En junio regresará a la Argentina el avión Skyvan PA-51 utilizado para realizar los “vuelos de la muerte”, que partían desde la ex Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) durante la última dictadura cívico militar y en los que se arrojaban al agua a personas con vida.
Desde aquel avión fueron arrojades, el 14 de diciembre de 1977, “los 12 de Santa Cruz”, un grupo de familiares de desaparecides y monjas que se reunían en la parroquia Santa Cruz del barrio porteño de San Cristóbal. Entre ellas se encontraban las Madres de Plaza de Mayo Azucena Villaflor, Esther Careaga y María Bianco.
El avión fue encontrado en Estados Unidos, en un hangar en la ciudad de Dekalb, cerca de Chicago, por el fotógrafo Giancarlo Ceraudo y la titular de la Defensoría del Público y ex detenida en la ESMA, Miriam Lewin. Allí, el Skyvan PA-51 se utilizaba para realizar vuelos paracaidistas.
Argentina repatriará la nave para convertirla en un símbolo más de memoria frente al horror y continuar con el pedido de “Nunca Más”. La Justicia argentina confirmó y acreditó que el Skyvan se usó para los vuelos de la muerte que partían con prisioneros desde la ex ESMA.
Mientras una parte de la población insiste con negar todo lo sucedido durante la última dictadura cívico militar, traerlo nuevamente al país representaría una suerte de prueba de un plan sistemático que llevó a las Madres a ser arrojadas por los militares desde aquella nave.
La pieza clave
Hacia 1971, la Prefectura Argentina adquirió cinco modelos Skyvan: dos fueron destruidos durante la Guerra de Malvinas en 1982 y los otros tres se vendieron en 1994 fuera del país, en Luxemburgo, Reino Unido y Estados Unidos. Este último es el que se utilizó en el operativo de la Iglesia de Santa Cruz luego de la infiltración del marino Alfredo Astiz, quien se presentaba en las reuniones como un familiar de desaparecides.
Durante su estadía en Estados Unidos, la nave estuvo en mano de una empresa que lo adaptó para diversas funciones como correo interno, tareas de riesgo, fumigación y paracaidismo. Cuando Ceraudo y Lewin lo encontraron en 2010 cumplía con tareas de correo aéreo para la empresa estadounidense GB Airlink.
El Ministerio Público Fiscal pudo comprobar a partir de un trabajo de análisis de la documentación que el artefacto visto por el fotógrafo y la periodista había sido utilizado para desaparecer a “los 12 de Santa Cruz”. En 2017, el Tribunal Oral Federal 5 acreditó el uso del Skyvan y condenó a prisión perpetua a dos de sus pilotos, Mario Daniel Arru y Alejandro Domingo D’Agostino.
Finalizando la pandemia, Cecilia De Vicenti, hija de Azucena Villaflor; Mabel Careaga, hija de Esther Ballestrino de Careaga; y Taty Almeida, Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, comenzaron con las gestiones para repatriar el avión. Sergio Massa fue la última puerta por golpear. El 8 de enero pasado, el piloto Enrique Piñeyro viajó hasta Arizona para identificar el Skyvan a pedido del ministro de Economía, donde confirmó que se trataba del mismo avión hallado por Lewin y Ceraudo en 2010.
Además, en el proceso de identificación el Ministerio de Defensa realizó un informe sobre el derrotero del avión. Actualmente está siendo acondicionado con sus partes originales, que el comprador tenía guardadas, para ser emplazado en el predio de la Ex ESMA.
El vuelo del horror
El 8 de diciembre de 1977 a la noche, mientras transcurría una celebración en la parroquia Santa Cruz, les integrantes del grupo estaban en reunión cuando fueron secuestrades por los militares.
El grupo, que se juntaba diariamente, se conformaba por las Madres de Plaza de Mayo que impulsaban las reuniones: Azucena Villaflor, Esther Careaga y María Blanco. También les familiares de detenides Ángela Aguad, Remo Berardo, Julio Fondevila, Patricia Oviedo y Horacio Elbert. Además, se sumaron colaboradores militantes como Daniel Horane y Raquel Bulit, y las monjas Leonie Duquet y Alice Domon.
A su vez, dentro del grupo había otro participante, conocido como Gustavo Niño, quien decía ser hermano de un desaparecido y quería acercar a las Madres su testimonio. En realidad, era el genocida de la Armada, Alfredo Astiz, apodado “Ángel Rubio” por su apariencia, que tenía por objetivo infiltrarse entre les militantes para recolectar información sobre las Madres de Plaza de Mayo.
Todes les secuestrades fueron trasladades a la ESMA, que funcionaba como uno de los centros clandestinos de detención más grandes. Según la reconstrucción de sobrevivientes del centro, el grupo de Los 12 permaneció allí una semana, donde fueron torturades. Luego, el 14 de diciembre de 1977, fueron arrojades vives al mar desde el avión.
En 1977, aparecieron cinco cuerpos en las aguas de la costa atlántica que fueron sepultados como NN en el cementerio de General Lavalle, provincia de Buenos Aires. En 2005, los restos fueron identificados y recuperados por el Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF). A partir de los análisis genéticos, se supo que los cuerpos pertenecían a las Madres Villaflor, Careaga y Bianco y a las monjas Domon y Duquet.