El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) realizó, junto a la Asociación Ciencia Sativa, la cosecha de la primera variedad de cannabis medicinal producida en Argentina. Se trata de Cannawine, la primera prueba piloto del INTA, que forma parte de una producción de 850 plantas en la Estación Experimental de Comandante Guerrico, en el Alto Valle de Río Negro.
El proyecto consiste de un programa de fitomejoramiento, banco de germoplasma y propagación de variedades en la sede del instituto de Bariloche, en Río Negro. El cultivo se realiza en la Estación Experimental Alto Valle del INTA, donde también se hará la extracción de resina, en el laboratorio Pasedati S.A.S, que sería el primero de este tipo en la Patagonia. En dos meses finalizaría su construcción con la aprobación de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT).
Además, la elaboración de los fitopreparados estará a cargo del laboratorio Productora Farmacéutica Rionegrina Sociedad del Estado (Profarse- ANLAP), que se encuentra en Viedma.
Cómo es la producción
En un principio se esperaba que la producción fuera de 40 gramos por planta, pero la responsable legal del cultivo, Mariana Amorosi, explicó a Télam que “se duplicó, lo que resulta excelente”. Ella también le informó a la Agencia de Noticias que esta variedad es alta en CBD (Cannabidiol) y está registrada en el Instituto Nacional de Semillas. En tanto, hay otra variedad que todavía no está registrada, ya que en la actualidad pasa por pruebas agronómicas para evaluar su ingreso.
Las 850 plantas se cultivan en un macrotúnel con prácticas culturales sostenibles. Ellas se obtuvieron por multiplicación, a partir de semillas y esquejes en la Estación Experimental. Cabe mencionar que los genotipos fueron definidos y seleccionados para evaluar su comportamiento bajo distintas condiciones de producción. Se prevé que también se cultive a cielo abierto, por ejemplo.
Es un proyecto inédito de articulación público-privada, por el intercambio de conocimientos y estrategias entre los equipos del INTA y cultivadores y profesionales de Ciencia Sativa. Pero también, dentro del instituto, se articularon el Laboratorio de Suelos y Agua, el Centro de Multiplicadores de Biocontroladores (CEMUBIO) del INTA Alto Valle, y la secretaría de Ciencia y Tecnología Innova de Río Negro.
Además, el responsable del cultivo de cannabis en INTA Alto Valle, Roberto Gómez, destacó, en un informe del Instituto, que cuentan con un sistema de trazabilidad. Según detalló, este “permite cargar toda la información sobre el manejo de las plantas en el cual quedan registradas todas las operaciones, desde las condiciones de cultivo hasta la producción final”
Este sistema de trazabilidad de cannabis se llama Trazacann y fue desarrollado por la Asociación Civil Ciencia Sativa, el INTA, la empresa GS1 (organización dedicada al sistema de estándares globales) y KYAS (empresa de software). También podría ser utilizado en otros cultivos del país.