“Sintientes’’ es un proyecto de ley que propone modificar el Código Civil y Comercial argentino para que se considere a los animales como “personas no humanas sintientes”. El pasado 15 de marzo fue presentado en el Congreso de la Nación, y el proyecto contó con el apoyo de legisladores nacionales, organizaciones tanto nacionales como internacionales, celebridades, empresas y una buena parte de la sociedad argentina.
Poder declarar a los animales como “personas físicas no humanas” es el primer gran paso para que en nuestro país se pueda accionar de forma judicial ante casos de explotación y maltrato animal. En el año 2012, por medio de la Declaración de Cambridge, la ciencia comprobó que los animales sienten y tienen conciencia. Sin embargo, al día de hoy para las leyes argentinas los animales son considerados objetos. En ese sentido, ante el pedido de justicia, la ley propone fallas en su defensa.
El proyecto es impulsado por la actriz y activista de los derechos animales, Liz Solari. Además, participa el abogado Leonardo Barnabá, conocido por su trabajo contra el maltrato de los caballos en Quilmes.
Implicancias de la ley en la producción animal
En primer lugar, desde Sintientes sostienen que la ley hace referencia a todos los animales en su conjunto. Es decir, no prevée diferencias entre animales que se consumen o que no se consumen, ni entre domésticos o no domésticos. Si bien de forma directa la ley no va a generar cambios inmediatos en nada respecto de ellos, es el primer gran paso para que se pueda accionar judicialmente con el fin de generar cambios grandes desde ese ámbito.
Cuando sean declarados personas no humanas sintientes, será la jurisprudencia, o sea les jueces serán les encargados de resolver cada caso planteado. “No cabe ninguna duda que esta reforma implica una gran mejora en cuanto a disminuir mucho el sufrimiento, sobrepasando lo que hasta ahora han permitido las leyes bienestaristas”, indican desde Sintientes.
En cuanto a la cría y venta de animales de raza, ésta sólo será posible en tanto se compruebe que no involucre sufrimiento, encierro o cualquier otra forma de maltrato. Hasta ahora, en caso de maltrato o explotación se puede accionar penalmente contra les responsables, amparades en la ley 14.346. Sin embargo, una vez que les animales dejen de ser considerados cosas, se podrá obtener una reacción resarcitoria civil en favor de estos animales y la finalización de la actividad comercial que esas personas llevaban adelante. El dinero podrá utilizarse, por ejemplo, para sus tratamientos veterinarios.
El apoyo de la sociedad en la defensa de los animales
Desde Sintientes afirman que esta iniciativa tiene un carácter social que impacta en la salud y en la seguridad de la sociedad. La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la salud humana, animal y ambiental parte de “una sola salud”, es decir, no existe una sin la otra. Cuanto más deterioro económico, mayores son los riesgos sanitarios que corren tanto la población animal como la humana.
Por eso, esta reforma del Código Civil y Penal obligará al Estado a responsabilizarse por la salud animal en el marco de sus derechos, beneficiando por lo tanto a la salud humana.
Según la OMS, el 75% de las nuevas enfermedades infecciosas detectadas en las últimas tres décadas se originaron en animales. La urbanización masiva, la agricultura industrial, la destrucción de los hábitats naturales y vivir más cerca de los animales aumenta el riesgo de mutaciones y contagio entre especies.
También sostienen que poder elevar el status de los animales para protegerlos también es una forma de proteger a la sociedad. Esto es debido a que un maltratador de animales presenta 5 veces más probabilidad de cometer crímenes violentos, como agresiones físicas, violaciones y asesinatos.