Luego del éxito de Batman Año Uno de Frank Miller y David Mazzucchelli, DC supo que debía apostar por una secuela. De esta forma, en junio de 1987, la Detective Cómics publicó el arco Batman Año Dos, del número 575 al 578. De la mano del escritor Mike W. Barr y los dibujantes Alan Davis y Todd McFarlane, la propuesta traía grandes riesgos.
Este fue el inicio de la etapa de Detective Comics post Crisis en Tierras Infinitas, y planteó un comienzo en la línea. La historia fue ambiciosa y coqueteaba con el oscuro futuro que se auguraba para el cruzado encapotado. La primera tragedia de muchas en esta nueva etapa del universo DC.
Quebrando el juramento
Hace 20 años, Gotham fue asolada por un justiciero asesino que respondía al nombre de “Reaper” (El Segador). Ahora, con el aumento del crimen en las calles de la ciudad, este personaje ha vuelto. Mientras Bruce Wayne comienza a experimentar la felicidad, de mano de Rachel Caspian, la sombra de este criminal enturbia todo.
En medio de conflictos con el Comisionado Gordon y Leslie Thompkins, el cruzado de Gotham deberá volverse enemigo de todos para cazar a Reaper. Una de las medidas más desesperadas que tomará será utilizar el arma que mató a su padre y no solo eso, sino también unirse a Joe Chill, su asesino. De esta forma, el juramento de no usar jamás armas de fuego debe romperse.
Levantando las apuestas
El trabajo de Miller y Mazzucchelli en Año Uno requería apostar a lo grande, así que Mike W. Barr llevó al personaje al límite. Lo que el escritor hace aquí es contraponer a Batman a una figura más corrupta de sí mismo: lo que pasaría si el encapotado cruzara la línea y no le importara tomar vidas en su camino. En este sentido, The Reaper es un reflejo oscuro de lo que el Caballero de la Noche es.
Las motivaciones de Reaper son muy similares a las de Bruce Wayne y tiene una convicción imperturbable. Sin embargo, para conocer a su enemigo debe pensar como tal, y esto lleva a Batman a incluso tomar la pistola que asesinó a sus padres. El emparejarse con Joe Chill, quien apretó el gatillo aquella noche, es un giro poético de Barr.
Hace mucho tiempo que se discute el límite de Batman de “no matar”, sobre todo con las consecuencias para la ciudadanía de Gotham. Aquí Barr plantea lo que sucedería si ese límite no existiera. Reaper no tiene reparos en matar a policías que intentan hacer cumplir la ley, si él cree que en realidad protegen a un criminal.
Lo que aquí plantea Barr es que matar es fácil. El camino fácil siempre lleva a la corrupción. Es interesante que la definición del arco deje una libertad de interpretación tal que ha sido tomada de diferentes formas tanto para Batman (1989) como para Batman Begins (2005). Sin embargo, acá no termina todo.
La búsqueda de la felicidad
Rachel Caspian es el interés amoroso de Bruce Wayne en esta historia. Claro que, como no puede ser de otra manera, también se ve afectada por el villano de turno. Por primera vez en muchos años, a este Batman se lo ve feliz, incluso considerando el hecho de que convenció a la muchacha de que abandonara la idea de volverse monja.
A partir de la post Crisis, Batman se vuelve un personaje taciturno y, si Año Uno exploró las motivaciones del héroe, Año Dos marcó el camino que sobrevendría. Robin no llegaría hasta los próximos números, con una definición nefasta para el personaje, como se vio en Una Muerte en la Familia. La infelicidad del encapotado es lo que moverá al personaje en esta terrible etapa.
Ilustrando las dos caras
En los cuatro números que conforman este arco, los encargados de las imágenes fueron el legendario Alan Davis y el potente Todd McFarlane. Los estilos son compatibles en tanto y en cuanto refieran a este personaje. Davis tiene un lápiz más contundente, mientras McFarlane juega con las dinámicas de formas, sobre todo con la capa, como luego haría su característica en Spawn.
El resultado de la colaboración de estos artistas es un ritmo que se maneja de forma dinámica. Acompañan el guión de Barr de manera orgánica cumpliendo a cada paso. Es llamativo que en pleno auge de la Comic Code Authority (CCA) los artistas se animaron a mostrar sangre roja en las páginas, ya que esto estaba terminantemente prohibido por el organismo.
Influyendo en el mundo audiovisual
Ya se ha nombrado en esta nota cómo el final del arco Año Dos fue tomado por Tim Burton para su filme de 1989, y por Christopher Nolan en 2005. Las interpretaciones han puesto a Batman a hacer lo mismo, pero con significados diferentes. Sin embargo, esta historia influyó en la que se considera la mejor película de Batman de todos los tiempos.
Batman The Mask of the Phantasm salió en cines solo un año después de la legendaria serie animada. En esta película original dirigida por Kevin Altieri, Boyd Kirkland y Frank Paur el Encapotado se enfrenta a El Fantasma. Este enemigo está inspirado directamente en The Reaper. Una historia que toma todos los aspectos de Año Dos y los mejora.
El resultado de La Máscara del Fantasma es el mejor producto audiovisual del personaje en muchos años. Este explora de forma íntegra a Bruce Wayne y a Batman, y hasta da lugar para incluir villanos clásicos que no opacan al gran antagonista.
En Argentina, esta historia se ha editado por parte de Clarín en 2008 como la cuarta entrega de la colección Batman: La Historia y la Leyenda. Al momento de publicarse esta nota, estamos en la víspera de la salida del tomo de Ovnipress que publicará esta historia en un tomo único.