Se realizó una mesa debate desde la página de Facebook de DOCA Documentalistas de Argentina donde diverses profesionales expusieron su visión sobre la necesidad de discusión en torno a las políticas audiovisuales más que a modificar la ley actual vigente. Hubo también comentarios de realizadores, productores, y representantes del sector de todo el país.
El debate giró en torno a un borrador de un proyecto de ley impulsado por EAN (Espacio Audiovisual Nacional), DAC (Directores Argentinos Cinematográficos), ARGENTORES (Sociedad General de Autores de la Argentina), APIMA (Asociación de Productores Independientes de Medios Audiovisuales), y PCI (Proyecto Cine Independiente) que está siendo presentada al conjunto de la comunidad audiovisual.
La ley está hay que hacerla cumplir
El primer expositor fue Juan Raffo, abogado y une de les redactores de la reforma de la ley de cine en 1994 quien explicó que “la urgencia hoy es defender el Fondo de Fomento, amenazado por esta ley que les quita la asignación específica.
Además el abogado contó que “la reforma impositiva fue aprobada con apoyo de todos los bloques políticos”. En ese sentido remarcó que “fue un error de todos y creo que necesitamos buscar un consenso; porque necesitamos una mayoría especial en las cámaras”. Por este motivo resaltó la necesidad de “salvar al cine, antes del 31 de diciembre (de 2022)”.
Respecto a las modificaciones de la ley de cine puntualizó algunos temas: “Una ley tiene que ser un marco flexible para ajustarse a las posibles modificaciones. No funcionó el sistema de cogobierno como se esperaba ya que quienes lo integran no tienen vocación por hacer cumplir la ley”.
También mencionó el tema de la federalización: “hay que establecer algún criterio para que se apliquen federalmente los recursos para la producción audiovisual, fomentar el desarrollo”.
Otra de sus consideraciones al respecto fue que “tiene que haber una garantía de que vamos a cuidar todo el arco de realización, (incluidas grandes producciones, ficción, cine documental, animación, cine experimental). Para que algún perfil “no se chupe todos los recursos, como Netflix y ese modelo de producción, y que no quede nada para el cine documental o de bajo presupuesto”.
Agregó que algo similar ocurrió con el cortometraje o la cinemateca; “en la Ley actual está garantizado todo eso y nunca se hizo cumplir”.
El rol de las mujeres en la producción audiovisual
La siguiente oradora fue Natalia Videla Peña, productora con 22 años de trayectoria en la industria, fundó Magma Cine y es integrante de Acción Mujeres en el Cine, que consideró que “estamos en un momento muy crítico del cine”.
Destacó que “es urgente que el Consejo Asesor empiece a funcionar ya que es un organismo muy útil y necesario. Hoy el organismo lleva casi un año sin funcionar; no por la ley, pero es un lugar donde se elevan las propuestas de todos los sectores: del sector federal, de las mujeres”. En ese sentido mencionó: “hemos conseguido que los concursos tengan paridad de género”.
Lo que propone el borrador de nueva ley que está circulando no considera que sea “necesariamente mejorador” (respecto al Consejo Asesor). “Está designado como un directorio con un montón de personas con cargos de subsecretarios del gobierno, con el gasto que eso conlleva”, agregó.
Habiendo leído la nueva ley consideró que no vale la pena ir por ahí, ¿por qué no hacemos funcionar primero la ley que tenemos?, interrogó.” Tenemos una ley que se puede mejorar, si pudiéramos aplicar todo lo que esta propone, no estaríamos en la situación en la que estamos”, remarcó.
En este sentido explicó que “es muy abarcativa, toma los distintos aspectos de la producción y se pueden organizar las políticas públicas que están dentro de la ley que tenemos”. Con respecto a la ley que circula opinó: “no es ni tan novedosa ni modifica demasiado a la actual y concluyó en que “es un riesgo muy grande abrir la Ley de Cine ahora”.
Las nuevas plataformas y la soberanía audiovisual
Una de las cosas q propone la nueva ley es cambiar el nombre al INCAA, que ya contiene al audiovisual en su nombre, se llama: Instituto de Cine y Artes Audiovisuales. Entonces por qué sacar la palabra cine, para remitirlo solamente a lo audiovisual. No es cualquier tipo de expresión audiovisual; es el acervo cultural, nuestra forma de crear Soberanía audiovisual, reflexionó Peña.
“No es que me pongo sepia y quiero volver al fílmico, sino que tenemos que pensar al audiovisual de manera global, abarcativa y diversa. Donde puedan estar incluidos quienes producen el documental digital, los cortometrajes, las películas de expresión artística y experimental, sostuvo.
“Con las plataformas, la soberanía audiovisual corre un riesgo grande”, afirmó. En ese sentido precisó: “estamos todos pensando, qué es lo que las plataformas quieren, demandan; en lugar de pensar qué es lo que podemos ofrecer y lo que queremos contar. Entonces hay que cambiar el foco y ver cómo hacemos, cómo nos financiamos.
Finalizando su discurso Peña recordó sus inicios. “Yo empecé hace alrededor de 20 años. Y fundamos la productora en 2006, con muy pocos recursos. Nos largamos a esta aventura sabiendo que había una Ley de Cine que nos amparaba y había decisiones políticas en ese sentido”.
“Hace falta ir en busca de recursos para seguir produciendo, no tanto cambiar la ley sino pensar cómo engrosamos el Fondo de Fomento Cinematográfico. Cómo hacemos para que no caigan los fondos de asignación específica, que sería la muerte del cine; porque podemos tener una ley espectacular pero si no tenemos fondos para hacer cine, de nada habrá valido esa ley maravillosa”, planteó.
Que hay detrás de los argumentos a favor de la modificación
El tercer orador fue Mariano Suárez, abogado de DOCA y periodista, quien reflexionó en torno al debate sobre el proyecto de ley audiovisual. “Decir que es una ley es vieja es un argumento rendidor pero no necesariamente cierto, que una ley sea vieja no quiere decir nada”.
En este sentido mencionó que “la reforma de la Ley de Comunicación Audiovisual, tuvo como eje de discusión el debate sobre la desinversión. También tomó el ejemplo del estatuto del periodista: “se lo quiere derogar por ser viejo; pero lo que se quiere modificar es la cuestión el régimen de indemnización por despidos”.
“Siempre hay algo atrás de las reformas y eso es lo que hay que poner sobre la mesa. Entonces hay ejes importantes en el proyecto de Nueva Ley, como el cambio de orbita de Cultura a Jefatura de Gabinete con el riesgo que eso implica. O que el futuro instituto deje de ser ente público no estatal. Se le da más facultades al poder ejecutivo”, explicó.
Además contó que “las últimas autoridades del INCAA (durante el gobierno de Macri); están bajo investigación por no cumplir la ley de cine. “Habría que evitar que a los malos funcionarios les sea más fácil evadir los parámetros que impone la propia norma”, detalló.
“Tenemos que dar un par de pasos atrás, para generar consenso y elegir la estrategia y volver a preguntarnos si es necesaria una nueva ley. Y poner la energía en que no expire el FFC y pensar que las Otts pueden regularse de muchas otras maneras que no sea una ley integral de cine”, finalizó.
Una Cinemateca
El cuarto y último expositor, Fernando Martín Peña, docente, investigador, coleccionista y divulgador de cine, destacó como necesario “incluir la cuestión de la preservación. Es un tema que está “tristemente ausente de los debates, como lo está en el borrador de esta nueva ley, nunca es prioritario”, se lamentó.
“No se trata de reemplazar leyes. Hay una ley que costó 11 años en reglamentar y no se puso en marcha. No se pone en marcha la Cinemateca Nacional; es un problema de instrumentación”, remarcó.
“Si entendemos que lo que se hace es un bien cultural, es una paradoja que no hayamos comprendido esto y hemos perdido una alto porcentaje de nuestra historia cinematográfica”, reflexionó.
A la vez alertó: “nadie está haciendo nada para asegurar que lo que estamos produciendo hoy se pueda ver en cincuenta años”. Y mencionó: “nuestras primeras películas no están. Para cualquier documentalista el buscar material de archivo es un via crucis; y con esto se intenta aniquilar la memoria”.
“Con Ley y con reglamentación la cinemateca no existe. Hay que prestarle atención al problema”, reclamó. Y agregó una reflexión: “una cinemateca no se ocupa solamente de lo que se hizo en el pasado; sino también de preservar lo que se está haciendo ahora”.