Raquel Lobatón es Nutrióloga Incluyente, Licenciada en Nutrición de la Universidad Iberoamericana de México, y Educadora en Diabetes y Proveedora de Confianza Corporal. Trabaja bajo la filosofía de HAES (Salud en Todas las Tallas) y bajo el modelo de Alimentación Intuitiva. Además, creó el concepto Nutrición Incluyente. Su pensamiento radica en que “la diversidad corporal nos enriquece y que todos los cuerpos merecen los mismos derechos”. Considera también que, al hablar de salud, es imperativo hablar de desigualdad, discriminación, pobreza y justicia social.
El trabajo de la también autora de Tu peso no es el problema busca que personas de cualquier edad puedan sanar su relación con su cuerpo y con la comida, emprendiendo un camino en el que los hábitos estén orientados a un bienestar físico y emocional que no se vincule con el tamaño de cuerpo o un número en la báscula.
En ese sentido, Lobatón forma parte de un sólido activismo por la diversidad corporal y por el reclamo de un mundo más justo, donde todos los cuerpos sean tratados con el mismo respeto cualquiera sea su peso, género, orientación sexual, raza, edad o capacidades.
La historia de Raquel Lobatón
La mexicana, que en 2018 hizo su primer posteo en Facebook y luego revolucionó Instagram con sus videos, se formó profesionalmente como nutrióloga bajo un esquema tradicional. En consecuencia creyó, por más de 20 años, que su forma de ayudar a la gente era motivándola a perder peso. Este paradigma la guió por mucho tiempo en su trabajo, por lo que constató que la mayoría de sus pacientes perdían peso sólo de forma temporal y, muchas veces, tenían que someterse a una vida de mucha restricción y sacrificio para lograrlo. Se convirtió en testigo del enorme dolor y sufrimiento que conlleva la interminable lucha por alcanzar el cuerpo de sus sueños.
Es por eso que en la actualidad su enfoque hacia la nutrición es distinto. Está convencida de que hay otro camino: el que promueve la diversidad corporal, da la oportunidad a todas las personas para sanar su relación con la comida y con su cuerpo, encontrando en los buenos hábitos de salud y alimentación la forma de alcanzar beneficios que no se relacionen con perseguir un cierto peso.
Una charla con la voz de la nutrición inclusiva
Nota al Pie entrevistó a la reconocida influencer de la alimentación, para conocer sobre su manera de lograr cambios positivos en quienes están atrapados en los mandatos de las dietas restrictivas y se apoyan en aquellos que quieren vender fórmulas mágicas para perder peso.
“Me di cuenta que los pacientes, aún siguiendo los planes alimenticios que les daba, no bajaban de peso”, comentó Raquel. “No se trataba de un problema de desapego al tratamiento, era que incluso haciendo las dietas después de un tiempo igual regresaban al consultorio porque habían recuperado el peso”, explicó. Al respecto, expresó que comenzó a preocuparse porque notaba que sus pacientes empezaban a tener una relación conflictiva con la comida y su peso.
–¿Cómo descubriste que pasaba eso?
En ese entonces no tenía la menor idea, porque a mí, en la universidad, me habían enseñado que para tener un peso ideal había que tener un déficit calórico, es decir, que la persona coma menos de lo que el cuerpo requiere para adelgazar. Obviamente, cuando te sometes a esto, se perderá peso, pero solo a corto plazo. Está demostrado que el 95% de las personas que pierden peso con cualquier dieta, aunque le cambien el nombre y digan que es seguir hábitos o un estilo de vida saludable, recuperan el peso en un periodo de entre dos y cinco años, y dos terceras partes suben más.
El cuerpo no puede vivir subalimentado, la gente no puede pasar la vida a dieta y el cuerpo dice: “Ahora que hay comida, hay que recuperar el peso y un poco más para seguir cada día”. Esto no tiene que ver con falta de fuerza de voluntad ni con falta de disciplina. Tiene que ver con que el cuerpo tiene que volver a comer lo suficiente y recuperar su peso de estabilidad.
–Sin duda esto puede conducir a desórdenes alimentarios
Cabe aclarar que no todas las personas que hacen dieta terminan con un trastorno, pero la mayoría que tienen un trastorno empezaron con una dieta.
–Las redes sociales están repletas de videos que aconsejan cómo bajar de peso. Hay influencers que sostienen que no se debe comer frutas o que hay que hacer ayunos para estar saludables
Todo esto forma parte de lo que llamamos cultura de dieta. Es un sistema de creencias que nos ha llevado a pensar que existe una forma correcta de tener un cuerpo. Fomenta la delgadez como el estado ideal de todas las personas, ignorando la diversidad corporal y asumiendo también que hay una forma perfecta de comer. Esto conlleva a seguir dependiendo del gurú de turno.
Vivimos en una época, nuevamente como decías, inundada de mensajes por todos lados. Lamentablemente vienen también de profesionales salud que caen en esto que llamamos terrorismo alimentario.
Muchas personas han empezado a temer comer ciertos alimentos por miedo a engordar, pánico a la comida como si fuera el enemigo. Hay algunos médicos que no saben absolutamente nada de nutrición, pero igual están prescribiendo consejos. Y, por supuesto, detrás de eso también hay muchos intereses económicos, porque hay una industria multimillonaria que lucra con la pérdida de peso constantemente.
–¿Cómo lograste despertar en lo que respecta a la nutrición?
Trabajo bajo el enfoque de HAES (Salud en Todas las Tallas). Ojalá lo hubiera creado, pero no me voy a dar tanto mérito. Es un abordaje a la salud o un enfoque basado en la ciencia, esto es bien importante. Habla de que podemos buscar y mejorar la salud sin centrarnos en el peso. Es decir, si una persona empieza a dormir mejor, comer mejor, mover más su cuerpo, y deja de fumar y tomar alcohol: ¿no va a mejorar su salud? ¿Por qué estamos tan empeñados en que la gente pierda peso? ¿Por qué no podemos buscar estrategias que mejoren la salud y que no se centren en el peso?
–En tus videos también haces énfasis en que, erróneamente, algunos profesionales asocian delgadez con salud
Por supuesto que la delgadez no es sinónimo de salud, ni gordura de enfermedad. Es ridículo pensarlo. Hay personas delgadas que tienen diabetes, triglicéridos, colesterol alto y, hay personas gordas que no presentan estas enfermedades. Diagnosticar salud por el tamaño del cuerpo es lo más simple e inadecuado.
–¿Una persona debe tener una balanza para controlar su peso?
No recomiendo a alguien que tenga una balanza en su casa, porque el número puede generar obsesión. ¿Para qué queremos que una persona esté conociendo su peso? ¿A qué asociamos ese número? El peso en una persona está regulado por más de cien variables y la mayoría está fuera de nuestro control.
–Mucho se habla de que el azúcar es veneno y sus componentes son nocivos y causan adicción. ¿Cuál es tu opinión?
En cuanto al tema del azúcar, también mucha gente la sataniza. Veneno es algo que comes y te mata de inmediato. Y, si el azúcar fuera veneno, ya estaríamos muertos. Aclaro que, si una persona basa su alimentación exclusivamente en alimentos azucarados todos los días de su vida, eso puede dañar su salud.
Por otro lado, no existe evidencia de que el azúcar sea adictiva. Quienes defienden esta idea se basan en que se han hecho experimentos en ratas, pero nosotros no somos ratas.
La restricción lleva a la obsesión. Otras personas argumentan que el azúcar enciende los mismos centros de recompensas cerebrales que las drogas, lo cual es cierto, pero esos mismos centros se encienden por los abrazos, las mascotas, la música, y no por eso decimos que las mascotas, los abrazos y la música son adictivas. Simplemente producen placer, el azúcar produce placer. Comparar con las drogas me parece lo más violento.
–También está instaurada la idea de que practicar deporte de forma intensa sirve para bajar de peso
Lamentablemente el ejercicio también fue secuestrado por la industria de las dietas. Los espacios deportivos son altamente hostiles para las personas gordas. Vivimos todo el tiempo presionados, y nos hacen creer que nunca nos ejercitamos lo suficiente. Siempre nos dicen que hay que movernos más de lo que ya nos movemos. Siempre con esta presión de competir con el otro.
–¿Cuál es el mensaje que le podés dar a la gente para hacer más concientización?
Mi mensaje es que se atrevan a cuestionar, a mirar las cosas desde otro lugar. Se atrevan, porque no es fácil, no es cómodo retar creencias y prácticas que hemos ejercido durante mucho tiempo. Escuchen las voces de las personas que han sufrido por la cultura de dietas, de la gente que ha sido violentada por la gordofobia, y abramos la posibilidad a la deconstrucción, porque no podemos quedarnos aferrados a nuestras creencias nada más porque sí. Tenemos la responsabilidad de informarnos, de ver nuevas perspectivas, de ampliar y de movernos de lugar.