A casi cuatro meses de la desaparición de Lucas Escalante en la ciudad bonaerense de Bosques, familiares y amigues se concentraron este jueves a partir de las 11 en la Casa de Gobierno de la provincia de Buenos Aires, en La Plata.
El joven de Florencio Varela fue visto por última vez el 9 de diciembre. Su amigo, Lautaro Morello, fue encontrado 6 días después calcinado a la vera de una autopista en Guernica. La investigación fiscal suma pistas que indicarían una presunta complicidad policial.
La desaparición de Lucas Escalante
El viernes 9 de diciembre de 2022, Lucas Escalante y Lautaro Morello fueron vistos por última vez en Bosques (Florencio Varela) cuando salieron a festejar el triunfo de la selección argentina durante el Mundial de Qatar. Los jóvenes iban a bordo de un auto BMW que al día siguiente apareció incinerado.
El cuerpo calcinado de Lautaro Morello, de 18 años, fue hallado el 15 de diciembre a la vera de la autopista en construcción Buen Ayre, en Guernica. Hasta el día de hoy, se desconoce el paradero de Lucas, de 26 años.
Tras el análisis de cámaras de seguridad y antenas de telefonía celular fueron detenidos Cristian y Maximiliano Centurión, hijo y sobrino de un comisario mayor de la Policía Bonaerense.
Una filmación de una cámara de una estación de servicio de Varela expone a Cristian, cerca de la medianoche del 10 de diciembre, cargando nafta en un bidón blanco que se sospecha pudo haber sido utilizado para incinerar el auto de Lucas y el cadáver de Lautaro. En este marco, los Centurión están imputados como coautores de homicidio doblemente agravado por alevosía y ensañamiento.
Movilización a Casa de Gobierno bonaerense
A partir de las 11 de este jueves, familiares y amigues de Lucas Escalante y Lautaro Morello se concentraron frente a la Casa de Gobierno bonaerense, en Calle 6 entre 51 y 53. La convocatoria a movilizar se intensificó el pasado miércoles tras conocerse nuevas pruebas que comprometen aún más a integrantes de la Policía Bonaerense relacionados con los imputados.
Les manifestantes, además de reclamar verdad y justicia por el caso de Lucas y Lautaro, exigieron una reunión con el gobernador Axel Kicillof. Sin embargo, en su lugar, y luego de concentrar frente a la gobernación, algunos familiares fueron recibidos por funcionarios bonaerenses.
Entre otras demandas, surgió la propuesta de trasladar a los imputados a una cárcel diferente ya que la actual se encuentra a pocas cuadras de sus casas. En este sentido, la familia de Escalante había mencionado que mantuvo una reunión con el ministro de Seguridad de la Nación, Aníbal Fernández.
En su momento, el funcionario les prometió que haría posible una reunión con el ministro de Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Sergio Berni, o con Kicillof, situación que jamás sucedió.
La maldita policía
Las diferentes pruebas de la tragedia involucran a la Policía Bonaerense. Por un lado, la investigación dispuso el secuestro de un móvil policial para peritar en busca de rastros del joven. Es un patrullero que utilizaba el comisario mayor Francisco Centurión, padre y tío de los imputados.
A pedido de la Procuración General de la provincia de Buenos Aires, la fuerza bonaerense fue apartada de la investigación y en su lugar se desempeña la División Homicidios de la Policía Federal Argentina (PFA), a cargo del peritaje al vehículo.
Por otro lado, dos de los tres fiscales que participaron de la investigación fueron apartados luego de plantear que no tendrían criterio de objetividad por las calumnias e injurias que recibieron de parte de los familiares de la víctima.
La semana pasada los pesquisas realizaron un rastrillaje en una tosquera cercana a la autopista Buen Ayre en busca de Lucas, pero los resultados fueron negativos. A su vez, el 9 de marzo, al cumplirse tres meses del hecho, familiares, amigues y vecines de Escalante realizaron una marcha en los Tribunales de Quilmes para exigir su aparición con vida.
Además, el pasado miércoles se conocieron e incorporaron a la causa que encabeza el fiscal Daniel Ichazo unos chats entre un familiar cercano de Maximiliano Centurión y su pareja, que podrían determinar el camino de la complicidad policial.
En la conversación, una mujer le cuenta a su pareja que Maximiliano habría estado involucrado en la desaparición y que el Comisario Mayor, pariente de los imputados, les pidió a los acusados que descarten sus celulares.
Otro de los datos que surge de las conversaciones es la connivencia entre la Policía y los sospechosos, ya que anticipan que se realizará un allanamiento. Por este motivo, la familia de Lucas exige que el Comisario Mayor Francisco Centurión sea apartado de su cargo e investigado por el hecho.