El pasado lunes se celebró el Día Internacional de les Trabajadores, en conmemoración de la represión de 1886 contra los obreros de la fábrica McCormick, en Chicago, Estados Unidos. Sin embargo, muchas veces no se contempla dentro de les trabajadores a quienes dedican su tiempo a cuidar y limpiar, es decir, a quienes de manera indirecta sostienen la economía. “Eso que llaman amor es trabajo no remunerado”, aseguran las feministas.
Durante muchos años, trabajar se asoció con la idea de salir de la casa ya sea para ir a la fábrica o a la oficina por un salario a cambio. En la actualidad, y gracias a la ardua tarea de los movimientos feministas, se reconoce que las actividades que realizan cientos de mujeres y disidencias limpiando sus hogares, cuidando de sus familiares u organizando las economías populares, también son trabajo.
La brecha de cuidados se reproduce desde temprana edad: mientras que las mujeres en edad escolar dedican 4 horas diarias a los trabajos de cuidados, los varones de la misma edad lo hacen solamente 1 hora. Esta división de los cuidados según el género muestra cómo los estereotipos influyen en el mercado laboral. Así, al llegar a la adultez los trabajos de cuidados suelen ser peor pagos y tener peores condiciones de contratación que los sectores donde predominan los varones.
Por su parte, la dirección de Economía, Igualdad y Género del Ministerio de Economía informó en 2022 que el trabajo no pago representa casi el 16% del Producto Bruto Interno (PBI). La estimación, a cargo de Mercedes D’Alessandro, marcó un 15,9% para el trabajo de cuidado, lo que lo convierte en la actividad con mayor participación en el PBI, por arriba del 13,2% de la industria y el 13% del comercio.
Nos une el cuidado
Desde hace algunos años, Ecofeminita busca visibilizar esta problemática. En la actualidad, junto con OXFAM presentaron la campaña “Nos une el cuidado”, la cual resalta la necesidad de reconocer las tareas de sostén como un trabajo.
Desde la organización aseguran que “cuidar es trabajar”. Para ello se basan en la Organización Internacional del Trabajo, que incluye la prestación de servicios como la contabilidad y administración del hogar; la compra de bienes; la preparación de comidas; la eliminación de desechos y reciclaje; tareas de mantenimiento de la vivienda y el cuidado de infancias.
Además del tiempo para planificar y gestionar las tareas del hogar, este trabajo requiere de una carga mental invisibilizada. Desde Ecofeminita utilizan el término “suelo pegajoso” para nombrar las circunstancias que suelen mantener a las mujeres atrapadas en la base de la pirámide económica debido a la sobrecarga de trabajo doméstico y de cuidados.
Por su parte, la dirección de Economía y Género puso en marcha una “calculadora de cuidado”. Esta “herramienta lúdica” permite ver cuántas horas se destina al trabajo doméstico y cuánto valen esas horas.
¿Quiénes cuidan y sostienen?
El 84% de las personas en Argentina realizan trabajo no remunerado, como la limpieza del hogar y el cuidado de sus integrantes. De acuerdo con la última encuesta de uso del tiempo del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC), en promedio, se le destina a estas actividades más de 5 horas diarias.
La desigualdad radica en que el porcentaje de mujeres que realizan estas tareas es mayor al de los varones y también superan ampliamente el tiempo que le destinan. El 92% de las mujeres realizan trabajo no remunerado, frente al 75% de los hombres. Además, ellas dedican 6 horas y media, frente a 3 horas y 40 minutos de los hombres.
Dentro del trabajo no remunerado se encuentra el cuidado de niñes, personas con discapacidad y adultos mayores. El 31% de las mujeres realizan este tipo de trabajo sin contraprestación económica y le dedican más de 6 horas. Por su parte, el 20% de los hombres cuida, para lo cual dedican 3 horas y media de su tiempo.
En la misma línea, mientras el 64% de las mujeres se ocupa de las tareas de alimentación, solo el 25% de los varones lo hace. Por su parte, mientras el 77% de las mujeres se ocupa diariamente de la higiene de la vivienda, solo el 45% de los hombres destina tiempo a esto.
El trabajo no remunerado como factor de desigualdad
Para ONU Mujeres, una de las causas de la brecha salarial es la desigualdad en las tareas domésticas y de cuidado. Al respecto, el equipo de Grow sostuvo que “el tiempo destinado a estas actividades atenta contra su autonomía económica porque es tiempo que le quitan al trabajo remunerado”.
En el mismo sentido, desde Ecofeminita explican que “cuidar es un factor de desigualdad”. Es decir, el tiempo que las mujeres dedican a los cuidados repercute en que no puedan dedicar su tiempo a estudiar, participar del mercado laboral, e incluso disfrutar de su tiempo.
Lucía Cirmi Obón, subsecretaria de Políticas de Igualdad en el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad de la Nación, se refirió a que “la distribución del cuidado le da ventajas a los varones”. Al respecto, explicó que “si hay alguien en su casa haciendo más trabajo doméstico y de cuidado, el hombre tiene la disponibilidad para estar más presente en la empresa, más disponible para asumir nuevos riesgos y también más tiempo para el ocio”.
Por su parte, Natalia Gherardi, directora ejecutiva del Equipo Latinoamericano de Justicia y Género (ELA), también se refirió al tema. “Cuando las mujeres que están insertas en el mercado laboral tienen hijos experimentan de forma muy concreta las tensiones en el uso de su tiempo, de maneras que los varones no hacen. Comienzan a repartir su día entre el trabajo remunerado y una mayor demanda del trabajo no remunerado”, expresó.