Existe un león, un oso, una concha marina e incluso una estatuilla parecida al marido de alguien. Los premios de los festivales de cine vienen en todas las formas y tamaños. Pero el único destinado a gobernar al resto es el máximo galardón del Festival Internacional de Cine de Cannes, la Palma de Oro, el más prestigioso del Séptimo Arte.
Las primeras Palmas de Oro que se entregaron en la ciudad francesa de Cannes eran bastante diferentes a las actuales. Durante los primeros años del festival, desde 1939 hasta 1954, se otorgó el Grand Prix du Festival, y cada ganador se llevaba a casa un premio creado exclusivamente por une artista francés.
La primera Palma de Oro se entregó en la 8ª edición del festival, en 1955. La película ganadora fue Marty, dirigida por Delbert Mann. En aquel entonces tenía un diseño diferente al actual: era una hoja de palma estilizada pero era más pequeña y menos detallada.
En 1964 adoptó su forma actual, diseñada por el joyero Lucienne Lazon. Consiste en una palma de oro maciza montada sobre un cristal de roca colocada sobre una base de mármol negro. El diseño representa una palma que emerge de una media luna, lo que simboliza la unidad entre el este y el oeste.
Su motivo se basa en las elegantes palmeras que enmarcan La Croisette, así como en la rama de palma con orgullo presente en el escudo de armas de la ciudad de Cannes, que evoca la legendaria historia de San Honorato de Arlés. Según esta historia, el monje fundador de la Abadía en una de las islas Lérins cerca de Cannes, escaló una palmera para evitar ser arrastrado por las olas mientras el mar, en respuesta a sus oraciones, limpiaba la isla de las serpientes que la habían infestado.
Si Cannes necesitara aún más pruebas de que es el festival de cine más importante del mundo, la lista de ganadores de la Palma de Oro sería una buena candidata a ello.
La Palma de Oro en Cannes a lo largo de la historia
En los dos primeros años del festival, se entregaron premios a numerosas películas. Entre los primeros ganadores se encontraban Roma, ciudad abierta, un drama neorrealista dirigido por Roberto Rossellini, y Breve encuentro, un melodrama dirigido por David Lean. A partir de 1949 se decidió otorgar un único premio y ese año fue para El tercer hombre de Carol Reed, que luego se convertiría en un clásico.
Al año siguiente, el jurado, encabezado por el gran director de teatro y cine francés Maurice Lehmann, sorprendió al elegir a El mundo silencioso, un documental del pionero submarino Jacques-Yves Cousteau y el joven director Louis Malle. Pasó casi medio siglo antes de que otro documental fuera homenajeado en Cannes: Fahrenheit 9/11 en 2004.
La lista de ganadores en las décadas siguientes al dúo Cousteau/Malle es impresionante: Federico Fellini y Luchino Visconti, Michelangelo Antonioni, Francesco Rosi y los hermanos Taviani destacaron en el cine italiano en las primeras décadas de Cannes.
No es sorprendente que los directores franceses también fueran frecuentemente elegidos para el premio principal en su país de origen, incluidos Henri-Georges Clouzot, Jacques Demy y Claude Lelouch.
Sin embargo, lo que llama la atención es que sus colegas más famosos, Jean-Luc Godard, François Truffaut y Claude Chabrol, nunca han ganado una Palma de Oro. Y no es porque no lo hayan intentado. Las producciones francesas a menudo compiten, pero los jurados internacionales, al parecer, no quieren darle una ventaja local al país anfitrión.
Incluso Gran Bretaña ha estado fuertemente representada entre los ganadores de la Palma de Oro, con directores como Richard Lester, Joseph Losey, Mike Leigh y Ken Loach. Por su parte, Europa del Este obtuvo el máximo galardón en 1958 con Las grullas están volando de Mikhail Kalatozov, en 1981 con El hombre de hierro de Andrzej Wajda y en 1985 con Cuando papá estaba en viaje de negocios de Emir Kusturica.
Wim Wenders de Alemania ganó el premio mayor en Cannes con París, Texas. Asimismo, Volker Schlöndorff hizo lo propio con El tambor de hojalata. Los directores japoneses también han sido galardonados en varias ocasiones, incluyendo la victoria de Teinosuke Kinugasa en 1954 con La puerta del infierno y Akira Kurosawa con Kagemusha en 1980.
Por supuesto, varios premios Palma también fueron a parar a Estados Unidos. Orson Welles reclamó uno desde el principio por Otelo (1952); luego llegaron William Wyler, Robert Altman, Francis Ford Coppola, Martin Scorsese y Quentin Tarantino. Sorprendente, pero ciertamente merecido, el premio Palma de Oro de 1989 fue para Sexo, mentiras y cintas de video de Steven Soderbergh.
China y Tailandia también obtuvieron la Palma de Oro. Chen Kaige se llevó el primer premio en 1993 por su impresionante epopeya Adiós, mi concubina. En 2010, el director tailandés Apichatpong Weerasethakul ganó con Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas. Un puñado de otros países más pequeños también han dejado su huella en la lista de ganadores, incluyendo Bélgica, Grecia, Rumania, Turquía, España, los países escandinavos y Corea del Sur con Parasite.
La ausencia de la mirada femenina en el festival de Cannes
Aunque el número de ganadoras dentro del festival está en aumento, aún persisten ideas arraigadas sobre las mujeres que hacen películas, tanto en la industria en general como entre quienes eligen a les ganadores en Cannes.
En 2020, la directora francesa Julia Ducournau ganó la Palma de Oro por Titane, y se convirtió en la segunda mujer en obtener este premio. La primera fue hace más de tres décadas, cuando la neozelandesa Jane Campion ganó por El piano en 1992.
De manera similar, el premio a Mejor Director ha sido otorgado a mujeres en solo dos ocasiones: en 1961 a Yulia Solntseva por Chronicle of Flaming Years y luego, 71 años después, a Sofia Coppola por The Beguiled en 2017.
Observando el historial de Cannes, el festival casi nunca ha incluido a directoras en la competencia por los premios. Esto incluye a algunas de las mejores directoras de Francia en general.
Agnes Varda (1928-2019) es una figura legendaria en la historia del cine. A menudo conocida como “la madrina de la nueva ola francesa”, su obra fue prolífica. Sin embargo, solo compitió una vez en Cannes en 1962 con Cléo de 5 al 7. Sólo los hombres fueron reconocidos con mayor frecuencia.
Claire Denis es una de las directoras francesas más famosas en la actualidad. Sólo una de sus películas, Chocolat (1988), compitió en Cannes. Su película más conocida, Beau Travail, es ampliamente reconocida como una de los mejores filmes de todos los tiempos, pero a pesar de su éxito de crítica, no fue seleccionada para Cannes.
Las películas de Catherine Breillat se centran en el deseo sexual de las mujeres. Es célebre por obras que exploran de manera honesta la sexualidad adolescente, como A Real Young Girl (1976) y 36 Fillette (1988). Su película Romance (1999) es una atrevida exploración de la intimidad conflictiva. En Francia, sin embargo, inicialmente fue tratada como pornógrafa y, a menudo, censurada.
Una de las excusas frecuentes para la ausencia de trabajos dirigidos por mujeres en los grandes festivales es que simplemente no hay suficientes películas para considerar, lo que indica un problema en la producción. Sin embargo, esto no es cierto.
Los festivales de cine dedicados a las mujeres, como el de Creteil (un suburbio de París), se llevan a cabo desde la década de 1970 y muestran más de 100 películas dirigidas por mujeres cada año. En las últimas dos décadas surgieron más de 100 festivales en todo el mundo dedicados a las mujeres. Sin embargo, las películas exhibidas en ellos a menudo se etiquetan como “películas de mujeres”, insinuando que carecen de un atractivo universal.
Para Cannes, el cine de autor es dolorosamente masculino
Incluso cuando se reconoce a las directoras, rara vez se las trata como “autoras”. Este término se reserva para los directores que tienen un estilo y una visión del mundo únicos y reconocibles en sus películas. El director François Truffaut desarrolló el concepto en su ensayo de 1954 Une suche tendance du cinéma français (Una cierta tendencia en el cine francés).
Esta noción de “auteridad” es importante en Cannes, conocido por celebrar a dichos directores. Es evidente que la idea de Cannes de “autor” sigue siendo dolorosamente masculina. Un estudio francés analizó el trabajo de la comisión especial encargada de nominar películas francesas para participar en el festival durante un período de 54 años (1946-2001) y descubrió que, de las 180 nominaciones, sólo seis fueron para películas dirigidas por mujeres.
De las 21 películas presentadas en competencia este año en Cannes, sólo siete fueron dirigidas por mujeres. Estas destacadas directoras son Justine Triet con Anatomía de una Caída; Ramata-Toulaye Sy con Banel y Adama; Jessica Hausner con Club Cero; Catherine Brillat con El Verano Pasado; Alice Rohrwacher con La Quimera; Catalina Corsini con El Regreso; y Kaouther Ben Hania con Las Hijas de Olfa.
A pesar de que las mujeres continúan demostrando su talento y visión en la industria cinematográfica, es evidente que aún queda mucho camino por recorrer en términos de equidad de género en la dirección de películas.