Horacio Rodríguez Larreta anunció que la Policía de la Ciudad de Buenos Aires incorporará las pistolas Taser a partir de junio. En una breve presentación en el barrio porteño de Chacarita, comentó que el Gobierno Nacional autorizó la importación del dispositivo que inmoviliza a potenciales agresores a partir de una descarga eléctrica.
Diversas instituciones se han pronunciado en contra del uso policial de las Taser, que cuentan con graves antecedentes. “Salvan vidas, son claves para detener delincuentes”, planteó el jefe de gobierno porteño en un discurso presidencialista.
Nota al Pie conversó con María del Carmen Verdú, referente de la Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional (CORREPI), sobre la incorporación del sistema para la Policía de la Ciudad capital.
Un dispositivo cuestionado
Las Taser son una clase de pistolas de electrochoque que generan una descarga eléctrica que inmoviliza a un potencial agresor. Su creación data de 1974 y su uso extendido se dio a partir de la última década del siglo XX. El Gobierno Nacional, a través de la Agencia Nacional de Materiales Controlados (ANMAC), autorizó la importación de las pistolas a demanda del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Aún así, son varias las instituciones que cuestionan su uso. Por un lado, la CORREPI ha indicado que, según Amnistía Internacional, 600 personas en todo el mundo han muerto a causa de la utilización de las Taser. Por otro lado, el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) ratificó su rechazo luego del anuncio de Rodríguez Larreta y explicó que “se promocionan como no letales, pero son menos letales”.
Ambos espacios se amparan en la legislación nacional e internacional para rechazar el uso habitual de estas armas. El Código de Conducta para Funcionarios encargados de hacer cumplir la Ley y los Principios de las Naciones Unidas sobre el Uso de la Fuerza y Armas de Fuego se expiden al respecto. Entre otros puntos, expresan que deben utilizarse “solamente cuando otros medios resulten ineficaces” y que su eventual empleo “se ejercerá con moderación y en proporción a la gravedad del delito”.
El Sistema Integral de Seguridad Pública de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) define principios básicos de actuación para los funcionarios policiales. Según esta legislación, impone el Principio de oportunidad; de proporcionalidad; de gradualidad y de responsabilidad. De forma armoniosa se orientan a un ejercicio respetuoso de los derechos y garantías de la ciudadanía argentina. Asimismo, hay normas específicas para cada fuerza que pretenden reforzar estos puntos en los respectivos institutos de formación.
Las Taser: una necesidad para el PRO
“Los argentinos viven con miedo”, comenzó su intervención el alcalde porteño en la mañana de este lunes en el Centro de Monitoreo Urbano situado en el barrio de Chacarita. Rodríguez Larreta destacó que uno de los ejes de su gestión en materia de seguridad ha sido “cuidar a quienes nos cuidan”, y defendió la inversión en capacitación, equipamiento y tecnología de última generación.
Al respecto, María del Carmen Verdú, referente de CORREPI, planteó a este medio que la instalación del debate sobre las Taser “es puro oportunismo” y expresa la necesidad electoral de acumular votos.
Además, la abogada remarcó que el debate se incentiva cuando arranca la campaña electoral y viene acompañado de discusiones subsidiarias como la baja de la edad de imputabilidad y la pena de muerte. “Populismo manodurista”, según su mirada.
En otro orden de cuestiones, Rodríguez Larreta aprovechó la oportunidad para asociar el problema de la inseguridad al fracaso de la gestión del Frente de Todos. “No quiere, no sabe o no puede solucionarlo, y este es un ejemplo”, dijo en relación a la resistencia del Gobierno nacional a utilizar las Taser.
En un discurso con claras aspiraciones presidenciales, el actual jefe de Gobierno porteño aseguró que la gestión de CABA expresa que es posible “dar la pelea” contra la inseguridad. “Necesitamos un gobierno firme contra el delito, que se ponga del lado de quienes nos levantamos temprano todos los días para laburar”, reforzó.
El aparato represivo del Estado
La incorporación de las pistolas Taser para la Policía de CABA forma un antecedente problemático en Argentina. Según diversas organizaciones, su utilización viola los más elementales principios constitucionales en favor del derecho a la vida. A su vez, refuerza una lógica represiva que atraviesa a gran parte de la gestión en la Seguridad en los diferentes niveles estatales de todo el territorio nacional.
Según el punto de vista de Rodríguez Larreta, el “exitoso” modelo de CABA se tradujo en una “policía profesional, capacitada y comprometida” que trabajó para tener la tasa de delito más baja en Latinoamérica.
El líder del PRO anunció que el Ministerio de Justicia y Seguridad de la Ciudad recibirá las primeras pistolas Taser que, entre junio y julio, comenzarán a ser operadas por la policía local. “Se usan en 107 países del mundo y son claves para detener delincuentes en situaciones donde hay mucha gente alrededor”, aclaró. A su vez, agregó que son armas no letales que ayudan a la policía a hacer su trabajo de la mejor manera sin poner en riesgo la vida de nadie.
Sin embargo, Verdú se pronunció en relación a las Taser e indicó que una herramienta que provoca una descarga eléctrica sobre el cuerpo es una herramienta de tortura. “Si lesiona, puede matar”, destacó. En ese sentido, cuestionó el discurso de la no letalidad al argumentar que en casos como el de Carlos Fuentealba, el maestro neuquino asesinado en 2007 por la policía de la provincia patagónica, la causa de su muerte fue el uso imprudente de gas lacrimógeno.
Asimismo, mencionó que en los últimos años en Estados Unidos se han comprobado miles de casos que acreditan su letalidad. Por último, expresó que le preocupa su utilización por parte de la Policía de la Ciudad, que es “la que mayor índice de letalidad per cápita tiene en materia de gatillo fácil”.