La semana pasada, comenzó el juicio a los acusados por el asesinato de Diego Cagliero. La víctima, un joven músico de 30 años, murió a manos de la Policía bonaerense el 19 de mayo de 2019 en la localidad de Martín Coronado, en Tres de Febrero, provincia de Buenos Aires.
Luego de más de 15 horas de alegatos y cuatro de deliberaciones, el jurado popular determinó el accionar del policía Rodrigo Canstatt contra Cagliero como homicidio culposo, es decir, sin intención. En el caso del policía Darío Montenegro, quien hirió de gravedad al amigo de Cagliero, fue condenado por homicidio en grado de tentativa en exceso del cumplimiento del deber.
En ambos casos, los efectivos de la Policía bonaerense que persiguieron y acribillaron a los jóvenes podrían enfrentar penas de uno a cinco años de prisión. Familiares y amigues de la víctima se mostraron en desacuerdo con el veredicto. Sostienen que, de algún modo, avala la violencia institucional y el gatillo fácil.
Los detalles del juicio
El lunes 13 de febrero en el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Martín comenzó el juicio por la persecución policial del grupo de ocho amigos que terminó con el asesinato de Diego y las heridas de su amigo Mauro Tedesco.
La fiscalía y la defensa de las víctimas, conformada por el abogado Fernando Sicilia y el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) exigían en base a las pruebas que el veredicto fuera de homicidio agravado para Canstatt y homicidio agravado en grado de tentativa para Montenegro.
Por parte de la defensa de los acusados, pedían que sean declarados no culpables o que se les aplicaran penas menores, catalogando el crimen como legítima defensa o, en todo caso, homicidio involuntario por negligencia. El defensor de Canstatt sostuvo que su defendido no tenía intención de matar y que actuó en reacción al ver que la víctima poseía un arma, hecho que ya fue descartado por las pruebas.
Una vez dado a conocer el veredicto, el CELS comunicó que “durante las diez audiencias se pudo comprobar la brutalidad del operativo: todos los disparos fueron realizados por la policía, en la camioneta de las víctimas no había armas y se alteró la escena del crimen para garantizar la impunidad. Más allá del veredicto, desde el CELS seguiremos acompañando a las víctimas y sus familias”.
El homicidio y el encubrimiento de la policía
Cuando ocurrió el hecho, Diego y su grupo de amigos que formaban una banda de música se dirigieron a un supermercado en su camioneta. Allí, el personal de seguridad dio aviso a la policía de que los jóvenes habían intentado robar.
Los efectivos de la policía los persiguieron, los acorralaron y los bajaron del vehículo. Entonces, efectuaron al menos diez disparos, uno de los cuales impactó en el cuerpo de Cagliero y le produjo la muerte en el acto. Otra de las balas alcanzó a Tedesco, quien permaneció internado cuatro días en la sala de terapia intensiva del Hospital Bocalandro.
Posteriormente, la Justicia pudo comprobar un intento de encubrimiento para garantizar la impunidad de los acusados. Se implantó un arma cerca del cuerpo de Cagliero y se dio aviso a los medios de comunicación de que se trató de un enfrentamiento armado.
Sin embargo, un perito demostró que el arma encontrada tenía dos balas intactas, por lo que no había sido usada. Además, las pericias comprobaron que todos los disparos fueron desde el exterior de la camioneta.