El pasado lunes, tras la aprobación de las autoridades, allanaron el domicilio de Raúl Alfaro y sus oficinas de la Policía Nacional Peruana debido a la difusión de una fotografía en la que se lo ve junto a un implicado en la red de espionaje que sería liderada por el ex presidente Pedro Castillo. A razón de la imagen encontrada, el Gobierno decidió apartar de su puesto al jefe de la Policía.
“Se resuelve dar por concluida la designación (del general Alfaro) al cargo de Comandante General de la Policía Nacional del Perú y pasarlo al ‘retiro’”, señala la resolución firmada por la mandataria peruana, Dina Boluarte.
La investigación de Raúl Alfaro
El ex jefe de la Policía es investigado por el Ministerio Público por presunta vinculación a una “red criminal” sospechada de operar bajo el gobierno de Pedro Castillo. En la actualidad, el expresidente continúa preso por el intento fallido de disolver el Congreso en diciembre del año pasado.
La fiscalía peruana autorizó el allanamiento del domicilio de Alfaro para determinar qué tipo de conexión había con Jorge Hernández, alias “El Español”, según detalla el diario oficial, El Peruano.
Según el Ministerio Público, Hernandez coordinaba un grupo de contrainteligencia con el objetivo de “intimidar y atentar contra la integridad física de los funcionarios” de la Fiscalía y la Policía, que investigaban a personas cercanas a Castillo.
Asimismo, la fiscalía sostiene que Alfaro y su predecesor en el cargo, Alberto Vera, fueron parte de la red dedicada al espionaje. Es debido a toda la situación que la presidenta Boluarte considera que el comandante general de la Policía Nacional Peruana se encuentra en “conflictos de intereses” que son “incompatibles” con el correcto desempeño de las funciones frente al cuerpo de seguridad.
La inestabilidad de la política en Perú
Desde que se dio la destitución de Pedro Castillo, la sociedad peruana vivió drásticos momentos. Las manifestaciones se mantuvieron en auge, lo que llevó a una fuerte represión por parte de la Policía. Esa situación tuvo la consecuencia del fallecimiento de muches ciudadanes. Se estima que son más de 60 les muertes, mientras que se habla de 600 herides.
Los epicentros de las revueltas se dieron en su mayoría a la afueras de Lima. Según diversos medios, la cuestión no solo radica en la inestabilidad gubernamental, sino también en la polarización social, por la que Perú se divide entre la élite económica y urbana y una población rural y de bajos recursos.
Las numerosas manifestaciones se deben a la exigencia de la renuncia de Dina Boluarte y la convocatoria a nuevas elecciones. Además, plantean el cierre del Parlamento, un proceso constituyente para reformar la Carta Magna y la liberación de Castillo.
Es de suma importancia tomar en cuenta el rol que jugó el poder legislativo peruano en relación a los mandatarios del país. Hasta el momento son cuatro los presidentes destituidos por dicho poder desde el 2018.
En este contexto turbulento que vive hace meses el país, Boluarte anunció el reemplazo de ocho generales de la Policía por su gestión ante las protestas ciudadanas. Esto se realizó un día después de la destitución de Alfaro. Asimismo, fue reemplazado Luis Angulo como nuevo comandante general de la fuerza, ratificando su ascenso de teniente general a general de armas.