Durante la mañana del pasado domingo, Fructuoso Álvarez González, autor material de lo que se denominó la “Masacre de Flores”, falleció en el centro de salud del Complejo Federal 1 de Ezeiza, del Servicio Penitenciario Federal (SPF). Matías Bagnato es el único sobreviviente del incendio que se llevó la vida de sus padres, José Bagnato y Alicia Plaza, sus hermanos Fernando y Alejandro, y Nicolás Borda, un amigo del menor.
El 19 de diciembre de 2022, Álvarez González había sufrido una fractura de cadera. Por esa razón, el 6 de enero le colocaron una prótesis, que se le infectó y que generó que su cuadro se complicara. El 4 de abril fue trasladado al Hospital Zonal General de Agudos Dr. Alberto Eurnekian, de Ezeiza y luego al centro en el que estuvo internado hasta su muerte.
A través de sus redes sociales, Matías Bagnato expresó: “Hoy sí por fin puedo decir se terminó”. Además, le agradeció a su abuela: “Daría mi vida entera por abrazarte y estar juntos este día, después de 30 años de sufrimiento. Vos también, mi amor, ahora descansa en paz”.
Hoy sí por fin puedo decir se terminó.
— Matias Bagnato (@MatiBagnato) April 30, 2023
Mami Pa Fer Ale Nico Descansen en Paz
Los amo con todo mi ❤️ pic.twitter.com/npSUqbCBRX
Cronología del caso
El incendio en la casa ubicada en la calle Baldomero Fernández Moreno, en el barrio de Flores, sucedió el 17 de febrero de 1994. Les investigadores determinaron que Fructuoso inició el fuego al arrojar dos bidones de combustible. Él había sido socio del padre, José, y lo acusaba de una deuda de u$s 180.000.
Cuatro días después, el asesino fue capturado. Un año y medio más tarde, el 10 de noviembre de 1995, fue condenado por el Tribunal Oral en lo Criminal N° 12 a prisión perpetua. En 2004 aprovechó la Ley 24.036, un tratado entre España y Argentina que le permite a un extranjere finalizar la condena en su país de origen. De esta manera fue trasladado a una cárcel de Madrid.
Dado que en España aún no existía la cadena perpetua (se aprobó en 2015), la condena pasó a ser de 20 años, que era la pena máxima allí. A la vez, un error de la justicia española, que anotó que el crimen había sucedido en 1990, no 1994, le permitió a Álvarez González ganar cuatro años y pedir su libertad condicional. Por esa razón quedó libre el 22 de noviembre de 2008.
Un mes y medio después volvió a Buenos Aires. En una madrugada del 2010 llamó a Matías Bagnato y lo amenazó. “Te quemaste”, le dijo. En junio del 2011, el juez de ejecución argentino Áxel López ordenó la recaptura tras descubrir las irregularidades de su liberación. Luego, el 4 de diciembre, Álvarez González fue detenido por la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en un allanamiento en una casa de Tortuguitas.
Durante los años posteriores, la justicia rechazó varios pedidos de la defensa de Álvarez González: entre ellos, que sea expulsado del país, que se fije la duración exacta de su pena y que se fije el vencimiento de la pena.
En febrero de 2023, su defensa reclamó la libertad condicional. Sin embargo, esta fue rechazada porque la jueza de Nacional de Ejecución Penal 1, María Jimena Monsalve, consideró que el presidiario había presentado una “evidenciada involución” en su comportamiento dentro de la cárcel.
El único sobreviviente
El lunes a la madrugada, Matías Bagnato brindó una conferencia tras la muerte de Fructuoso Álvarez González. En ella, pudo contar que formó una familia, y que no lo contó “por miedo a que este monstruo me los quitara, como a mis viejos y mis hermanos”.
“Estoy en pareja con Nicolás. Nico, que te amo, gracias por acompañarme durante estos años. Nico perdió a sus papás y quedaron solos los tres hermanos. Uno con Síndrome de Down, Sebi, que es mi familia; son ellos dos, son mi familia, que me hacen sumamente feliz”, declaró el único sobreviviente de la masacre.
Además habló del mal momento que atravesó en estos últimos meses, luego de que, en noviembre del 2022, un familiar de un detenido alojado en el penal con Álvarez le advirtiera que él le había dicho que lo quería matar y que tenía gente siguiéndolo. “Se paralizó de nuevo mi vida. Enfrentar cada seis meses sus pedidos de libertad continuos, no poder salir a la calle, vivir con custodia las 24 horas del día”, expresó conmovido.