Desde hace más de un año, la comunidad educativa y alumnes del Palacio Ceci reclaman la polémica decisión del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA). La gestión de Cambiemos busca hacer uso comercial del edificio perteneciente a la Escuela de Educación Especial y Formación Laboral N° 28, Profesor Bartolomé Ayrolo.
En un principio, la institución educativa no fue notificada para que se lleve a cabo la “Puesta en valor y adecuación tecnológica “del Palacio Ceci, bajo la Licitación Pública N.º 10179-0066-LPU22. Posteriormente, con el cierre de la institución para su remodelación, se descubrió la verdadera intención de la gestión de Horacio Rodríguez Larreta: el Palacio Ceci dejaría de pertenecer a la comunidad sorda.
El establecimiento ubicado en la Avenida Lincoln 4300, situado en el distrito de Villa Devoto (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), pasó en febrero del 2022 a manos de la Dirección de Administración de Bienes del Estado. En ese sentido, la institución no volverá a pertenecer al Ministerio de Educación y será destinada a usos múltiples.
El pasado 22 de mayo, se realizó la primera feria del Distrito del Vino, perteneciente al Ministerio de Desarrollo Económico y Producción. La misma contó con importantes bodegas del país y un patio gastronómico. Esta feria fue la intención del gobierno de apropiarse de uno de los establecimientos más importantes de la comunidad sorda argentina.
Nota al Pie, dialogó con Lilia Sánchez, mamá de una alumna egresada de la institución Bartolomé Ayrolo, quien contó cómo sigue la situación del Palacio Ceci tras las obras del gobierno de la ciudad.
Escuela Bartolomé Ayrolo, la primera escuela para niñes sordomudes
El edificio ubicado sobre la Avenida Lincoln y sobre la calle José Cubas, pertenece a la Comuna Nº 11, del barrio de Villa Devoto. Siendo desde sus inicios una vivienda particular, el 16 de febrero de 1938 se lo alquiló al Ministerio de Educación.
El profesor Bartolomé Ayrolo vivió en el inmueble hasta su fallecimiento en 1942, y fue una eminencia en el lenguaje de señas para la comunidad sorda argentina y latinoamericana. La historia cuenta que, durante la presidencia de Julio Argentino Roca, se creó el Instituto Nacional de Sordomudos y la Escuela Normal del Instituto de Sordomudos.
De dicha institución egresó el primer profesor de sordos argentinos, el señor Bartolomé Ayrolo, quien en 1894 asumió como director de la escuela. El 28 de diciembre de 1967 se promulgó la Ley 17.592 en la cual se declaró que el edificio sea “de utilidad pública y sujeto a expropiación para establecer definitivamente la sede del Instituto Nacional de Sordomudos «Prof. Bartolomé Ayrolo».
Luego de que el Palacio Ceci comience a tener algunos deterioros estructurales debido a su antigüedad, la Dirección de Escuelas solicitó un relevamiento edilicio.
En noviembre del 2018, la arquitecta Marta Soria, quien se desempeña como Perita Arquitecta de la Gerencia Operativa Patrimonio, perteneciente a la Dirección General de Patrimonio, Museos y Casco Histórico, realizó el Expediente N° 2018-27729553.
“Se observaron patologías que requieren una urgente solución, por comprometer la estabilidad del edificio: humedad descendente desde terraza, fisuras y corrosión de estructuras, deterioro de revoques y elementos premoldeados, etc.”, se detalla en el informe.
Tras dos años de espera para que se refaccione el lugar, la Dirección de Escuelas mantuvo una reunión con funcionarios del Gobierno de la Ciudad. De la misma, participaron integrantes del Ministerio de Educación y también de Desarrollo Económico.
“Las obras licitadas ya iniciaron, el presupuesto es de casi $500.000.000 y está cargo de la Empresa Hit Construcciones”, contó Lilia Sánchez, madre de una ex alumna de la institución educativa.
El negocio de Larreta
Con un anuncio en el 2022 para restaurar el lugar, el entramado político se descubrió: el Gobierno de la Ciudad tenía como objetivo convertir el instituto educativo en una Casa del Vino, en el marco de la implementación de la Feria del Vino.
Por otra parte, Sánchez explicó que “el Ministro de Desarrollo y Producción, José Luis Giusti, nos dijo el año pasado, en una mesa de trabajo que el Palacio le fue transferido a su Dirección de Bienes para ser restaurado y no volverá al Ministerio de Educación ni a la Escuela”.
Según el sitio oficial del evento, será una “jornada dedicada al producto más federal de Argentina, que incluye la presencia de las bodegas más importantes del país, propuestas y patio gastronómico y mucho más”. Entonces, el objetivo político nunca fue restaurar el edificio con fines educativos sino con fines comerciales.
La presentación oficial realizada en la Plaza Arenales contó con un desembolso de $125.000.000. El mismo, fue destinado a la contratación del servicio de producción integral del evento de la Feria del Vino.
La cifra se dio a conocer por la Resolución N° 5/SSCPEDEP/23 que se publicó en el Boletín Oficial del gobierno de la ciudad. La feria que, tiene por objeto una duración hasta el 2035, habilitará a pequeñas y grandes empresas y galpones a fortalecer la industria vitivinícola.
“Es solo cuestión de tiempo para comprobar que, una vez finalizadas las obras, ese edificio será destinado para actividades enmarcadas en el Distrito del Vino, privando a la Comunidad Educativa y a la Comunidad Sorda del único edificio histórico y emblemático de su Cultura”, sostuvo Lilia Sánchez.
La educación especial en peligro
El 18 de septiembre del 2001, la ciudad sancionó la Ley 656 en donde catalogó al edificio como “Bien de Interés arquitectónico para la ciudad, con grado de protección integral al Palacio Ceci”.
Sin embargo, en el 2020 el mismo gobierno sancionó la Ley 6.447 en donde creó el Distrito del Vino. El mismo, comprende las calles 12 de octubre, Espinosa, Biarritz, Avenida San Martín, Carlos Antonio López, Avenida General Paz, Cervantes, Tinogasta, Emilio Lamarca, Ricardo Gutiérrez, Alfredo R. Búfano y Terrero.
Esto significa que, si bien el edificio pertenece a la educación especial, el Palacio Ceci fue expropiado por el Gobierno de la Ciudad para ser destinado a desarrollos económicos de la industria vitivinícola. “Han hecho uso de su autoridad de gestión para sus intereses, la parte del Patrimonio educativo funcional”, manifestó la madre de la ex alumna.
Ahora bien, el Artículo 25 de la Ley 21.499 de Expropiación expresa que si el destino del inmueble expropiado fuere otro, se procederá a la retrocesión. Es decir, ya que la Escuela Bartolomé Ayrolo nunca dejó de cumplir con su función, el Gobierno de la Ciudad no tiene la potestad de apropiárselo. El emblemático edificio, construido en 1913, está catalogado en el nivel de protección Integral por la Ley N.º 656/2001 y, ratificado por el Código Urbanístico Ley N.º 60099/2018.
Cabe destacar que en el Palacio es donde nació la Comunidad Sorda Argentina. Único en el país, destruir su historia, su lucha y también su valor arquitectónico para ser destinado a fines comerciales deja entrever la intención de un gobierno que prefiere el dinero antes que la educación. Expropiarse de un emblema de la comunidad sorda destruirá la historia que allí se erigió. En medio de la disputa con GCBA, nunca se llamó a Licitación Pública para discutir el destino del mismo.