juegan de manera desenfrenada, pasan los días y las noches bajo un consumo excesivo de alcohol, y hasta duermen todos juntos.
Además todo el tiempo están conectados, se documentan y comparten todo lo que hacen entre fotos y videos, en un chat grupal en sus celulares. Sin vergüenza se hacen bromas de todo tipo, las cuales cada vez se vuelven más sexuales, tras un disfraz de reinante heterosexualidad.
En el film poco a poco se van conociendo las distintas personalidades, y el espectador será cómplice de ciertos secretos. Todo en una atmósfera cargada de testosterona, donde los jóvenes se cargan y molestan unos a otros, en un juego constante de competencia y superioridad homosocial.
Hay un trío en particular que da lugar a una relación de amor y amistad que llama la atención y eleva la tensión de la trama. El mismo está formando por un chico bisexual, un homofobo y un gay reprimido. Un juego sensual que durante la marcha se complica aún más con la llegada de un grupo de chicas amigas al lugar.
Tensión y atención a fuego lento
Al igual que con Taekwondo, su anterior película, Berger no es de aquellos directores que se la ponen fácil al espectador. Sus films son de inicio a ritmo lento, esos de emociones muy oscuras, y que se toman su tiempo para descifrar que realmente se plantea.
Todos siempre están condimentados con la sensualidad de la figura masculina, ya que exhibe muchos cuerpos desnudos en el camino. Y con guiones cargados de conversaciones que resultan reiterativas por momentos.
Pero de manera increíble la trama cuando casi llega a hacerse insostenible y parece ir a ningún lado, hace un clic y todo se vuelve interesante. Invita al espectador a reflexionar y jugar con su imaginación para descubrir lo importante que hay entre líneas dentro de este provocativo guion.
Por igual se encierra el deseo queer, el homoerotismo y esa constante de convertirse en un eterno adolescente de la mayoría de sus protagonistas, que juegan muy cerca de los límites éticos.
Los Agitadores cuenta con un elenco numeroso, donde cada actor se luce y se maneja bastante natural. Por momentos el film parece ser un reality a lo Gran Hermano, ya que al ser muchos no es fácil empatizar con los personajes.
En general todos se ven involucrados en sus interpretaciones, y hasta parecen escenas poco guionadas. Las actuaciones más destacables caen en manos de Bruno Giganti, Agustín Machta y Franco de la Puente, que se convierten en el trio protagonista.
Conclusión
El film resulta una interesante exploración del machismo que aún reina en la sociedad de hoy en día. Su director presenta lo principal con cierto halo de superficialidad, como camuflado dentro de una atmósfera provocativa y divertida pero que con el tiempo muta a un drama y hasta misterio.
Aunque deja muchos temas sin resolver en sus 102 minutos de duración, es un film que como todas sus anteriores producciones puede ser visto por toda clase de público. Apunte a una platea de mente abierta, mayormente masculina, pero no necesariamente se la puede encasillar en un film de temática LGBTI+.