En un hecho que desató polémica y malestar, una cuadrilla de Vialidad Nacional derribó el monumento de Osvaldo Bayer en Río Gallegos, Santa Cruz. La obra, inaugurada el 24 de marzo de 2023 en el marco del Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia, rendía tributo al escritor y periodista que documentó las huelgas patagónicas de 1921 y 1922.
Con el uso de excavadoras y martillos neumáticos, los trabajadores de Vialidad Nacional removieron la estructura de metal, que contenía la frase: «Bienvenidx, usted está ingresando a la tierra de la Patagonia Rebelde». Según el organismo, la intervención respondió a la necesidad de despejar la zona y mejorar la infraestructura vial.
Argumentos oficiales y reacciones encontradas
Desde Vialidad Nacional justificaron la demolición alegando que el monumento «no contaba con habilitación correspondiente» y su ubicación en un área de caminos representaba un peligro para la circulación y el drenaje pluvial. También argumentaron que el espacio será destinado a futuras mejoras en el acceso a dependencias policiales y de Gendarmería.
Sin embargo, el hecho no pasó desapercibido y generó indignación entre sectores de derechos humanos y la comunidad académica. Miguel Villalba, escultor de la obra, repudió el acto y exigió su restitución, calificándolo de «un ataque contra la memoria histórica». En una carta abierta, afirmó que «este accionar absolutamente repudiable y violento realizado justo un día después del 24 de marzo solo deslegitima moralmente a quienes gobiernan la Nación».
El legado de Bayer y la memoria en disputa
Osvaldo Bayer fue un referente del periodismo y la investigación histórica en Argentina. Su obra «Los vengadores de la Patagonia trágica» expuso las matanzas de trabajadores rurales a manos del Ejército en la década de 1920, hecho que lo llevó al exilio en Alemania durante la década del ’70.
El monumento demolido no solo homenajeaba su figura, sino también la lucha de los peones rurales fusilados durante las huelgas patagónicas. Su instalación había sido promovida por la exgobernadora Alicia Kirchner y la Comisión de la Memoria de Santa Cruz, con el objetivo de reivindicar estos hechos como crímenes de lesa humanidad.
Polémica ideológica y acusaciones de «adoctrinamiento»
El derribo de la obra también estuvo atravesado por una fuerte carga ideológica. En redes sociales, sectores libertarios celebraron la acción y calificaron el monumento como «parte del adoctrinamiento kirchnerista». El medio El Diario Santa Cruz argumentó que el uso del lenguaje inclusivo en la inscripción reflejaba «una imposición ideológica».
En contraposición, referentes de derechos humanos y la cultura se manifestaron en rechazo. «La historia no se borra con una pala mecánica», expresaron desde la Subsecretaría de Derechos Humanos de Santa Cruz, exigiendo que la estructura sea restituida.
El hecho deja en evidencia cómo la memoria histórica sigue siendo un campo de disputa en Argentina. Mientras algunos sectores buscan resignificar el pasado, otros lo consideran un obstáculo a eliminar. En este contexto, el legado de Osvaldo Bayer y su lucha por la justicia social continúan más vigentes que nunca.