Editada en formato físico por primera vez en 2013, “Lo Subterráneo” de Daniel Perrotta y Emmanuel Enriquez, es una historia diferente. Intrigante desde el primer momento, toma elementos familiares y los transforma para revelar la naturaleza misma de cada persona. El enfrentamiento a lo desconocido, o peor, a lo “muy” conocido, es el centro de este relato.
En 2011, Andrés Valenzuela realizó la Primera Convocatoria de Historieta para Cuadritos, Periodismo de Historieta. Las elegidas fueron “Contratiempos” de Érica Villar y “Lo Subterráneo” de Perrotta y Enriquez. Esta segunda obra, que página a página fue narrando una historia enigmática y atrapante es la que nos ocupa en esta nota.
La gran revelación
Durante obras en la Plaza del barrio de Flores, se produce un derrumbe que deja al descubierto una pirámide invertida. Este sorpresivo acontecimiento viene acompañado de varias desapariciones, entre varias, la de Martín, novio de Mariana, quien será una de las protagonistas. El muchacho desaparece del subte mientras están viajando, y todo parece relacionado con el incidente.
Las teorías se apilan, se discute si tiene que ver con extraterrestres, o con antiguas culturas mesoamericanas. En medio de todo el caos, la búsqueda de Martín, llevará a Mariana y a una especialista en el tema a las profundidades de lo desconocido.
Lo que no se dice
Lo Subterráneo es una historia que va mucho más allá de lo que se ve. La sinopsis de los anteriores párrafos es tan superficial que no podría abarcar jamás lo que el relato de Daniel Perrotta y Emmanuel Enriquez comunican. La clave es, justamente, lo que se muestra, un concepto de la cinematografía que aquí la dupla autoral aprovecha al máximo.
Con pocas líneas de diálogo se establece la relación entre Mariana y Martín, para comenzar a profundizar en ella durante la búsqueda. Un elemento con el que juega mucho el relato, es el tabú. Una verdad total de los humanos como seres sexuales, y lo que esto representa en la sociedad. El desconocimiento del cuerpo en sí mismo, acompaña el ritual de los seres que habitan la pirámide.
Todo funciona como un coro de voces que resuenan en conjunto, y que, con ayuda de metáforas potentes, traen un sentimiento de devastación. Porque la historia no trata de cómo son afectados los personajes principales en si. La clave es cómo nos afecta a todas y todos, el desconocimiento propio, y lo nuevo y desconocido.
Es aquí donde aparecen elementos de horror que funcionan como herramientas para desatar las emociones más profundas. Rituales, eclipses, cambios físicos en el cuerpo, los deseos más desesperados, todas estas cosas operan para comunicar a las y los lectores de lo que esto trata. Así, la historia traspasa las páginas para llegar directo al interior de quien las lea.
De esta forma, todos los elementos que definen el género, pasan a ser parte de un contexto que se resignifica en sí mismo. Cada parte de la historia se vuelve funcional a la gran metáfora del relato.
Todo cambio es violento
Cuando se realiza una modificación, cuando algo se transforma, siempre hay algún elemento que se rompe o destruye para dar paso a lo nuevo. La sangre es un símbolo muy fuerte respecto a esto, y aparece en la obra de forma constante. Emmanuel Enriquez ilustra cada evento de cambio de una forma cruda, pero orgánica, brutal pero elemental.
El arte de Enriquez acompaña el guion de Perrotta de forma impresionante. Claro que la dupla colabora en todo, y el mismo guionista ha brindado bocetos para varias composiciones de las páginas. La simbología de la violencia, no se utiliza en este relato con fines pueriles, son elementos que suman potencia a la metáfora que los autores buscan comunicar, y lo logran de forma efectiva.
La violencia, como elemento de cambio, se encuentra desde el comienzo, la obra de reestructuración misma en la plaza, es una forma de cambio. Sólo que no toda transformación es controlada, y muchas veces, al romper algo se descubre algo oculto. Luego la sangre comienza a surgir como consecuencia de esto, representando vida, muerte, transición, y mucho más.
Lo Subterráneo, editada en físico en 2013 por la editorial Hotel de las Ideas, es una obra que vale la pena visitar, y comentar. Rompe con lo establecido y pone al descubierto lo que hay debajo. Además de contar con una edición de lujo con introducción de Andrés Valenzuela, y varios extras que les lectores disfrutarán mucho.