En la sociedad argentina hay un “clima de violencia muy grande”, en el cual la gente se “pelea por cualquier cosa”. Así lo afirmó el monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA). Lo hizo ayer por la mañana a través de un vídeo en sus redes sociales, en el marco de la segunda jornada del #DomingoDelCompartir.
A través de su declaración, exhortó a “tener una verdadera escucha activa de los demás, que permita salir de los pantanos y aprender a dialogar”. Aunque reconoció que a veces esa actitud es difícil.
“Nos peleamos ya por cualquier cosa, el clima de violencia es muy grande; va de las palabras a los hechos y de alguna manera influye tremendamente en nuestro nerviosismo”, afirmó. “En la calle mismo nos damos cuenta de ese estado de ánimo tan propenso a discutir por cualquier cosa, porque estamos enojados con lo que nos está pasando”, agregó.
No es la primera vez que la Iglesia Católica, a través de sus reflexiones, opina sobre la realidad del mundo. El Papa Francisco lo hace de forma constante; sin ir más lejos, en la misa por el último Domingo de Resurrección expresó su preocupación por las guerras, el narcotráfico y la trata de personas.
Sobre la situación argentina, el monseñor Oscar Ojea continuó: “Tenemos que hacer silencio de nosotros mismos para no estar todo el tiempo buscando confirmar lo que pensamos, lo que esperamos y tener una verdadera escucha activa”. Por último, instó a ver lo que la Iglesia argentina hace para trabajar en conjunto.
Para conocer más sobre la postura de la institución, Nota al Pie dialogó con Gabriel Mestre, obispo de Mar del Plata, quién replicó las afirmaciones de Oscar Ojea.
Trabajar la paciencia
Mestre se refirió a la “virulencia cotidiana”; y la dividió por un lado “en las discusiones a nivel político social, que realmente no ayudan”, y por otro lado “en la cuestión de la experiencia del día a día”.
Al hablar con Nota al Pie, brindó una clara referencia a la película “Relatos Salvajes”, producción que muestra el límite al que pueden llegar las personas con su enojo. “Esos pequeños cortometrajes de esta producción argentina, expresan parte de lo que somos, la totalidad”, reflexionó el obispo marplatense.
“Los argentinos tenemos un montón de cosas buenas, pero a veces esta situación de Relatos Salvajes hace que las personas, las familias, los grupos se cansen de no encontrar respuesta y engendren situaciones de virulencia interior”, ilustró. Afirmó que eso concluye en actitudes de violencia que nunca se pueden justificar, aunque sus causas sean genuinas.
“Creo que el llamado del monseñor Ojea es a pacificar y pacificarnos”, concluyó. “Confrontar los temas, dialogar lo que haya que dialogar, pero no destruyéndose los unos a los otros”, recomendó. “Sea físicamente o con la palabra, con gestos que rompen con la dignidad del ser humano. A veces hay que dar tiempo y tener paciencia”.
Asamblea de la CEA
Los obispos tendrán la oportunidad de continuar la reflexión sobre el tema, y si así lo desean, emitir otro comunicado al respecto. Esta semana se realizará la asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), en la Casa de Retiros El Cenáculo de la localidad de Pilar.
La CEA congrega de manera permanente a los obispos de Argentina. Su semana de deliberaciones comenzó esta mañana con una misa en la Catedral de Buenos Aires, para celebrar los 10 años del pontificado de Francisco.
Según afirmaron en su página web, además de tratar sobre la realidad actual, la CEA debatirá sobre la Pastoral Juvenil, la Pastoral Social y el Pacto Educativo Argentino.
Además, escucharán una presentación a cargo de los editores de los tomos 1 y 2 del libro “La verdad los hará libres: la Iglesia católica en la espiral de violencia en la Argentina 1966-1983”. La obra estuvo a cargo de los teólogos e historiadores Carlos María Galli, Luis Liberti, Juan Durán y Federico Tavelli.
Se trata de una investigación histórica a partir de la desclasificación de toda la documentación relacionada a la violencia política de los ’70 y la represión durante la dictadura cívico-militar. La impulsó el Papa, y se encontraba archivada en el Vaticano y la Iglesia argentina.