La vitivinicultura argentina lleva al Malbec como bandera, al ser la cepa de uva con más superficie plantada en el territorio nacional y también la más exportada en el mercado. Durante la última semana, en el marco del Día Mundial del Malbec, las vinotecas ofrecieron diversas propuestas para probar las diferentes variedades de este vino.
¿Cómo elegir un buen Malbec? Para responder a esta pregunta Nota al Pie dialogó con la sommelier y dueña de la vinoteca Sello Austral, Victoria Acosta, quien opinó que “tiene mucho que ver con lo que a cada uno le gusta y cualquier Malbec está bien si es el que a vos te gusta”.
En este sentido, explicó que el sabor del Malbec depende de su proceso de producción y las características del suelo, como así también del clima de donde proviene la uva. De acuerdo a las condiciones de origen del Nuevo Mundo, que son más laxas que las del Viejo Mundo, se permite jugar más con el producto final.
“Hay ejemplares de Malbec que son muy distintos a los más tradicionales justamente porque estos tienen una tradición y se hacen así hace un montón de años”, especificó Victoria. A su vez, remarcó que “lo que atraviesa la uva tiene que ver con la tierra, el clima y las decisiones tecnológicas”.
En la actualidad se sumó al mercado el Blanc Malbec que se hace a partir de la uva tinta. Se utiliza un proceso de producción en donde la piel está menos tiempo en contacto con la pulpa y se logra una coloración casi transparente. Además, se caracteriza principalmente por su aroma a frutos rojos.
“Un Malbec de la Patagonia y un Malbec del Norte no son iguales por la cuestión de altura y desarrollo de la planta; una uva que se desarrolla en altura tiene una piel más gruesa, por lo tanto tiene un color más intenso”, explicó Acosta.
A su vez, se refirió al papel del vino en la construcción de la identidad nacional, como el fútbol, el asado o el mate. “Es súper importante para nosotros y para el mundo porque somos apasionados en lo que hacemos, me parece que también ese es un condimento”, expresó.
En la jerga de las personas habitué de las vinotecas se habla de que “el vino conecta”. En este sentido, Victoria contó que desde su experiencia en los eventos se han creado lazos de amistad entre, por ejemplo, jueces y repositores de supermercado. “La invitación del vino es distinta, es más profunda y más cercana”, remarcó.
Por último, aconsejó tener predisposición a probar el vino. “En las degustaciones intervienen un montón de sentidos se divide en tres fases: la fase visual, la olfativa y la gustativa”, detalló.
La historia del Malbec en Argentina
La uva Malbec tiene su origen en Francia y fue traída al país por el ingeniero agrónomo francés Michel Aimé Pouget; quien a partir de 1853 introdujo varias cepas europeas, incluidas la Cabernet Sauvignon, Merlot y Semillón.
Además, hay otras variedades que también dan buenos frutos en el territorio nacional. Como explicó Victoria, gracias a los climas y microclimas se hace posible el desarrollo de la vitis vinífera, la uva que da vino.
“El Malbec es particularmente muy importante para nosotros porque es una uva que no se dio muy bien en otras partes del mundo pero se da muy bien acá; y como en ninguna otra parte”, puntualizó la sommelier.
Sin embargo, el crecimiento del Malbec no fue lineal para llegar al 56,4% vendido al comercio exterior en la actualidad. Si bien esta cepa fue popular desde sus primeras plantaciones, hubo una época en donde su plantación disminuyó y, entre 1962 y 1995, se erradicó el 83% de su superficie.
A partir de 1995, la tendencia de superficie de Malbec fue en aumento hasta llegar al escenario actual, en el que el 63% de ella se encuentra en el Valle de Uco y Luján de Cuyo en Mendoza. Esta cepa está presente en 17 de las 18 provincias vitivinícolas de Argentina, lo que permitió alcanzar en 2021 las 46.366 hectáreas.